En apenas cuatro años Gipuzkoa ha pasado a ser un referente en la transición energética dentro y fuera de Euskadi. Más de 50 comunidades energéticas impulsadas por el departamento de Sostenibilidad de la Diputación Foral de Gipuzkoa, en colaboración con los ayuntamientos del territorio, están ya presentes en 41 municipios, y el objetivo es llegar a la totalidad del territorio en 2027. 

Este despliegue ha hecho posible que 7.500 familias puedan sumarse a la transición energética, a través del autoconsumo de energía renovable generada con placas fotovoltaicas instaladas en los tejados de edificios públicos situados en las proximidades de sus domicilios y beneficiarse de ahorros de entre el 25 y el 40% en sus facturas. 

Un modelo sostenible y colaborativo

El modelo de comunidades energéticas impulsado desde el departamento de Sostenibilidad es sostenible y colaborativo, y destaca por su sencillez y eficacia. Los ayuntamientos ceden la cubierta de edificios públicos para la instalación de placas solares que puedan abastecer a los hogares situados en sus proximidades. Por su parte, la Diputación de Gipuzkoa financia el 75% de la instalación y da soporte a la puesta en marcha de la comunidad. 

Hasta la fecha, se han invertido 4,3 millones de euros en el proyecto que ha sido merecedor de financiación europea de los Fondos Next para llegar a los municipios menores de 5.000 habitantes.

Las comunidades energéticas de Gipuzkoa suministran energía renovable Km 0 y logran reducir por término medio un 30% la factura eléctrica, superando los 500 euros anuales en los hogares y llegando a los 2.500 euros en el caso de los comercios. Las personas interesadas pueden inscribirse pagando una pequeña cuota (7-8 euros mensuales) y sin necesidad de acometer inversiones. 

La comunidad energética de Zumarraga ha sido una de las pioneras en el territorio guipuzcoano. N.G.

El ahorro se obtiene por dos vías: la energía producida por las placas fotovoltaicas cubre entre el 20 y el 25 % del consumo y es gratuita para los usuarios; además, la comunidad permite negociar tarifas más ventajosas con las compañías para el suministro de la energía restante. Estas cifras pueden ser mejoradas con la instalación de sistemas de almacenamiento que permiten un mejor aprovechamiento de la energía generada y ha sido incluida en la última convocatoria de ayudas del Departamento de Sostenibilidad.

¿Quién puede formar parte de una comunidad energética?

El requisito es residir en un municipio que vaya a constituir una comunidad energética y que la vivienda o el comercio que lo soliciten estén situados en un radio de 2.000 m. de los edificios en los que se instalen las placas. También existe la posibilidad de que una comunidad de propietarios se constituya en comunidad energética y optar a las ayudas para realizar la inversión. En este momento hay proyectos de comunidades en marcha en Abaltzisketa, Aizarnazabal, Alegia, Alkiza, Altzaga, Amezketa, Andoain, Arama, Asteasu, Baliarrain, Beizama, Berastegi, Berrobi, Beriyo (Donostia), Eibar, Errenteria, Elduain, Getaria, Hernani, Ibarra, Ikaztegieta, Irura, Itsasondo, Larraul, Lasarte-Oria, Leaburu, Lizartza, Olaberria, Orendain, Orexa, Ormaiztegi, Pasaia, Urnieta, Zizurkil y Zumarraga.

La colaboración entre Diputación, ayuntamientos y comunidades garantiza que el sistema funcione bajo supervisión pública y en clave de transparencia. A lo largo de este año, está prevista la puesta en marcha de la Oficina de Transición Energética de Gipuzkoa (OTEG), que monitorizará la producción y consumo de energía de las comunidades guipuzcoanas y servirá para mejorar la eficiencia, maximizar los ahorros y proteger los derechos de la ciudadanía.

También para las pymes

Además de los pequeños comercios que ya participan en las comunidades energéticas ciudadanas, el departamento de Sostenibilidad quiere que las pymes puedan sumarse a la transición energética a las renovables, dando pasos firmes hacia su descarbonización. 

Con esta finalidad, ya se han puesto en marcha cuatro comunidades energéticas industriales en Eibar, Donostia, Usurbil y Zumarraga. El objetivo es llegar a todas las zonas industriales del territorio, y que las pequeñas y medianas empresas se beneficien también de ahorros en su factura eléctrica y avancen hacia una gestión más sostenible.

Almacenamiento y movilidad

Además de la instalación de placas fotovoltaicas en edificios públicos, el departamento foral quiere promover un mejor aprovechamiento mediante la instalación de sistemas de baterías para el almacenamiento de la energía generada. El objetivo es lograr una mayor cobertura de las necesidades de los hogares e incrementar el ahorro que puede llegar al 40%. Con esta finalidad en la última convocatoria se ha incluido una línea de ayudas para almacenamiento que puede llegar hasta 75.000 euros por instalación.

Asimismo, se ha lanzado una línea de ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos e instalación de cargadores que puedan dedicarse al uso compartido de las personas que forman parte de la comunidad energética, haciendo uso de una aplicación que permite reservar el vehículo. El objetivo es impulsar una movilidad más sostenible en un territorio como Gipuzkoa en el que el 47% de las emisiones de CO2 son debidas al transporte.