Se sabe que un 80% de las personas sentirán dolor de espalda en algún momento de la vida y que el 23% de la población tendrá algún episodio de dolor lumbar crónico, es decir, unas molestias persistentes de más de tres meses de duración. Además, en un 11-12% de la ciudadanía el dolor lumbar producirá, en alguna ocasión, una limitación en sus actividades. Dado el impacto social, estas cifras hacen que este tipo de dolor sea la principal causa de discapacidad en España y a nivel mundial, sobre todo en adultos en edad laboral.

Lejos de mitigarse, el problema irá a más. Para 2050, las investigaciones proyectan un aumento de la incidencia de lumbalgia en todo el mundo del 36%, lo que afectará a 843 millones de personas, mayoritariamente en Asia y África.

Los científicos han constatado, además, que la prevalencia global es más alta en mujeres que en hombres en todos los grupos de edad, aunque los años no pasan en balde y son determinantes en esta patología porque a más años, más dolor de espalda. Así, la prevalencia de la lumbalgia y los años vividos con discapacidad aumentan con la edad, siendo el grupo de 80 a 84 años el colectivo con la tasa más alta.

Dentro del mapa de enfermedades crónicas, el dolor lumbar tiene una presencia apabullante. Según la Encuesta Europea de Salud en España (EESE), después de la hipertensión arterial (19%), el colesterol elevado (15%) y la artrosis (14%), se encontraría el dolor lumbar (13,7%), como una de las patologías que más afecta a los ciudadanos.