El problema de la vivienda en Gipuzkoa y Euskadi no es el número del parque de viviendas de uso residencial, sino más bien el reparto de las mismas y las dificultades de acceso a ellas por parte de las capas más desfavorecidas de la sociedad, con precios de alquiler descontrolados y condiciones de acceso al crédito cada vez más difíciles. Sin embargo, Gipuzkoa tiene una vivienda familiar por cada dos habitantes. El aumento en la última década además ha sido notable, mayor que el crecimiento de su población. 

El territorio ha aumentado su población en diez años, entre 20013 y 2023, en 15.000 habitantes, mientras que el parque de vivienda residencial lo ha hecho en el mismo periodo en 17.441 viviendas (+5,2%). 

El 85% de las casi 352.000 domicilios que hay el territorio están ocupados de forma habitual y viven 2,4 personas de media en cada uno

La situación es pareja en el resto de Euskadi. En el mismo periodo, la CAV ha aumentado su población en 50.000 personas y las viviendas de uso residencial han aumentado en 53.896, lo que permitiría alojar, si nos atenemos a la media de 2,4 habitantes por vivienda que registra Euskadi, a más de 129.000 personas.

Euskadi tiene 1.081.000 viviendas de uso residencial para 2,2 millones de habitantes. Una vivienda por cada dos personas. En Gipuzkoa, el promedio es prácticamente el mismo: casi 352.000 viviendas para 728.000 personas. 

El problema no es, por tanto, la escasez de viviendas, sino otros problemas más vinculados al propio mercado, con precios récord del alquiler que superan los 770 euros de media en Gipuzkoa, y sueldos que en muchos casos no llegan a los 20.000 anuales por parte de buena parte de la sociedad.

Así, a 1 de enero de 2023, el parque de viviendas de la C. A. de Euskadi alcanzó un total de 1.081.647 unidades. Más de la mitad del total (560.845) se encuentra en Bizkaia (51,9%). En Gipuzkoa se ubican 351.859 viviendas (32,5% del total), mientras que las restantes 168.943 viviendas están localizadas en Araba (15,6%).

El 85,5% de todas ellas se utiliza como residencia habitual, tanto en Gipuzkoa como en Euskadi, mientras que el 14,5% restante (155.209 viviendas en Euskadi y 50.858 en Gipuzkoa) son viviendas viviendas secundarias o desocupadas. Se mantiene una proporción similar a lo largo de los años. Sin alteraciones. Los números de Donostia, incluso, no se distancian mucho, y el 83,5% se utiliza como residencia habitual. Hay, por tanto, 15.568 viviendas en la capital, entre segundas residencias y las que están desocupadas, que no tienen un uso continuado y regular.

El mismo patrón se repite en todas las comarcas: sube la vivienda de uso habitual y caen las segundas residencias y las desocupadas

En todos los territorios se repite el mismo patrón: una disminución en el número de viviendas no principales y un aumento de las habituales, lo cual es una buena señal. Pero sí existen diferencias entre los municipios de mayor tamaño y los más pequeños, donde este efecto se diluye. 

Más principal y menos secundaria

En comparación con 2022, destaca a nivel de Euskadi un crecimiento de 6.889 viviendas familiares principales (0,6%), en detrimento del uso de viviendas secundarias o vacías, que disminuyeron en 4.419 unidades (-2,8%).  

Bizkaia registró el mayor crecimiento, con 3.831 viviendas adicionales, lo que representa un aumento del 0,8%. En Gipuzkoa, se añadieron 2.180 viviendas ocupadas, reflejando un incremento del 0,7%. Y Araba crece en un 0,6%, que supone 878 unidades más que hace un año.

Según los datos ofrecidos ayer por el Eustat, en los municipios de más de 40.000 habitante, que además de las capitales en Gipuzkoa incluye a Irun, el porcentaje de viviendas habituales ha aumentado un 0,9% respecto a 2022 (1 décima porcentual por encima de la media), mientras que las viviendas secundarias o vacías han disminuido en un 4,8% (2 puntos porcentuales por debajo de la media).

