El barrio Dumboa de Irun acaba de celebrar su 50 aniversario, medio siglo de vida que ha visto crecer a varias generaciones y que, desde 1991, cuenta con un rincón muy especial: la Biblioteca Dumboa. Nacida al calor de la asociación de vecinos, este espacio se ha convertido en un refugio para los amantes de los libros y en un motor cultural que sigue latiendo gracias al esfuerzo y la ilusión de sus voluntarios, Kike Gorrotxategi y Gemma Nanclares.

¿Cuál es la historia de la biblioteca Dumboa? 

Kike: La biblioteca lleva funcionando desde 1991. Yo llegué por mediación de un amigo, que estaba aquí, pero que por un tema laboral no podía seguir. Entonces empecé a venir yo, hace nueve años, y vi el potencial que tenía este sitio. ¡Había 11.000 libros!

¿Cómo se ha conseguido reunir semejante fondo bibliográfico?

Poco a poco, la mayor parte a través de donaciones, que sigue habiendo. Somos la segunda biblioteca de Irun, después del CBA.

¿Continúan aceptando libros en donación?

Sí, por supuesto. Lo único que no cogemos son enciclopedias.

¿Cómo funciona la biblioteca hoy en día?

Abrimos de lunes a miércoles, de 17.00 a 19.00 horas. No hace falta pagar una cuota ni ser obligatoriamente del barrio. De hecho, viene mucha gente de Hondarribia, de Jaizubia, de otros barrios como Artia… Simplemente vienes aquí, te registras y ya está, puedes coger hasta tres libros en préstamo, durante un mes.

"Tenemos todos los libros que el pintor Mensu tenía en su estudio de pintura y que nos donó hace años"

¿Qué tipo de literatura pueden encontrar los usuarios?

De todo. Tenemos un espacio dedicado a los escritores de la comarca, y a partir de ahí todo tipo de literatura. También literatura infantil, en euskera y castellano, y muchos libros sobre la historia de Irun. Y, como curiosidad, tenemos todos los libros que el pintor Mensu tenía en su estudio de pintura y que nos donó hace años, porque es uno de nuestros amigos y colaboradores. Es un espacio dedicado a él y todos aquellos artistas que quieran pueden consultarlo, porque hay un poco de todo.

Qué interesante… ¿Tienen algún otro rincón curioso?

Sí. También Carlos García-Arenzana, que es un médico irundarra que vive en Valencia, nos donó muchos libros de medicina. Y por último, Merche Mitxelena nos donó muchos libros de su aita, que era bertsolari, sobre bertsolaris del País Vasco. 

Incluso ofrecen un servicio de ayuda para realizar árboles genealógicos…

Gemma: Sí, me encargo yo. He hecho cursos y sé bastante, y he solido ayudar a muchas personas a encontrar a familiares o a realizar su árbol genealógico. 

Han mencionado la evolución del proyecto. ¿Qué cambios han introducido desde que tomaron las riendas?

Hemos intentado dinamizar este espacio. Era la típica biblioteca de barrio, así un poco tranquila, que no se movía mucho. Nosotros empezamos a acudir a presentaciones de libros, al Casino de Irun, aquí y allá, y empezamos a coger ideas. Sabíamos que en Irun había muchos escritores y creíamos que podíamos hacer lo que hacían en otros sitios. Así que nos pusimos en contacto con escritores de aquí, de la comarca, para ofrecerles otro espacio más.

De hecho, muchos escritores han pasado por aquí desde entonces.

Sí. La primera que empezó fue Itziar Sistiaga, que ha sido la que nos ha ayudado. Ella misma también ha realizado cursos de escritura creativa aquí.

Incluso han digitalizado la biblioteca. 

Kike: Sí, hice una web de la biblioteca, en la que he conseguido volcar la base de datos a un archivo PDF de manera que se puede consultar el fondo ahí. 

