Los cuatro acusados (tres hombres y una mujer) de intentar matar en mayo de 2021 a un varón de una brutal paliza en una plaza de Pasai Antxo para robarle han negado este martes su implicación en los hechos, igual que hicieron ayer los otros once procesados.

Los hechos sucedieron sobre las 00.45 horas del 15 de mayo cuando la victima regresaba a pie a su domicilio después de que su patinete eléctrico se quedara sin batería, momento en el que, según la versión de la Fiscalía, fue abordado por dos de los inculpados que le pidieron que les entregara el vehículo y su teléfono móvil.

La víctima se negó y continuó su camino, pero al llegar al portal de su vivienda se habría topado con el resto de inculpados que, junto a los dos primeros procesados, presuntamente le propinaron una brutal paliza con patadas, puñetazos y "golpes con palos" en distintas partes del cuerpo "con ánimo de acabar con su vida".

Asimismo, el perjudicado habría recibido amenazas de muerte en el contexto de una "espiral de violencia" en la que uno de los procesados habría intentado sin éxito clavarle una navaja y otro supuestamente trató de cortarle el cuello, mientras un tercero le golpeaba con una botella, y una de las mujeres lo hacía con un bastón.

Patinete inservible

Tras la agresión, los procesados se habrían dado a la fuga con 45 euros y una cazadora del perjudicado, al que también dejaron "inservible" su patinete.

En la primera jornada del juicio por este incidente celebrada ayer, los once primeros procesados (ocho hombres y cinco mujeres), muchos de ellos miembros de la misma familia, rechazaron haber tomado parte en la agresión e incluso algunos dijeron no encontrarse siquiera en la localidad de Pasaia.

Varios eximieron además de responsabilidad a dos de los procesados porque, según relataron, no podían estar en Pasai Antxo por la "ley gitana", ya que un "patriarca" les había prohibido acudir a esta localidad a raíz de un "grave" incidente previo ocurrido tiempo atrás.

Aquellos que sí admitieron encontrarse en la localidad el día del incidente explicaron que estaban allí para celebrar el cumpleaños del abuelo en un piso de Antxo, tras lo que unos cuantos se marcharon y otros bajaron a la plaza después de que varios vecinos les llamaran la atención por el ruido, aunque negaron en todo momento cualquier relación con la agresión.

Niegan los hechos

Los cuatro procesados restantes que han declarado este martes lo han hecho en el mismo sentido, si bien el único de ellos que se encuentra en prisión provisional por lo sucedido ha precisado que él estuvo aquel día en Astigarraga por lo que no pudo agarrar a la victima del cuello, amenazarla con matarla ni intentar clavarle una navaja, como le ha cuestionado el fiscal.

Este hombre ha dicho no tener "problemas" con la víctima "ni con nadie" porque no es "problemático", si bien ha reconocido que si alguien le toca "responde", aunque en esta ocasión no intento matar al perjudicado.

"Yo, sinceramente, soy una persona que si hago algo lo hago bien y si tengo que pagar 15 años los pago y lo mato, así de claro", ha sentenciado.

Ha desvelado además que ya ha pedido "dos o tres veces" una rueda de reconocimiento que le pueda exculpar y que está dispuesto a someterse al polígrafo. Ha explicado además que su negativa a someterse a las pruebas de ADN responde a que él se dedica "a robar empresas" y tenía "miedo" de que a través de ellas le pudieran atribuir alguna de estas sustracciones.

Ha precisado además que está en tratamiento psicológico porque padece una discapacidad mental del 18 %, alteración de conducta, esquizofrenia y un trastorno mixto de la personalidad.

Prisión provisional

Se ha lamentado también de ser el único de los inculpados que se encuentra ingresado en prisión provisional por estos hechos por los que, según ha comentado, también es el único "que ha pagado".

Por este motivo ha atribuido a uno de los doce restantes acusados la autoría de lo sucedido y ha exculpado otros dos, si bien ha aclarado que se trata de una "teoría" a la que ha llegado en prisión porque, como ha comentado, "cuando estás en la cárcel te enteras de todo".

Este acusado ha afirmado además tener "miedo" de la Policía porque desconoce qué le van a imputar "la próxima vez". "¿Qué me van a meter, un asesinato, una violación?", se ha preguntado, al tiempo que ha acusado a la Ertzaintza de "negligencia" en este asunto y ha dicho que él se ve a sí mismo "reinsertado" como para "salir a la calle" ya.

Ha mantenido además que este asunto tendrá "muchas consecuencias" por las "negligencias" de la Ertzaintza y porque no se puede meter a todos los inculpados "en el mismo saco, porque al final el saco se rompe 'malamente'", como dice "la Rosalía", ha zanjado .

Un segundo encausado que sí estuvo en el cumpleaños de Pasaia también ha negado haber participado en la agresión y ha justificado una herida que tenía aquel día en la mano al ser identificado por la Ertzaintza como resultado de un golpe que pegó en una pared del portal de casa de su abuelo por la frustración que le provocó no poder responder a un incidente previo entre un primo suyo, menor de edad, y otra persona que había "mirado mal" a su pareja.

Este golpe de la mano justificaría así la existencia de dos gotas de sangre suyas en la escalera de la vivienda.

Los dos acusados restantes (un varón y una mujer) también han rechazado haber agredido a la víctima, uno de ellos porque, según ha comentado, estaba en Pasaia pero en su propia casa con su esposa y sus hijos, y la otra porque, como ha relatado, estuvo en el cumpleaños pero no llegó a bajar a la calle.

Está previsto que el juicio se reanude este jueves con la declaración de la victima en calidad de testigo protegido.