Un total de 25 jóvenes colombianos, varios de ellos menores de edad, se encuentran afectados por el caso del supuesto agente de futbolistas que presuntamente les ofrecía "a cambio de prestaciones económicas" recalar en el Estado con la promesa de hacerlos jugadores profesionales de fútbol.

Este hombre fue detenido el pasado miércoles por agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en su domicilio de Arrasate por la presunta comisión de varios delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y falsedad documental.

El supuesto agente de futbolistas alojaba a los jóvenes en varios pisos de Arrasate, en cada uno de los cuales llegaron a convivir entre 10 y 12 víctimas.

Investigados

Según informa este viernes el CNP en una nota, en el caso también se encuentra investigada la pareja de este varón, igualmente residente en Arrasate.

El detenido, de 39 años, actuaba además con otro varón que trabajaba como entrenador en Colombia y "le servía para captar a chicos deseosos de labrarse un futuro próspero en el fútbol profesional".

La investigación se inició el pasado mes de abril, cuando dos jóvenes de nacionalidad colombiana denunciaron la situación que estaban sufriendo en el Estado.

Los chicos explicaron que se habían trasladado hasta Euskadi al recibir en su país de origen la promesa de poder realizar una prueba para jugar en diferentes equipos de fútbol del País Vasco. Explicaron además que las "falsas promesas" se las había hecho un compatriota suyo que les dijo "ser representante de talentos".

'La casa de los sueños'

Posteriormente, los investigadores descubrieron que el sospechoso era un súbdito colombiano que decía tener un "proyecto" en el Estado denominado La casa de los sueños en el que "jugaban diversos chicos procedentes principalmente de Colombia y México".

Este proyecto, según la nota del CNP, era publicitado "de forma muy activa" en una conocida red social en la que se presentaba como "una agencia que trabaja para cumplir el sueño" de "muchos futbolistas de jugar en España" y en la que el investigado se autodenominaba "representante de talentos".

De esta manera, los investigadores del Grupo Operativo de Extranjeros II de Donostia, en colaboración con la Policía Local de Arrasate, localizaron a 25 jóvenes colombianos, tanto mayores como menores de edad, que se habían desplazado desde su país de origen "persiguiendo las mismas promesas" por las que "habían desembolsado importantes cantidades de dinero".

Clubes de fútbol víctimas

Paralelamente, detectaron que tres clubes de fútbol vascos, los guipuzcoanos Club de Fútbol de Mondragón y la Unión Deportiva Aretxabaleta, y el vizcaíno Sporting de Lutxana, "también habían sido víctimas de este engaño".

Según el comunicado, la forma de actuar del detenido y su pareja "consistía en dar instrucciones a los jóvenes referentes a pagos, requisitos de entrada y condiciones para venir a España", a los que cobraba "ciertas cantidades de dinero" en concepto de "gastos de representación, manutención y alojamiento, así como por la emisión de las cartas de invitación".

Por estas invitaciones, el investigado solicitaba a los jóvenes "entre 200 o 300 euros para que uno de los clubes de fútbol" citados les expidiera "un documento donde invitaba a los chicos a entrenar y jugar en el equipo durante tres meses" que es "el período máximo que permite la situación de estancia en España".

Gracias a estas cartas, los jóvenes "podían llegar a creer que realmente existía un club vasco que estaba interesado en ellos y que finalmente tomaran la decisión de trasladarse a nuestro país".

Domicilios alquilados

Una vez en Euskadi, las víctimas eran aconsejadas para empadronarse con el fin de "burlar la legislación vigente" y les alojaban en pisos alquilados por el detenido y su compañera.

En el transcurso de la investigación, los agentes constataron que el investigado "tenía, al menos, cuatro contratos de arrendamiento de distintos domicilios" en Arrasate.

Cada domicilio era alquilado por entre 750 y 1.100 euros por los implicados que posteriormente subarrendaban las habitaciones, de forma que llegaban a alojar a 10 y 12 chicos por domicilio lo que, según la nota, "demuestra el potencial lucrativo de dicho negocio, teniendo en cuenta que cada joven debía pagar entre 400 y 500 euros mensuales por gastos de alojamiento y manutención".

Con estas pruebas, el pasado miércoles, los agentes detuvieron al sospechoso e imputaron a su pareja, aunque las pesquisas continúan abiertas y los investigadores no descartan nuevas detenciones relacionadas con la trama.