"El año pasado prestamos 886 libros y registramos a 1.435 lectores"

En un mundo cada vez más digitalizado, ¿cómo logran llegar al público joven?

La verdad es que es muy difícil. Nuestro público es más bien de mediana edad, pero tenemos bastantes usuarios. El año pasado, sin ir más lejos, prestamos 886 libros y registramos a 1.435 lectores. En cuanto al público joven, sí que hay niños que leen, que normalmente es porque sus aitas o sus abuelos leen, y vienen con ellos a coger libros. Además, en el colegio Dumboa suele haber extraescolares, y a veces cuando hace mal tiempo, vienen aquí y hacen deberes o cogen un libro y se ponen a leer.

Poco a poco, todo ese esfuerzo va dando sus frutos, ¿verdad?

Sí, y nos anima bastante el hecho de que seamos un poco un referente para gente que escribe. Ahora nos llaman y contactan con nosotros, no solo escritores de Irun, sino también de otros lugares.

¿Por ejemplo?

Hace poco han venido un escritor de Burgos y otro de Pamplona. En octubre va a venir Mikel Alvira, de Barakaldo, que es un crack. Es un escritor que ya es conocido a nivel nacional y ha sido guionista de programas de televisión, es profesor de la universidad. Y va a presentar su nuevo libro en Bilbao, en Pamplona y aquí. En ningún otro lado. También Josu Torres estuvo hace poco, que escribe poesía, y lo mismo, presentó en Donosti y aquí solamente.

Más allá de presentaciones de libros, ¿qué otro tipo de actividades suelen organizar?

Hace poco he contactado con Luis Barrios, el profesor de un taller de libros de artistas de Pasaia, que está organizando una especie de gira en colaboración con tres aristas de la Orquesta de Euskadi ya jubilados. Él va a hablar de la historia del libro, desde sus orígenes, cómo ha ido evolucionando, y los músicos van a recrear cada etapa con música. Y el 28 de noviembre ofrecerán la actuación aquí, en la biblioteca. Y al mismo tiempo haremos una pequeña exposición de las cosas que hacen en el taller. 

El año pasado pusieron en marcha la primera Feria del Libro Bidasotarra, y este año han repetido. ¿Qué tal han funcionado?

Se nos ocurrió el año pasado y gracias a la complicidad de conocidos y amigos conseguimos montarla con un montón de cosas. Por lo menos sirvió un poquito de escaparate para toda esa gente de la zona que escribe y a quienes queremos ayudar a darse a conocer. La segunda edición la ha organizado principalmente Itziar Sistiaga, porque a nosotros nos pilló mal, pero ha salido bastante bien.

"Nuestro reto principal es el dinero; nos gustaría traer muchas más novedades, pero tenemos 600 euros al año para comprar libros"

¿Participó mucha gente del barrio?

Lo cierto es que los vecinos del barrio a las actividades no se suelen acercar. Se vuelcan mucho en cuanto a donación de libros y todo eso, pero luego, a las presentaciones y esas cosas, viene más gente de fuera del barrio que de aquí.

¿Cuáles son los principales retos o dificultades que encuentran en el día a día? 

El dinero, las ayudas. Intentamos traer novedades, comprando dos o tres libros cada mes, pero es complicado porque, claro, tenemos 600 euros al año para eso, figurate tú… Son 50 euros al mes para comprar libros. El año pasado nos dieron una subvención de unos 700 euros solo para comprar libros, y fue como si nos hubiese tocado la lotería. 

¿Y cuáles son sus ilusiones o aspiraciones?

Seguir creciendo. Organizar cada vez más cosas, iniciativas nuevas. En ese sentido, estamos abiertos a cualquier propuesta que nos puedan hacer. No tiene por qué ser solo relacionado con la literatura, puede ser cualquier tipo de acto cultural. 

Si pudieran lanzar un mensaje a la ciudadanía, ¿cuál sería?

Que vengan a conocernos, que seguramente se van a sorprender.