El enfado es patente. Cinco años después del sorteo de VPO siguen sin ver el momento de entrar en sus viviendas. El último encuentro con este periódico tuvo lugar en octubre del año pasado, cuando Silvia Zabaleta acudió a la entrevista embarazada. Su hija Ilargi ya ha cumplido seis meses, y su madre sigue a la espera de la entrega de llaves. Es la misma situación que afecta al resto de adjudicatarios de los 146 pisos de VPO en Txomin Enea, una promoción privada que se levanta sobre suelo público cedido por el Gobierno Vasco, la última con opción a compra de Etxebide ya que desde entonces todas han pasado a ser de alquiler.

“Es sorprendente que la Administración no haya agilizado los trámites. Estamos viendo que se construyen urbanizaciones por todos los lados, mientras nosotros continuamos a la espera”, critican los afectados, que reconocen llevar ya demasiado tiempo preocupados por la misma situación.

Su interés por estas viviendas se remonta a los meses de junio y julio de 2017, cuando estas familias se apuntaron al sorteo de VPO, que se celebró el 16 de abril de 2019. Pronto comenzaron los problemas. La existencia de un colector de aguas residuales de la Mancomunidad del Añarbe, que cruza el solar, provocó los primeros retrasos en la ejecución de la obra, adjudicada a la empresa Iza Obras y Promociones S.A.

Los trabajos no arrancaron hasta octubre de 2020. Las familias firmaron los contratos de compraventa en diciembre de ese mismo año, y pagaron una entrada del 20% de la vivienda, entre 25.000 y 38.000 euros. Desde entonces vienen observando que los trabajos se desarrollan a un ritmo parsimonioso. Los vecinos señalan que el promotor privado se acogió a la opción legal de solicitar una prórroga para la finalización de las obras, plazo que expiró el 14 de febrero de este año. “Nos dijeron entonces que la obra ya estaba finalizaba, y después de mucho preguntar nos dieron autorización para ir a ver las viviendas”, cuenta Zabaleta, que acude al encuentro junto a Esther Carton, Peio Cano, Ramy Kamel, Naroa Alfonso y Rai Ramos.

Informe desfavorable de Aguas

Todos ellos, según explican, pudieron entrar a ver sus pisos entre los meses de marzo y abril. Fue poco menos que un espejismo. Pensaron entonces que todo se agilizaría, pero continúan a la espera. La calificación definitiva de la vivienda fue emitida el 18 de abril. Teniendo en cuenta el plazo legal, la teoría dice que podrían escriturar a partir del 18 de julio, aunque muchos se temen que no va ser posible.

Carton lee el mensaje que acaba de recibir de un vecino encargado de realizar los trámites directamente con el Consistorio. “El Ayuntamiento nos comunica que existe un informe desfavorable de Aguas desde el 29 de abril, y que la constructora no ha hecho nada por solventarlo. Hay, al parecer, un problema con las arquetas y los contenedores de agua, y nos dicen que nos pongamos en contacto con Iza”, dice en su escrito el vecino, que se hace eco de lo que le ha transmitido la arquitecta del ayuntamiento.

El cansancio por toda esta serie de inconvenientes es acusado después de este largo compás de espera. Los propios vecinos reconocen que han surgido discrepancias entre ellos. De hecho, una parte de los afectados no comulga con denunciar públicamente la situación, a la espera de que poco a poco se vayan reconduciendo las cosas.

Cada persona afectada maneja sus tiempos, pero la mayor parte entiende que es necesario alzar la voz ya que el “baile de fechas” no pasa en balde. Hay afectados a quienes ya se les ha agotado el contrato de alquiler y han tenido que buscar otra vivienda, a la espera de poder entrar definitivamente en la suya. Zabaleta da cuenta de otros gastos derivados. “Compré una cocina, porque nuestros pisos vienen sin ella, y ya ha transcurrido el plazo que me dieron. Me han dicho que me siguen guardando los electrodomésticos, pero a costa de pagar 50 euros al mes, que se suman a los del alquiler”, explica.

Kamel también admite la sangría económica derivada de este largo compás de espera. “Los alquileres están por las nubes, y seguimos pagando un dinero que podríamos haber dedicado a la hipoteca desde hace dos años. ¡Y es que han pasado ya cinco de esta promoción!”, exclama el afectado, con la aprobación del resto.

Al pensar en el curso escolar que viene, y teniendo en cuenta lo que ha venido sucediendo hasta ahora, hay familias que siguen teniendo muchas dudas con la matriculación de sus hijos. ¿Dónde les inscriben? Para hacerlo en un centro próximo a la vivienda, tienen que estar empadronados en Donostia, y se da la circunstancia de que hay adjudicatarios que residen en municipios como Hernani o Zarautz.

El desgaste psicológico de la espera

Un motivo de controversia con los vecinos que prefieren aguardar a que todo se solucione es que la denuncia pública de la situación pueda acelerar el proceso y les autoricen entrar a vivir en sus viviendas antes de que esté rematada la obra adecuadamente. Kamel discrepa. “En el interior de los pisos está todo hecho, lo que falta son remates exteriores que no afectan a las viviendas”, precisa este vecino, que defiende que se de luz verde cuanto antes.

“La mayoría estamos de acuerdo en que todo esto se tiene que subsanar. Es ridículo lo que estamos viviendo, yo ya no sé ni qué decir. Psicológicamente es una situación que me está afectando un montón. No es normal tener que esperar cinco años a que te construyan la casa”, denuncia Cano. “La gente te pregunta que cómo así todavía no estamos en el piso, y al final ya no sabes ni qué responder”, reconoce Carton.

Ramos lamenta que el ritmo lento de la obra nada tiene que ver con el que han seguido las edificaciones del entorno. “En Riberas de Loiola se construyó en dos años, con un retraso de dos meses que ya firmábamos nosotros”, apunta.

Los vecinos denuncian que nunca se les ha convocado para darles ninguna explicación. “Sólo nos llamaron para pagar”. La constructora designó a una persona para las labores de interlocución, de la que dicen que no les ha servido precisamente de gran ayuda. “Si llamas a la oficina central, no saben, o te dicen que llames a Etxebide. Y si llamas a Etxebide, te dicen que es una obra privada, y que es Iza la que tiene que dar respuesta. Nunca han dado una fecha concreta de finalización”, aseguran.

Los vecinos señalan que las llamadas que han recibido de entidades bancarias ofreciéndoles diferentes tipos de interés ha sido “la gota que colma el vaso”, ya que cuentan con información que a ellos les está vetada. “Ellos saben mucho más que nosotros. No sabemos cómo lo hacen pero se están enterando de las fechas probables de entrega cuando a nosotros no nos han dado ninguna información”, censuran.

Les gustaría poder entrar a vivir durante este verano, pero no lo acaban de ver ni mucho menos claro. “A mí me encantaría, pero he perdido la esperanza”, confiesa Carton: “Ojalá nos sorprendan, esta vez, para bien”.