Somos la primera generación que comprende a fondo las inmensas amenazas que se ciernen sobre la tierra, y puede que seamos la última generación capaz de revertir el rumbo de la destrucción. Con estas contundentes palabras se expresó Elizabeth Mrema, directora ejecutiva adjunta del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en la presentación de la presente edición del Día Mundial del Medioambiente que se celebra hoy a lo largo y ancho del mundo. 

Bajo el lema Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración, en esta ocasión los países participantes pondrán el foco en la necesidad de restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía. Y es que la situación actual es realmente preocupante, porque la sequía y la desertificación están amenazando ecosistemas esenciales en todo el planeta, incluidos los ecosistemas de agua dulce y el suelo, el tejido conductor que hace posible la vida en la Tierra.

Más de 2.000 millones de hectáreas de la tierra mundial están degradadas, lo que afecta a más de 3.000 millones de personas en el mundo

“Nuestra prioridad ahora debe ser restaurar los ecosistemas: replantar nuestros bosques, rehumedecer nuestras marismas, revitalizar nuestros suelos”, anunció la representante de la ONU. Y advirtió: “Es hora de cumplir los compromisos para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas”. 

El anfitrión: Arabia Saudí

El país anfitrión en esta ocasión será el Reino de Arabia Saudi, donde el rápido desarrollo y el aumento del pastoreo han provocado la degradación de su suelo, haciendo de la lucha contra la desertificación una prioridad.

La Iniciativa Verde Saudí, lanzada en marzo de 2021, pretende convertir el 30% de las tierras saudíes en reservas naturales, plantar 10.000 millones de árboles y restaurar 40 millones de hectáreas de tierras degradadas. 

La Iniciativa Verde Saudí, lanzada en marzo de 2021, pretende convertir el 30% de las tierras saudíes en reservas naturales, plantar 10.000 millones de árboles y restaurar 40 millones de hectáreas de tierras degradadas

“El objetivo del país es plantar 400 millones de árboles de aquí a 2030”, afirma Khaled Alabdulkader, director general del Centro Nacional de Desarrollo de la Cubierta Vegetal y Lucha contra la Desertificación de Arabia Saudita.

Por otra parte, Arabia Saudí se ha asociado con el Grupo de los 20 y la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) para lanzar la Iniciativa Mundial de Tierras del G20, cuyo objetivo es reducir la degradación en un 50% para 2040. Además, este país acogerá la 16ª Conferencia de las Partes de la CNULD, considerada un momento crucial en el esfuerzo mundial por acabar con la degradación de la tierra.

Ecosistemas amenazados

La tierra sustenta la vida en la Tierra. Espacios naturales como bosques, tierras de cultivo, sabanas, turberas y montañas proporcionan a la humanidad los alimentos, el agua y las materias primas que necesita para sobrevivir.

Sin embargo, más de 2.000 millones de hectáreas de la tierra mundial están degradadas, lo que afecta a más de 3.000 millones de personas. Ecosistemas vitales e innumerables especies están amenazados. Ante sequías más graves y prolongadas, tormentas de arena y temperaturas en aumento, es decisivo que encontremos maneras de impedir que las tierras secas se convierta en desiertos, que las fuentes de agua dulce se evaporen y que el suelo fértil se convierta en polvo.

Una combinación tóxica de contaminación, caos climático y eliminación de la biodiversidad está convirtiendo tierras sanas en desiertos y ecosistemas prósperos en zonas muertas. Unsplash

A nivel mundial, numerosos países se han comprometido a restaurar mil millones de hectáreas de tierras (una superficie mayor que China) a través de la protección del 30% de zonas terrestres y marinas en favor de la naturaleza y la restauración del 30% de los ecosistemas degradados del planeta. 

El Día Mundial del Medio Ambiente 2024, que defiende la Agenda 2030 para llevar al mundo por una senda sostenible y resiliente y aunar fuerzas para proteger a las personas y al planeta, contribuirá a impulsar la acción por el clima recabando apoyos para una labor vital de restauración de los ecosistemas.  

