La aparición de una joven tortuga boba en aguas vizcainas ha llamado la atención de los expertos. Habitual en latitudes como América del Norte, el Golfo de México y otras aguas templadas de prácticamente todos los océanos, en las últimas horas ha sido hallado un ejemplar en la costa vasca.

La historia la ha narrado Iker Agirrezabala en Twitter, donde se define como pescador submarino. Una noche recibió la llamada de un agente de la Ertzaintza destinado en Bilbao, que una persona había llevado hasta allí "una tortuga de una playa y está medio tiesa".

Sorpresa

"¡Me manda la foto y alucino!", prosigue su narración en la red de microblogging, donde alerta de que la tortuga boba es una especie en peligro de extinción. Tras recomendar a los agentes que introdujeran el ejemplar en un cubo con algo de agua, "lo justo para que le cubra el cuerpo pero que pueda sacar la nariz para respirar" y lo dejaran "en un sitio cálido para que recupere temperatura", les recomendó llevar a un centro de recuperación.

Dicho y hecho: "Del centro de recuperación de Bizkaia la llevan al Aquarium de Donostia. A día de hoy se encuentra perfectamente, comiendo y cogiendo peso para su suelta en el mar. Es la primera vez que veo una tortuga boba tan pequeña aquí".

"Las corrientes y la temperatura están cambiando"

Esta última apreciación lleva a Agirrezabala a una reflexión que se está viralizando en Twitter: "Tengo el conocimiento de muchos avistamientos de tortugas este año. Y alguna otra varada también. No sé lo que está pasando, pero sí que sé que las corrientes y temperaturas del agua en el Cantábrico están cambiando".

De hecho, otro usuario avisa cómo este mismo viernes fue recogida una tortuga mureta en la playa de Itzurun, en Zumaia.

"Poco abundante"

El Atlas y Libro Rojo de los Anfibios y Reptiles de España recoge que la tortuga boba es ""una especie cosmopolita que se distribuye por todos los océanos y mares tropicales y subtropicales, en un área muy extensa comprendida entre los 60º N y aproximadamente 40º S"

Se trata de una especie que pasa "por distintos hábitats a lo largo de su desarrollo". Así, los primeros estadíos tras la eclosión de los huevos "los pasan en hábitat pelágicos. Cuando llegan a una talla del caparazón de 52 cm se asientan en hábitats bentónicos, lo que se correspondería en el Atlántico norte con edades comprendidas entre 7 y 10 años".

En la fase bentónica juvenil "hasta alcanzar la madurez sexual y retornar a las playas de reproducción de las que son originales puede durar hasta 20 años; durante este periodo y en posteriores muestran gran fidelidad a las áreas de alimentación y retornan a las mismas tras las migraciones reproductoras subsecuentes".

"Ejemplares de origen americano"

El citado Atlas y Libro Rojo especifica que "en aguas del Cantábrico y Galicia, donde es común aunque poco abundante pueden encontrarse ejemplares de origen americano. En general son individuos de pequeño tamaño los que llegan a varar en estas costas, en ocasiones debido al efecto de las bajas temperaturas sobre los individuos jóvenes. En Canarias es una especie común, cuyos ejemplares podrían proceder no sólo de playas de puesta del Atlántico occidental sino también de las cercanas islas de Cabo Verde, donde se ha descubierto una colonia importante".

Hay que mirar al sur para encontrar mayores colonias y diversas: "En el Golfo de Cádiz se encuentran ejemplares tanto de origen americano como de origen atlántico, no descartándose que pudieran alcanzar esta región ejemplares de origen africano. Según indican estudios genéticos, el Mediterráneo habría sido colonizado por las tortugas procedentes de Florida hace unos 12.000 años".

Muy mediterráneas

Este último mar es donde es más habitual ver a las tortugas bobas, en cuyas aguas es "es muy abundante desde junio a septiembre, donde se concentran especímenes de poblaciones mediterráneas y de poblaciones atlánticas".