El aumento de las viviendas de uso habitual se observa en todas las comarcas, y en Gipuzkoa es mayor en Urola Kosta (+1,3%), cifras que sólo supera la comarca vizcaina de Plentzia-Mungia.

Más alquiler en Gipuzkoa

Gipuzkoa es también el territorio donde el alquiler tiene mayor presencia. Aunque la compra de vivienda sigue siendo la opción ejercida por el 82,1% de la población (83,3% en Euskadi y 84,1% en Bizkaia), el restante 17,9% se ofrece en alquiler (16%) u otras fórmulas residuales. El porcentaje de viviendas en arrendamiento alcanza en Donostia su mayor índice, un 20,6%. En Donostia han salido al mercado del alquiler 582 viviendas más en un año (+3,7%), entre 2022 y 2023.

El 82,1% de las viviendas de uso habitual están en propiedad, aunque Gipuzkoa sigue siendo el territorio con más vivienda en alquiler (16%)

Son Donostia (77,6%), Hondarribia (77,9%), Getaria (80,6%), Irun (80,5%) las que menos vivienda en propiedad registran. Sí se observa que es en los municipios más pequeños, los de menos de 1.000 habitantes, donde encontramos los niveles de vivienda en propiedad más altos, alrededor del 90% que en el caso de Albiztur se va hasta elñ 94%. 

El 60% para vivir solo o en pareja

Otra tendencia clara es el que conduce a unidades convivenciales más pequeñas. La media de convivientes por piso en Euskadi y Gipuzkoa se sitúa en 2,4 personas, con variaciones pequeñísimas de un lugar a otro y una horquilla que va desde el máximo de 3,1 residentes por casa en localidades muy pequeñas como Baliarrain, Larraul y Errezil; y, en contraposición, un 2,2 en Soraluze. En Donostia son 2,3 personas por vivienda.

De hecho, aumenta el número de viviendas con uno o dos residentes en todo Euskadi. También en Gipuzkoa, donde seis de cada diez (60,3%) domicilios habituales corresponden a unidades convivenciales de una o dos personas (60,3%).  

Las cifras son las siquientes: En Gipuzkoa, si dejamos de un lado las más de 51.000 viviendas sin uso habitual y nos centramos en las que sí son domicilio particular, se ve que el 30,7% de las vivienda están ocupadas por familias unipersonales; un 29,6% por parejas; un 37,7% por familias de entre tres y cinco personas; y un 1,9% por más de seis personas. 

El parque de viviendas residenciales de Gipuzkoa tiene 49,1 años de media: 57 años en Donostia y 30 en Astigarraga

La vivienda familiar vasca, por término medio, tiene 48,7 años de antigüedad. Algo más en Gipuzkoa (49,1 años), mientras que las más nuevas están en Araba (42,7) y las más viejas en Bizkaia (50,3 años). 

Astigarraga, el pueblo de la vivienda nueva

Si nos fijamos en los datos de Gipuzkoa, apreciamos diferencias importantes: Astigarraga, con un parque de viviendas de 30 años de media, es el más nuevo del territorio, seguido de Urnieta y Orio (38 años), mientras que Donostia se sitúa por encima de la media, en 57 años. 

Las viviendas más antiguas se hallan en pequeños municipios en los que abundan caseríos, que también son los más grandes. El caso de Elduain es un claro ejemplo. Es, con diferencia, el que tiene un parque de viviendas más antiguo: 77 años de media.

Otras referencias interesantes son los 46 años de media en Irun, Zarautz y Getaria, los 42 de Zumaia, 41 de Lasarte-Oria, 44 de Hernani, 46 de Arrasate y 48 de Bergara.

Por último, la media, que incluye miles de caseríos en todo Euskadi, arroja una vivienda principal media tirando a grande, de 87,5 m2 de superficie, de 4 a 5 habitaciones y 1,4 baños. Mientras que el 83,1% de las mismas dispone de gas por tubería en el edificio y un 74,1% tiene ascensor. En Gipuzkoa, en concreto, disponen de ascensor el 74,8% de todas las viviendas: tres de cada cuatro.