El Consejo de Administración de Bidegi aprobó el pasado 10 de mayo la resolución anticipada del mayor contrato de mantenimiento de carreteras de Gipuzkoa, una concesión que Bidelan tenía encomendada por unos 296 millones de euros durante ocho años, hasta 2026; y que volverá a salir a concurso público con el objetivo de adjudicar a un nuevo contratista los trabajos de mantenimiento, explotación y conservación de las autopistas AP-1, AP-8 y A-636 para comienzos de 2025. Durante este periodo de provisionalidad, Bidelan continuará realizando estas tareas, según ha confirmado a NOTICIAS DE GIPUZKOA Alfredo Etxeberria, el director de Bidegi. 

Según ha podido saber este periódico, la “insostenible” situación económica del contratista, Bidelan, debido a la descontrolada “evolución del IPC en los últimos años”, ha forzado la resolución anticipada del contrato, que a efectos prácticos es una rescisión automática del mismo. Eso sí, después de que Bidegi, el gestor público de las autopistas de Gipuzkoa, haya desestimado una solicitud previa de reequilibrio económico-financiero: algo así como “un rescate”. 

Según ha indicado el director de Bidegi, Alfredo Etxeberria, esta petición de reequilibrio fue realizada por Bidelan el 30 de octubre de 2023, apuntando que si ésta era desestimada, procedería a “solicitar la resolución del contrato ante el impacto que llevaría a disolver la sociedad”.

El propio Etxeberria, consultado por NOTICIAS DE GIPUZKOA, ha asegurado que esta opción de reequilibrio (rescate) no estaba prevista en el contrato y, “al no ajustarse a derecho”, el 20 de diciembre de 2023, se dijo no a la misma, lo que llevó a Bidelan a solicitar la resolución anticipada, aportando datos sobre su delicada situación económica

Bidelan continuará realizando los trabajos de forma provisional hasta que se consume la nueva adjudicación a “comienzos de 2025”

La situación económica de Bidelan era calificada de “insostenible” por la propia dirección de la empresa, según ha podido confirmar este periódico. Y el diagnóstico realizado por el auditor externo de Bidegi así lo confirmó tras analizar la documentación aportada: “No existen fondos propios suficientes para cubrir las pérdidas que se generan durante la vida del contrato”. 

Cortafuegos

Es más, según esta auditoría, “las proyecciones de fondos negativos implicarían el cumplimiento de la disolución legal” de Bidelan “conforme a la normativa vigente”. Etxeberria asegura que con la resolución del contrato se ha establecido “un cortafuegos” para que no se vea afectado el servicio. 

Bidelan entró en pérdidas a partir de 2023, según explica Alfredo Etxeberria. Pérdidas importantes que no tenían visos de corregirse y el contrato no daba margen para pagar más por el servicio.

Hay que tener en cuenta, además, que hace menos de dos meses se firmó la renovación del convenio de Bidelan. Un acuerdo que contempla subidas del IPC para los y las trabajadoras del mantenimiento de carreteras de la AP-8, con un mínimo garantizado anual del 2% en caso de recesión económica. Y todo ello con la consolidación de los puestos de trabajo. Llevaban negociando desde enero de 2023.

El 26 de enero de 2024, tras desestimar el reequilibrio económico financiero del contrato solicitado por Bidelan, ésta solicitó la resolución del contrato por mutuo acuerdo. Consideraba, según especifica Etxeberria, que “no iba a poder hacer frente al cumplimiento de las obligaciones que dimanan del contrato ante una ineludible situación concursal con afección negativa sobre el servicio público”. 

El propio director de Bidegi añade que el pliego de condiciones particulares que sirvió para la licitación y posterior formulación del contrato de la operadora sí establece la posibilidad de resolver el contrato de manera anticipada por mutuo acuerdo entre las partes, “siempre que no concurra otra causa de resolución imputable al contratista y por razones de interés público, garantizando la continuidad del servicio hasta nueva contratación”. 

Y finalmente, el Consejo de Administración de Bidegi (compuesto por miembros de todos los partidos representados en las Juntas Generales de Gipuzkoa), decidió que “existen hechos relevantes y objetivos con afecciones excepcionales e imprevisibles, que en virtud del interés público recomiendan resolver el contrato”. 

Afección “drástica” del IPC

La pandemia de covid y la guerra de Ucrania, entre otros, han disparado la inflación en los últimos años: el IPC subió un 6,5% en 2021, un 5,7% en 2022 y un 3,1% en 2023, muy por encima de las proyecciones iniciales del contrato (2% en el modelo económico-financiero redactado por Bidegi y 1,5% en la oferta de Bidelan). 

Y todo ello, admite Bidegi, “ha afectado drásticamente a costes tanto de personal como de materiales y servicios” y han “desequilibrado el planteamiento de viabilidad del proyecto generando una situación crítica para el contratista”.

Además, reconoce Etxeberria, el contrato ya estaba bastante ajustado de origen. Según el propio director general de Bidegi, Bidelan había obtenido un margen de beneficio en torno al 2% en sus primeros años de contrato, en contraste con una previsión inicial que rondaba el 6%. 

El Consejo de Administración de Bidegi, “ante la necesidad de garantizar la correcta explotación de las infraestructuras y servicios en cuestión”, también procedió a la liquidación del periodo comprendido entre el 1 de enero y 10 de mayo de 2024, así como a aprobar el acuerdo para el periodo transitorio en el que Bidelan continuará ofreciendo servicio como hasta ahora.

Contratista desde 2003

Bidelan, que según ha podido saber este periódico, se plantea volver a presentarse a la nueva licitación que se habilite, lleva gestionando el mantenimiento de las autopistas de Gipuzkoa desde que expiró la concesión de Europistas en el año 2003. Entonces, la red de autopistas guipuzcoanas se limitaba a la AP-8, pero desde la apertura de la AP-1 en 2009, Bidelan también asumió los trabajos de mantenimiento de esta vía, y más adelante, la de la A-636, la autopista de Deskarga, entre Beasain y Bergara. 

El último contrato lo ganó también Bidelan en 2018. Este viernes se han cumplido exactamente seis años desde que se le adjudicó el servicio. Le quedaban otros dos, hasta el 24 de mayo de 2026. Alfredo Etxeberria asegura que Bidegi está analizando ahora qué fórmula adoptar y qué duración asignar de cara a la nueva licitación, ante situaciones de inestabilidad económica y la dificultad de establecer previsiones a tan largo plazo. Según dice, el plazo de ejecución está relacionado con las inversiones y las amortizaciones realizadas por el contratista.