La Ertzaintza está a la espera de recibir los informes de las pruebas de balística realizadas a las armas y la munición incautada a los 23 cazadores que el pasado domingo participaban en una batida de jabalís autorizada por la Diputación de Gipuzkoa para el control de la sobrepoblacion de estos animales salvajes, y que desembocó en una inesperada tragedia que mató a una mujer de 75 años que se encontraba en su domicilio. Ya nadie duda de que una bala perdida de la cacería de jabalís entró por la ventana de su piso y le hirió en la cabeza, provocándole la muerte horas más tarde. 

En todo caso, el consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha ofrecido algunos detalles de la investigación este miércoles, y ha dicho que de los seis cazadores que llegaron a disparar su arma antes de que la Policía vasca detuviese la batida, sólo dos llegaron a hacerlo en las inmediaciones de la vivienda de la víctima, por lo que las posibilidades de identificar al tirador sean altas.

La investigación se centra en ese punto. Determinar quién disparó y dónde se encontraba. Para ello se han utilizado sensores de alta precisión y “drones”, para verificar si el autor del disparo se encontraba dentro de la zona autorizada o se había excedido de la “mancha” o zona de caza. El consejero de Seguridad ha afirmado que “por ahora no hay datos” para pensar que la batida hubiera superado los límites geográficos que tenía establecidos y se acercara en demasía a la zona de viviendas. Aún así, ha confirmado que se está investigando.

Erkoreka ha calificado esta muerte como fruto de “incidente fortuito” con “final dramático”. Ha dicho sin reservas que la Ertzaintza “no se plantea” la posibilidad de que el disparo fuese intencionado. Incluso se estudia si una bala que atravesó a uno de los cinco animales abatidos, pudo prolongar su trayectoria después y terminar con la vida de la mujer de 75 años. “Es una hipótesis que se baraja” y “no se puede descartar”, ha declarado Erkoreka, porque uno de los animales muertos presentaba orificio de entrada y salida.

Edificio deba mujer muerta Javier Colmenero

Nunca hasta ahora había sucedido algo parecido, que una bala mate a una persona ajena a una batida regulada (sí se han registrado accidentes entre cazadores), pese al millar de cacerías de jabalí y otros cientos de corzos que se realizan cada temporada en Gipuzkoa desde hace años. 

Erkoreka ha trasladado las condolencias y el apoyo del Gobierno Vasco a la familia de la víctima y ha asegurado que “la investigación se desarrolla con el máximo de intensidad”, intentando analizar “las trayectorias de los proyectiles”.

“Una hipótesis que se baraja es que la bala que entró en el edificio sea una que atravesó a un animal”

Josu Erkoreka - Consejero de Seguridad

Las vías para determinar el arma que disparó son varias. Está por un lado la autopsia de la víctima, cuyos resultados no habían llegado ayer por la tarde a manos de la Ertzaintza; las propias necropsias realizadas a los cinco jabalís abatidos y las pruebas de balística, que permitirían determinar con facilidad el origen de la bala, si ésta hubiese disparada por un rifle (también se emplean escopetas), que es el arma más común empleada por los cazadores en estas batidas.

Estrictas medidas de seguridad

Las batidas de jabalís y corzos para la actual campaña 2023-2024 se regulan mediante la orden foral 40/2023, de 26 de julio, e imponen estrictas medidas de seguridad a sus participantes. De hecho, todas cuentan con una persona responsable que está obligada a “explicar a todos los participantes las medidas necesarias para garantizar la seguridad de las personas al disparar, en lo referido a las distancias y la dirección de tiro”. 

Asimismo, indica a cada cazador o cazadora la ubicación de su puesto y ordena el inicio y fin de la cacería. En una batida, el número mínimo de participantes es de 10 y el máximo 60, incluidas las encargadas de batir el monte y de conducir a los perros.

Toda batida tiene un responsable de explicar a los participantes las medidas de seguridad al disparar, en lo referido a distancias y dirección de tiro

Las batidas sólo están autorizadas a la luz del día y no se pueden iniciar después de las 15.00 horas. Además, todos los participantes en la misma, tanto las personas encargadas de conducir a los perros como las situadas en la línea, “deberán llevar obligatoriamente prendas reflectantes, que garanticen que los cazadores y cazadoras sean visibles por el resto de compañeros y compañeras o por personas ajenas a la cacería”. 

Una actividad necesaria

Además, “en los caminos y zonas de acceso a la batida se deberá poner señalización con el texto: Baimentutako uxaldia/Batida autorizada. Los cazadores y cazadoras deberán permanecer con el arma descargada antes y después de la batida, pudiendo estar cargada únicamente una vez situados en el puesto. 

También se ha refereido a este episodio, en una entrevista en Radio Euskadi, el viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco, Bittor Oroz, quien ha calificado de “pena” y “desgracia” lo que ha pasado. Sin embargo, ha reiterado que “hay que tener bajo control esas poblaciones” de jabalís, que “en estos momentos”, ha añadido, representan un “problema” y causan innumerables daños a baserritarras y provocan muchos accidentes.

“Los cazadores tienen que ser responsables en su actividad, pero necesitamos de su labor”

Bittor Oroz - Viceconsejero de Agricultura

Oroz ha lanzado un mensaje a los cazadores: “Que tienen que ser responsables en su actividad, pero necesitamos de esos cazadores; si la caza se terminase hoy en día, tendríamos que poner guardas o algún otro sistema para controlar esas poblaciones, porque realmente hay una proliferación muy grande de esas especies y hay que controlarlas. Oroz ha añadido que “en estos momentos hay un problema también y lo vamos a ver con el tiempo: “la no gestión del territorio al final nos va a traer problemas con los incendios forestales, porque cuando no gestionas el bosque, que está muy sucio, al final tienes mucha biomasa que es combustible y eso lo estamos viendo en otras zonas del estado, donde hay incendio. Y con el cambio climático, si no tenemos una gestión de nuestros bosques, podemos tener problemas de incendios y eso hay que evitarlo".