Más de 50 años de lucha

El Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio de cada año, fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972. En los últimos 50 años, se ha convertido en una de las mayores plataformas mundiales para fomentar la conciencia ambiental y estimular las toma de medidas en favor de la restauración de la Tierra, en la que participan decenas de millones de personas en línea y a través de actividades, eventos y movilizaciones presenciales en todo el mundo. En 2022 celebró su 50ª aniversario bajo el lema Una sola Tierra, poniendo de relieve la necesidad apremiante de proteger y restaurar el único hogar de la humanidad. El país anfitrión, Suecia, se comprometió a no conceder nuevas licencias para extracción de carbón, petróleo y gas natural.

Siete formas de parar la sequía


• Hacia una agricultura sostenible

Al menos 2.000 millones de personas dependen de la agricultura para su subsistencia. Sin embargo, nuestros sistemas alimentarios actuales son insostenibles y uno de los principales motores de la degradación del suelo. Podemos hacer mucho para solucionarlo como desarrollar cultivos resistentes al clima, aprovechar los conocimientos indígenas para desarrollar métodos agrícolas sostenibles y gestionar mejor el uso de pesticidas y fertilizantes para evitar dañar la salud del suelo. Como consumidores, optar por consumir producto local y de temporada e incluir legumbres, unos alimentos más respetuosos con el suelo son algunas de las aportaciones que podríamos hacer.

• Salvar los suelos

El suelo es el hábitat más biodiverso del planeta. Casi el 60% de todas las especies viven en el suelo y el 95% de los alimentos que comemos proceden de él. Un suelo sano actúa como sumidero de carbono, ya que retiene los gases de efecto invernadero, desempeñando un papel decisivo en la mitigación del cambio climático. Apoyar la agricultura ecológica y respetuosa con el suelo, practicar la labranza cero, utilizar compost y materiales orgánicos para mejorar la fertilidad del suelo o utilizar técnicas de riego, como el riego por goteo o el acolchado, ayudarían a mantener los niveles de humedad del suelo y evitar el estrés por sequía.

• Proteger los polinizadores

Tres de cada cuatro cultivos que producen frutos y semillas dependen de los polinizadores. Las abejas son los polinizadores más prolíficos, pero reciben mucha ayuda de murciélagos, insectos, mariposas, pájaros y escarabajos. A pesar de su importancia, todos los polinizadores están en grave declive, especialmente las abejas.

• Restaurar los ecosistemas de agua dulce

Los ecosistemas de agua dulce sostienen los ciclos del agua que mantienen fértil la tierra. Suministran alimentos y agua a miles de millones de personas, nos protegen de sequías e inundaciones y sirven de hábitat a innumerables plantas y animales. Sin embargo, están desapareciendo a un ritmo alarmante debido a la contaminación, el cambio climático, la sobrepesca y la sobreexplotación. Mejorar la calidad del agua, identificar las fuentes de contaminación y vigilar la salud de los ecosistemas de agua dulce son acciones que pueden ayudar a revertir la situación. 

• Renovar las zonas marinas

Los océanos y los mares proporcionan a la humanidad oxígeno, alimentos y agua, al tiempo que mitigan el cambio climático y ayudan a las comunidades a adaptarse a condiciones meteorológicas extremas. Más de 3.000 millones de personas, principalmente en los países en desarrollo, dependen de la biodiversidad marina y costera para su subsistencia.

• Devolver la naturaleza a las ciudades

Las ciudades no tienen por qué ser selvas de hormigón. Los bosques urbanos pueden mejorar la calidad del aire, dar más sombra y reducir la necesidad de refrigeración mecánica. Conservar los canales, estanques y otras masas de agua de las ciudades puede aliviar las olas de calor y aumentar la biodiversidad. Instalar más tejados y jardines verticales en nuestros edificios puede proporcionar hábitats para pájaros, insectos y plantas.

• Más financiación

Las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza deben más que duplicarse hasta alcanzar los 542.000 millones de dólares en 2030 para cumplir los objetivos mundiales en materia de clima, biodiversidad y restauración de ecosistemas.