Una vez más, los vecinos de Gaintxurizketa se han concentrado este lunes para pedir una solución vial a la alta siniestralidad en los poco más de cinco kilómetros de la carretera GI-636 que unen Lezo y Errenteria. “Nos hemos reunido con la Diputación y parece que ya hay una solución, pero la gran cuestión es por qué no termina de materializarse”, afirma Nagore Toledo, vecina de la zona.
En los últimos dos años se han contabilizado siete muertes en este tramo. A pesar de ello, la respuesta institucional “no termina nunca de llegar”. “Pedimos una solución ya. Tenemos parada de Topo y de autobús, pero no podemos llegar hasta ellas. En el mejor de los casos podemos esperar 20 minutos a que un coche nos deje pasar y en el peor no pasamos”, se queja Toledo.
Los vecinos se han reunido en varias ocasiones con las instituciones, tanto con el Ayuntamiento de Lezo como con la Diputación, y parece que la solución vial está más cerca que nunca. “Nos han hablado de un puente para que podamos pasar y también de un bidegorri, pero no llega a hacerse”, aseguran los vecinos, que el pasado agosto ya protagonizaron una concentración tras el último atropello mortal en la zona. “Tenemos la ayuda, pero estamos hartos. Queremos un compromiso real y que no siga todo igual”, apunta Toledo.
En la actualidad, este tramo no cuenta con la calificación de punto negro de la Diputación. Sin embargo, en los últimos dos años hasta siete personas han perdido la vida, tres de ellas en lo que llevamos de 2024. Esta trágica lista se abrió el 5 de enero del pasado curso, cuando una joven de 18 años fue mortalmente atropellada por un vehículo. No ha sido el único atropello, ya que otra mujer también falleció tras ser embestida por un automóvil en agosto de este año.
Entre medias, otras cinco muertes, tres de ellas ocurridas en el pasado mes de diciembre, cuando dos jóvenes perdieron la vida tras chocar contra otro automóvil en el punto kilométrico 3,5, mientras que otro conductor, días después, falleció tras colisionar contra un camión a escasos 500 metros del anterior suceso.
En enero de este año, por su parte, un hombre murió al colisionar frontalmente contra otro coche en el alto de Gaintxurizketa y en mayo un motorista perdió la vida en la salida de la rotonda de Lezo.
Debate en Juntas Generales
Ante esta situación, las Juntas Generales, a instancias del PP, debatirán en el pleno de este miércoles la alta siniestralidad en la GI-636 y la búsqueda de una solución al problema como la realización de un estudio sobre la posibilidad de mejorar el trazado, reforzar la señalización e implantar radares preventivos, colocar un paso a nivel en la zona del alto de Gaintxurizketa en su conexión con la estación de Euskotren e instar a la Dirección General de Tráfico a declarar dicho ramo como punto negro circulatorio.
PNV y PSE, al igual que Elkarrekin Gipuzkoa, que también ha registrado una pregunta en Juntas Generales dirigida al diputado de Infraestructuras Viarias y Estrategia Territorial, Félix Urkola, sobre las posibles medidas a implantar, han apoyado la petición del PP. “Nosotros queremos que se nos oiga y esteremos atentos a lo que se diga en el debate”, apuntan los vecinos de la zona, que acudirán a Juntas Generales para “ejercer algo de presión”.
“Confiamos en que la solución llegue de una vez y no sea necesario tener que concentrarnos más”, agrega Toledo, que recuerda que el problema no solo afecta a los vecinos de la zona, sino también a los trabajadores de las empresas que se sitúan allí y que acuden a ellas a diario en transporte público: “Somos muchas personas las que no tenemos cómo pasar”.
Los empleados de estas empresas ya participaron en un estudio previo promovido por estudiantes de Formación Profesional de Don Bosco hace más de un año con el que analizaron las diferentes alternativas para mejorar el cruce. “Se lleva mucho tiempo hablando de soluciones, pero el paso seguro todavía no existe”, recuerda Toledo.