Hace cuatro años echó  a andar la asociación Locos por Viajar, que celebrará su tercera asamblea anual en Donostia, el día 16 de febrero en el hotel Silken Amara Plaza. 

Este encuentro busca, entre otros objetivos, poner en valor “el trabajo de las y los profesionales de las agencias de viaje”, a la par que se planta cara al intrusismo.

Locos por Viajar es una asociación que activaron en 2020 una veintena de agencias de viaje que se unieron en un momento de máxima dureza para el sector, la pandemia del covid, cuando la posibilidad de viajar quedó muy limitada.

En la actualidad ya son medio centenar las agencias que integran esta asociación y que operan todas ellas con productos de media y larga distancia.

Además de los objetivos antes citados, Locos por Viajar también busca “crear comunidad entre todas aquellas personas que aman los viajes”.

A diferencia de otras asociaciones, en ésta las agencias que la integran son, en todos los casos, “emisoras de producto propio”.

Otro de los fines por los que trabaja este grupo de agencias es “impulsar las actividades de turismo ético y sostenible”. En esta línea, hace dos años firmó un convenio para promover “los viajes sostenibles y responsables”.

"Somos emisoras de producto propio que impulsamos el turismo ético y sostenible"

Claire Mortimer - Directora de Viajar a la Carta

Claire Mortimer, de Viajar a la Carta, explica las diferencias y la esencia de una asociación “emisora” de viajeros, que al no ser receptora sufrió, como muchas otras, de forma más dura los efectos de la pandemia ya que, destaca, “no recibimos ayudas de las instituciones”.

Ante esta situación algunas agencias que compartían filosofía e, incluso, adversidades, decidieron unir sus fuerzas.

Cuatro años después, y por votación popular de las agencias que la integran, la asociación se reunirá en Donostia para, además de solucionar los trámites habituales, compartir experiencias, problemas e iniciativas en dinámicas por grupos. “También en la asamblea prestamos atención a la diversidad. Intentamos que no estén en el mismo grupo agencias de las mismas características, mezclar grandes y pequeñas, las que trabajan con grupos con las que no ,etc.”.

Agencias "embajadoras"

“Somos embajadores, mandamos gente fuera, pero la Administración no nos considera igual que otras agencias que traen turismo”, lamenta Mortimer, que afirma que la unión permitió que se sintieran durante la pandemia menos “indefensos ante proveedores como líneas áreas, aseguradoras etc.” “Nos comunicamos todo el tiempo si había cambiado la situación en un país u otro, nos dábamos la información necesaria”, señala.

En Donostia solo hay dos agencias, que trabajan en esta asociación, Viajar a la Carta y Dinka Travel, y muy pocas en la cornisa cantábrica.

Pero, en Gipuzkoa la gente es “muy viajera”. “Aquí hay agencias con muchos años de experiencia”, destaca Mortimer, que lleva ya 35 años en el sector, “aquí y en Gran Bretaña”.

Entre las agencias de la asociación, explica, hay “gran variedad”. “Hay algunas que se especializan en trekking-montaña, otras que se centran en propuestas de grupos, otras (como nosotras) que ofertan más viajes individuales. El concepto es apoyar el turismo sostenible y ético”.

Estas agencias, asegura Mortimer, destacan por su apuesta en favor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, “ayudando a las comunidades locales, intentando buscar hoteles también locales y no de grandes multinacionales que hacen que el dinero salga del país, propiciando experiencias locales o, por ejemplo, favoreciendo la paridad entre sexos, ya que siendo las personas que trabajan en las agencias mujeres en su mayor parte, en las grandes fotografías del sector casi únicamente aparecen hombres. Esto no ocurre en Locos por Viajar”, asociación que, asegura, “está muy por delante que otras en materia de sostenibilidad”.

¿Cómo? Desde dentro y desde fuera. En la propia agencia, por ejemplo, con apuestas por las energías renovables, y fuera, entre otras muchas acciones, utilizando medios de transportes locales y no tantos vehículos, midiendo la huella de carbono, etc.

Otro aspecto al que Locos por Viajar presta especial atención es al intrusismo. “Hay quien organiza viajes sin ser agencia. Puede que sea más económico, que hagan ofertan atractivas. Pero después, si surgen problemas, nadie responde. Está todo muy bonito hasta que pasa algo y no hay protección”, añade. 

¿Es posible todavía vivir una experiencia de viaje fuera de la masificación? Mortimer asegura que sí. “Puedes estar en un pueblo perdido en China participando en un taller de hacer incienso, o estar con un chamán tomando un té y escuchar sus experiencias. Claro que es posible, pero hay que trabajarlo y buscarlo mucho más”, insiste.

Pone otros ejemplos más sencillos. “Cuando se visita la India, todo el mundo quiere ver el Taj Mahal al atardecer. ¿Por qué no hacer un esfuerzo y visitarlo al amanecer? Vas a encontrar menos gente y es tan bonito como al atardecer”. Otra opción. Concertar las visitas con guía fuera de las horas de más demanda o fuera de temporada. “Los guías locales así trabajan todo el año”.

¿Lo singular es más caro? La experta asegura que no tiene porqué serlo. “Si se viaja en julio y agosto, los vuelos y los hoteles son más caros. Si se viaja fuera de nuestra temporada alta o planificando los viajes con más antelación, pueden salir más baratos”, destaca.

En la actualidad, el sector de viajes ya ha levantado cabeza tras el duro golpe de la pandemia. “El año pasado notamos más ganas de viajar y este año incluso más, con gente reservando con mucha antelación”, destaca. 

Algunos consejos sobre destinos. “Este año el destino de moda es sin duda Japón, aunque los precios han subido mucho. Pero hay destinos maravillosos como Hunan, al sur de China, una zona rural auténtica. Laos también. De momento la gente viaja poco a América Latina y, por ejemplo, en Perú hay muchos Perús que no son solo el Machu Picchu. África es mucho más que Kenia y Tanzania. Todos los continentes pueden sorprender. También Europa. Por ejemplo, en Grecia todo el mundo habla de Mykonos y Santorini y hay islas más pequeñas, menos visitadas y más auténticas. Puede que cueste un poco más llegar, pero una vez allí la experiencia no tiene nada que ver”, concluye.