SOS Racismo ha destacado este viernes el "plus de gravedad" que la presencia de menores de edad entre los posibles afectados en el denominado Caso Benji otorga a este asunto, en el que un ciudadano colombiano está siendo investigado por presunto favorecimiento de la inmigración ilegal y falsedad documental.
Una tesitura ante la que SOS Racismo, que fue la que puso sobre la pista de estos hechos al Cuerpo Nacional de Policía, ha decidido ahora personarse como acusación en la causa judicial abierta tras el arresto del sospechoso.
Falsas promesas
Se trata de un hombre, de 39 años, que está siendo investigado por un Juzgado de Bergara por traer al Estado, presuntamente de forma irregular, a jóvenes colombianos con la promesa de hacerlos jugadores profesionales de fútbol.
El varón, que fue detenido el pasado miércoles por agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en su domicilio de Arrasate, quedó ayer en libertad con medidas cautelares después de ser puesto a disposición judicial y acogerse a su derecho a no declarar.
La actuación policial que permitió su detención, denominada operación Benji, se inició tras un aviso de SOS Racismo, que el pasado 22 de febrero reveló la posibilidad de que una serie de jóvenes naturales de Colombia, "algunos de ellos menores de edad", residentes en Arrasate hubieran llegado a España "engañados bajo falsas promesas de ser jugadores profesionales de fútbol", según consta en las actuaciones a las que ha tenido acceso EFE.
Menores de edad
Más adelante, el pasado 9 de abril, la Guardia Municipal de Arrasate comunicó al CNP que había identificado en esta población a "numerosos" jóvenes, "algunos de ellos menores de edad", procedentes de Colombia, que aseguraban haber llegado "recientemente" a nuestro país para "jugar en equipos de fútbol", algunos de los cuales se habían identificado con sus pasaportes y con un documento en el que figuraba la frase "carta de invitación".
Ese mismo día, acudieron a comisaría dos jóvenes mayores de edad, domiciliados ambos en un mismo piso de Bergara, quienes relataron que habían llegado a Gipuzkoa después de contactar por WhatsApp con un compatriota residente en el Estado que "les habría ofrecido, previo pago", la posibilidad de viajar a nuestro país para "poder jugar en equipos profesionales de fútbol", ya que "supuestamente tenía contactos en este mundo deportivo".
Ahora, SOS Racismo ha dado a conocer su voluntad de ejercer la acusación particular en este asunto, en representación de alguno de los perjudicados, o en su defecto personarse como acción popular.
El abogado de esta asociación Mikel Mazkiaran, ha explicado en declaraciones a EFE, que de esta manera SOS Racismo podrá "acceder a las diligencias y conocer a fondo más detalles" de lo ocurrido, ya que se trata de un caso en el que "hay menores de edad" lo que "le da un plus de gravedad, en la medida en que son chicos que están en un grado de vulnerabilidad mayor".
Engaños y estafas
"Todo apunta además a que afecta a un grupo amplio de personas y hace de este asunto un tema de especial trascendencia que es por lo que SOS Racismo lo asume como un caso a litigar" en caso de que las diligencias abiertas continúen su recorrido judicial, ha explicado el letrado, quien considera que tras este tema se encuentra la "vulnerabilidad" de las personas extranjeras que quieren venir a Europa y muchas de las cuales "son objeto de engaños y estafas".
Unas situaciones que, a su entender, se producen porque a los migrantes les resulta "extremadamente complicado poder acceder a España o a otros países de la Unión Europea".
"A partir de ahí, cada uno busca sus estrategias y siempre va a haber por desgracia alguien sin escrúpulos que pueda poner en marcha este tipo de montajes", ha descrito el letrado.
Ojeadores falsos
Mazkiaran ha recordado por otra parte que en el mundo del fútbol "existe una problemática específica", que no se corresponde con el caso investigado en Gipuzkoa, y que está vinculada a "ojeadores que acuden a los países de origen de los que son estos chicos y les ofrecen condiciones que luego no se cumplen".
El abogado ha explicado que el "control" de la FIFA sobre este tipo de actuaciones es "total", si bien ha lamentado que en algunos casos concretos esté "generando serios problemas" para que una serie de jóvenes extranjeros, "perfectamente integrados" y residentes ya en países de acogida, "puedan jugar en niveles superiores" de fútbol debido a las "prohibiciones" procedentes de "ese control estricto" que "está resultando tal vez un poco excesivo" en algunos situaciones.