Los trabajadores del colegio Scientia Karmelo de Amara, en Donostia, han realizado este martes un paro de dos horas, desde las 10.00 hasta las 12.00 horas, para denunciar el cierre del centro al finalizar el presente curso escolar. Según ha explicado la plantilla, se enfrentan a una situación de completa vulnerabilidad, ya que "esta decisión se ha tomado con objetivos de negocio que nada tienen que ver con la actividad educativa".
La plantilla ha convocado una huelga los días 7, 8, 9, 14, 15 y 16 de mayo. En caso de que no se tengan en cuenta sus reivindicaciones, las movilizaciones y las huelgas continuarán.
La jornada de paro ha sido convocada por el sindicato ELA. Según Mikel Uranga, uno de sus portavoces, los delegados del colegio “no tienen ningún tipo de información, ningún documento que acredite cuál es la situación del centro y los motivos por los que cierra sus puertas”.
La empresa Scientia School compró el colegio Karmelo, incluido el edificio, hace casi cinco años, y en este espacio tan corto de tiempo ha tomado esta drástica decisión. “Lo mismo está ocurriendo con esta empresa en otros lugares del Estado. Por lo tanto, tenemos sospechas, bien fundadas, de que Scientia School tiene intereses económicos alejados del ámbito educativo. Cuando nos hemos reunido con la titularidad del centro, prácticamente nos piden que tengamos fe. Sinceramente, nos cuentan muchas mentiras”, explica Uranga.
Incierto futuro para los profesores
Los trabajadores, a día de hoy, no saben qué va a ser de su futuro a partir de septiembre, ya que Scientia School no les ha comunicado sus planes. La plantilla tiene la esperanza de, al formar parte de Kristau Eskola, ser recolocada en otros centros de la misma red. “Algunos profesores llevan tres meses sin cobrar. Cada vez que mandamos un correo pidiendo una solicitud, no se nos contesta. Se nos ponen todas las trabas del mundo. Ya no podemos más”, indica una profesora del centro.
El motivo principal que Scientia School aportó para justificar el cierre del colegio fue las escasas matriculaciones de los últimos años. “Ha bajado, pero en el resto de escuelas también lo ha hecho. Dicen que no hay matriculaciones, pero tampoco han abierto el plazo. No pueden conocer los datos si no abren la inscripción”, añade.
Asimismo, la trabajadora denuncia que la noticia les llegó de sopetón: “En enero se nos anunció a profesores y familiares que el centro iba a cerrar, exactamente el mismo día que se publicó en la prensa. Creemos que hay otra solución, pero están utilizando toda clase de artimañas para hacer su negocio”.
Esta situación no afecta solamente a trabajadores y alumnos, sino también a los padres. “Están muy preocupados. Tienen problemas a la hora de pagar las cuotas porque se las pasan por cuentas extrañas. Además, durante el curso han pagado libros que nunca han recibido. Ahora tienen que matricular a sus hijos e hijas en otros centros, con el nerviosismo que ello conlleva”.
Además de la responsabilidad de la empresa Scientia School, Uranga se pregunta "dónde están el Departamento de Educación y otras instituciones". “Esto es educación concertada, sustentada en parte con dinero público, y vemos que se está dando entrada a entidades que no están dentro del mundo de la educación”, señala Uranga. A este respecto, la profesora afirma que no tienen noticias por parte del Gobierno Vasco: “No nos sentimos nada arropados. Dicen que no pueden hacerse cargo”.