El nivel de riesgo de mujeres víctimas de violencia machista está sometido a constante valoración en Euskadi. Desde que se tiene constancia de un incidente hasta que finaliza el atestado policial, la Ertzaintza realiza del orden de cuatro estudios diferentes, y el resultado de ese exhaustivo trabajo viene reflejado en la estadística.

Desde el 1 de enero de 2012 a 31 de diciembre de 2023, en el Estado español han asesinado a 158 mujeres que habían interpuesto denuncia por violencia machista. Tan solo una estaba siendo protegida por la Ertzaintza.

Fue el caso de Maialen, asesinada el 28 de mayo del año pasado en Gasteiz. La Ertzaintza habló con ella unos días antes de que su expareja acabara con su vida en un apartahotel de la capital alavesa. Sobre el asesino pesaba una orden de alejamiento. La mujer dijo entonces que el quebrantamiento era consentido.

La estadística puede resultar favorable, pero un solo caso es demasiado, de ahí que la labor policial se centre en evitarlo a toda costa. “El esfuerzo que hacemos en ese sentido es enorme”, admite Javier Óscar Fernández Cucó, jefe de las Secciones Centrales de Investigación Criminal de la Ertzaintza y Policía Judicial. Un dato permite advertir la dimensión de esa tarea.

Según la información facilitada a este periódico, durante ese mismo periodo de tiempo de once años, la Ertzaintza ha atendido en Euskadi a un total de 36.499 víctimas de malos tratos. Se trata de un promedio de 3.318 mujeres cada año, 276 al mes, casi diez por día. “Estamos hablando de víctimas diferentes, que a lo largo de la vida han podido sufrir a su vez una serie de victimizaciones”, precisa el jefe de las Secciones Centrales de Investigación Criminal de la Ertzaintza.

Valoración del nivel de riesgo

Durante ese proceso se antoja vital hacer una correcta valoración del nivel de riesgo al que están expuestas. La Ertzaintza maneja cuatro parámetros: básico, moderado, alto y especial. “Hay situaciones en las que constatamos que en un año no ha ido a más ese riesgo básico y cerramos el caso. En otras ocasiones, en cambio, la labor de protección policial es necesaria durante más de una década”, expone el responsable.

Un equipo especialista en Psicología Social de la UPV investiga datos de las intervenciones policiales para mejor la herramienta de valoración de riesgo

Determinar el número de mujeres que se encuentra actualmente en una situación de peligro real es prácticamente imposible porque “hay una cifra oculta enorme”. La información es tan cambiante que al facilitar a este periódico los últimos datos, la Ertzaintza precisa el día y, hasta la hora. "La situación varía constantemente”. Así, a las 9.00 horas del 14 de enero de este año, la Ertzaintza atendía en Euskadi a un total de 6.822 víctimas con hijos a cargo -4.246 de ellas con orden de protección judicial -, de las que 2.525 residen en Gipuzkoa. Se incluye en la estadística los menores expuestos a violencia de género puesto que son reconocidos como víctimas, según figura en la Ley de la Infancia y la Adolescencia que entró en vigor en 2015.

Sin tener en cuenta a los menores, el número de mujeres atendidas por malos tratos asciende en Euskadi a 5593, de las cuales 2105 residen en Gipuzkoa. En los expedientes siempre se refleja los casos de violencia doméstica y de género, “porque cuando se constata el primero de estos supuestos, puede existir de forma larvada el segundo”, asegura Fernández Cucó, para quien resulta “muy valiosa” la aplicación informática que utilizan para ver el historial de malos tratos en una unidad familiar. “Nos ayuda muchísimo a la hora de hacer una valoración de riesgo”, reconoce.

La herramienta utilizada por la Ertzaintza es la llamada EPV-R (Escala de predicción del riesgo de violencia grave contra la pareja), que fue creada en 2005 y está en uso desde enero de 2007, habiendo sido sometida a revisión en dos ocasiones.

En marcha una nueva investigación

Con el fin de mejorar el modelo policial actual para proteger a las víctimas, un equipo especialista en Psicología Social ha iniciado una investigación sobre la información recogida por esta herramienta en torno a las circunstancias actuales en las que se produce la violencia machista en Euskadi. El objetivo es conocer a fondo la situación real de riesgo en que se pueden encontrar las mujeres. “Nuestro primer objetivo es revisar el funcionamiento de los últimos diez años, descargando la información de las aplicaciones policiales utilizadas”, detalla a este periódico el doctor en Psicología y Licenciado en Criminología Ismael Loinaz Calvo, que lidera un equipo de investigación del Departamento de Psicología Social de la UPV/EHU, que ya ha comenzado a recoger datos.

Durante esta primera fase del proyecto, en la que se está manejando una cantidad ingente de información, se quiere valorar si el sistema de trabajo actual está anticipando posibles reincidencias y situaciones de mayor riesgo. “Queremos conocer los perfiles, tanto de los agresores como de las víctimas. Hay agresores que cuentan con varias víctimas, y éstas a su vez varios agresores. Es una información que a nivel estadístico podemos ir viendo y calculando”, detalla el responsable del equipo de investigación.

Lo novedoso del trabajo es que va a permitir avanzar en distintas fases, con una herramienta que “va a ir ampliando sus tentáculos”, como explica gráficamente Loinaz. Así, habrá una parte que siga siendo de predicción y gestión de la violencia de pareja, pero se quieren añadir otras realidades, como por ejemplo la violencia vicaria, para tratar de predecir estadísticamente el posible riesgo de asesinato de hijos dentro de entornos en los que hay violencia de pareja.

La valoración de todo ello se realizará de manera científica, pero la herramienta será de fácil manejo policial. “Es un trabajo de ida y vuelta constante. No basta con proponer una herramienta y que se quedé ahí. Queremos demostrar que funciona y que la Ertzaintza es capaz de utilizarla adecuadamente para proteger a las víctimas”, detalla el criminólogo. Un arduo trabajo de investigación en el que el Gobierno Vasco invertirá 440.000 euros, y que se extenderá hasta el año 2027. Por delante queda “un análisis riguroso, exhaustivo y profundo” sobre la realidad actual del maltrato machista, que año a año irá aportado nuevos datos, y con ellos nuevas herramientas a la Ertzaintza.