Atendiendo a la evolución de los últimos años, Gipuzkoa es un territorio cada vez más cohesionado y menos desigual, pero la paulatina mejora económica sigue sin llegar a las 42.200 personas que se encuentran en situación de pobreza severa. Es una de las principales conclusiones de la cuarta Encuesta de Pobreza y Exclusión Social de Gipuzkoa, un estudio que ofrece una fotografía comparativa del territorio entre 2018 y 2022, el primero que se realiza una vez superada la crisis sanitaria por covid.

La diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña, y el director de SIIS Centro de Documentación y Estudio, Joseba Zalakain, han presentado esta mañana en Donostia los resultados recogidos en esta cuarta edición, que da continuidad a las de 2012, 2014 y 2018. El informe refleja que las tasas de pobreza no se reparten por igual en toda la población. 

La infantil y juvenil figura entre los colectivos que se encuentran en situación más desfavorecida, con tasas de pobreza que llegan a multiplicarse por seis con respecto a las que presenta el resto de la población. Una situación que dista mucho, por ejemplo, de la que presentan los mayores de 65 años, que a pesar de las dificultades económicas cuentan con un sistema de protección “potente” gracias a las pensiones y complementos. 

La encuesta revela, así, una importante brecha que tiene que ver con la edad. “Si pusiéramos a todas las personas pobres en un campo de fútbol, la mayor parte sería gente menor de 45 años”, ha comparado Zalakain. Un colectivo integrado por menores, jóvenes y personas en edad de tener hijos, algo que guarda relación directa con el reto demográfico, y al que se suma también el colectivo inmigrante.  

Encuesta en 1.500 hogares

La encuesta se realizó en 1.500 hogares entre finales de 2022 y comienzos 2023. El trabajo analiza las situaciones de pobreza, desigualdad o exclusión en Gipuzkoa, su evolución y las condiciones de vida, en un contexto de crecimiento económico y del empleo una vez superada la pandemia, lo que explica buena parte de los datos favorables. 

Es también una época inflación, de subida de precios y de políticas sociales expansivas en el conjunto del Estado. Teniendo en cuenta todos esos elementos, la mayor parte de los indicadores relacionados con la pobreza y la exclusión social en Gipuzkoa han mejorado en consonancia con lo ocurrido en el resto de territorios, y con la mejora de los indicadores económicos y laborales. 

La mayor parte de los indicadores relacionados con la pobreza y la exclusión social en Gipuzkoa han mejorado en consonancia con lo ocurrido en el resto de territorios

La situación comparativa es “muy favorable”, según ha remarcado la diputada. Así lo demuestra el índice Gini, que mide la desigualdad de renta, y que ha caído cuatro puntos desde 2018, un dato que, según ha subrayado Peña, “nos coloca entre los territorios con menor desigualdad del mundo”. 

La encuesta refleja que el 85,6% de la población guipuzcoana se encuentra en situación de bienestar, lo que supone el porcentaje más elevado desde que se comenzó a realizar este trabajo de investigación en 2012. Pero los datos también demuestran que la recuperación económica en Gipuzkoa no está llegando a los sectores con mayores dificultades, “y se observa un riesgo de cronificación en esas situaciones de exclusión”, según ha reconocido la diputada. 

Menos de 1.000 euros al mes

Así, un total de 102.300 personas se encuentran en riesgo de pobreza en Gipuzkoa, con unos ingresos por debajo de los 1.000 euros. Se trata del 14,4% de la población, un porcentaje que, pese a todo, ha caído en dos puntos con respecto a 2018. 

El estudio revela que, dentro de ese contexto de mejoría general, la situación más preocupante la atraviesa el 5,9% de la población. Se trata de 42.200 personas que sufren pobreza severa en el territorio, con unos ingresos por debajo de los 666 euros. Una realidad que “nos pone de manifiesto al conjunto del territorio la necesidad de avanzar en una estrategia integral, multidimensional y compartida”, ha reconocido la diputada. 

Ni siquiera tener un empleo es garantía de no deslizarse por la pendiente de la exclusión. La población ocupada que vive bajo el riesgo de pobreza se ha reducido en más de tres puntos, a pesar de lo cual se sitúa en un 6,2% en aquellos hogares con todos sus integrantes activos ocupados. 

En líneas generales, a pesar de la evolución favorable, la Diputación no hace una lectura complaciente y, en ese sentido, la encuesta recoge “datos muy valiosos” que serán utilizados a la hora de planificar las políticas sociales en el territorio. Es relevante tener en cuenta el espacio temporal que comprende el informe: desde 2018, una época previa al covid, en la que ya había una recuperación económica de la anterior crisis de 2008, hasta 2022. Zalakain señala que, la principal conclusión, es que “casi todos los indicadores de pobreza y desigualdad se reducen, y lo hacen de una manera clara”, algo que coincide con casi todas las demás fuentes de las que se ha servido el Centro de Documentación y Estudio.

Mejora del empleo

La principal razón que explica este cambio es la mejora en el empleo, tanto en la cantidad como en la calidad. Durante la época sometida a estudio, los salarios que más suben son los de los trabajadores con sueldos más bajos, un dato que recoge la encuesta y que viene avalado por otras fuentes administrativas, como los propios informes que elabora Hacienda. 

Este tiempo, tanto desde el punto de vista económico como político, ha venido marcado por la introducción de una serie de políticas, como el incremento del salario mínimo o la reforma laboral. “Todo ello ha hecho que el empleo tenga más capacidad que antes para sacar a la población de la pobreza”, explica el investigador. 

Sin embargo, la tasa se mantiene para aquellas personas que se encuentran en una situación más desfavorecida. ¿Por qué? “Probablemente, porque estamos hablando de personas que dependen más de las prestaciones sociales, como RGI”, un dato que explica que continúe en situación desfavorecida ese 5,9% de la población guipuzcoana. 

Otro de los datos que revela la encuesta es que ha aumentado el número de personas que se consideran así mismas pobres, cuando objetivamente no se ha incrementado el número. “Pensamos que tiene que ver con la inflación. Es importante recordar que los indicadores de pobreza recogen los ingresos, pero no los gastos”, explica Zalakain. 

Por comarcas Debabarrena es la que presenta en Gipuzkoa tasas de pobreza más altas, según los resultados de la encuesta, que establece una relación directa con aquellas zonas en las que más presencia tiene el colectivo inmigrante, y más viviendas de alquiler existen.