Habían cazado cinco jabalís cuando la Ertzaintza se presentó en el monte, en la zona donde se estaba desarrollando la batida, en las inmediaciones de Iztiña. Desde allí provendría la bala perdida que acabó ayer con la vida de una vecina de Deba de 75 años. Ellos, los 23 integrantes de una cuadrilla de Elgoibar, “no se enteraron de nada, seguían cazando, porque había más jabalíes y no fueron conscientes, ni habían detectado nada raro, hasta que la Ertzaintza les explicó lo sucedido”, ha asegurado en la mañana de este lunes Aritz Ezeiza, coordinador general de la Federación Gipuzkoana de Caza, que es la que gestiona, mediante un convenio con la Diputación de Gipuzkoa, el control de la sobrepoblación de animales salvajes como el jabalí y el corzo.
A falta de confirmación oficial, pocas dudas caben ya de que fue una bala perdida de una batida de jabalíes la que acabó con la vida de una mujer de 75 años en su domicilio. El proyectil entró por una pequeña ventana de su vivienda, en el primer piso de una torre situada a la entrada de la localidad, la que era la antigua casa-cuartel; y le impactó en la cabeza, hiriéndola de gravedad en primer término y provocando su muerte unas horas después.
“Es un hecho terrible, una auténtica desgracia”, debido a un “cúmulo de fatales circunstancias”, ha dicho esta mañana Aritz Ezeiza. “Mis condolencias a la familia. Lo supimos ayer a la tarde. La Ertzaintza está investigando y aúnestá por determinar qué sucedió, pero parece que fue en una batida. Sabemos que la cuadrilla pasó por la comisaría de Eibar”, donde se les incautaron las armas y la munición y se les tomó declaración.
Según fuentes acreditadas consultadas por este periódico, si el proyectil proviene de un rifle puede ser “muy fácil” determinar quién de los miembros de la cuadrilla disparó e hirió de muerte de forma involuntaria a la víctima. Sin embargo, si el tiro proviene de una escopeta, concretar el origen será “más complicado”. En todo caso, de las 23 personas que participaban en la batida, sólo seis habrían disparado sus armas ayer, lo que reduce el abanico.
Los participantes en estas batidas están cubiertos con un seguro que cubre la responsabilidad civil por daños a terceros, siempre que cumpliesen con las medidas de seguridad establecidas y no incurriesen en ninguna falta.
“No tiene por qué ser un incumplimiento del protocolo, aunque cumplas con todas las medidas de seguridad, puede producirse un accidente”.
“Yo hablé con el responsable, y ellos estaban cazando como siempre en una zona acotada y señalizada, alejada de zonas pobladas. Estaban muy afectados, sobrepasados”, asegura Ezeiza, quien ha expresado su “solidaridad” con la familia de la mujer fallecida, y ha asegurado que estamos ante un hecho “tremendamente desafortunado, que nadie esperábamos”.
La Diputación Foral de Gipuzkoa ha mostrado también su “solidaridad” con la familia de la víctima. Fuentes del ente foral, han asegurado hoy a este periódico que están “colaborando con la Ertzaintza y facilitando toda la información de la que disponemos”, pero han preferido mantener la discreción respecto a una investigación que está en marcha.
La Ertzaintza, por su parte, ha asegurado a NOTICIAS DE GIPUZKOA que la investigación se encuentra en una “fase muy inicial”, pero según ha podido saber este periódico, uno de los aspectos capitales en los que se centran las pesquisas, es en determinar si el autor del disparo se encontraba dentro o fuera de la zona autorizada para la batida, respetando la distancia mínima de 200 metros hasta un núcleo urbano estipulada por el reglamento, ya que algunas fuentes apuntan a que estaban “muy cerca” de la vivienda.
Un dron para ver la trayectoria
La Policía científica está haciendo uso de sensores especiales y un dron para determinar la trayectoria que siguió la bala y poder establecer así el punto exacto de origen del disparo. También se practicará la autopsia a los cinco animales abatidos y se analizarán los proyectiles empleados, a fin de poder determinar de qué arma salió la fatal bala.
La Ertzaintza utiliza sensores y drones para determinar la trayectoria de la bala y establecer el origen del disparo
La ubicación del tirador, y la posibilidad de que pudiese estar demasiado cerca de la vivienda puede ser una de las claves, toda vez que los resultados de las pruebas de alcoholemia practicados a los miembros de la batida, habrían arrojado un resultado negativo. La Ertzaintza ni confirmó ni desmintió este extremo, y reiteró que forma parte de la investigación.
Sin embargo, otro aspecto que no se puede obviar es la “tremenda fatalidad” que supone este hecho. De hecho, una bala disparada por un rifle podría llegar a recorrer hasta 600 u 800 metros de distancia e impactar y matar a una persona. El propio Ezeiza ha reconocido a este periódico que, aunque “es posible” que se haya producido un fallo en el cumplimiento de los protocolos, “porque somos humanos”, “no tiene por qué”: “Tanto con un rifle como con una escopeta pueden producirse balas perdidas o rebotes que provoquen un accidente, aunque cumplas con todas las medidas de seguridad que marca el protocolo”.
“Es impensable”
“Es impensable dónde puede terminar una bala perdida, porque llevan muchísima velocidad, pero también es impensable que acabe en la cabeza de una persona a cientos de metros”, asegura a este periódico un cazador habitual en este tipo de batidas, quien expone una de las hipótesis que explique la bala perdida. Según su explicación, los disparos “tienen que acabar impactando en el suelo”, es decir, “no se dispara al aire”, pero “podría suceder que un jabalí esté en una zona más elevada, en una pendiente pronunciada, y que un tiro errado haga que la bala se pierda. No lo sé. Es por darle una explicación”, afirma.
Las batidas de jabalíes se llevan a cabo dentro de unas medidas muy estrictas de seguridad, en zonas señalizadas, acotadas y vigiladas por miembros de la propia cuadrilla. Sin embargo, muchas de estas medidas están pensadas para los cazadores que participan en la batida, que son los más expuestos. No sería la primera vez, de hecho, que uno de los miembros de una cuadrilla de caza mayor fallece de un tiro de un compañero. Por eso mismo los integrantes de la cuadrilla deben vestir chalecos reflectantes.
Balas sí, postas no
Y precisamente por seguridad se utilizan balas y no postas, “que están terminantemente prohibidas”, porque esparcen hasta ocho o diez proyectiles al disparar el cartucho y “resultan peligrosísimas por el daño que provocan”. Por el contrario, las postas no tienen tanto alcance como una bala y difícilmente podrían haber causado la muerte a una vecina a tanta distancia, en su casa.
Una bala disparada por un rifle puede recorrer cientos de metros, pero ofrecen más seguridad a los cazadores
Las balas, por su parte, minimizan el riesgo para los participantes en la batida, pero tienen un alcance mucho mayor. Especialmente, las que disparan los rifles, que pueden volar cientos de metros si son disparadas al aire. Y precisamente son los rifles las armas más utilizadas en estas batidas. Porque además son las más seguras.
“Ese debate también está ahí”, asegura Aritz Ezeiza. La propia velocidad del proyectil disparado por un rifle hace que “la bala termine destrozada al impacto con cualquier piedra o roca”, y resulta mucho más seguro para los cazadores que participan en la batida. De hecho, asegura el responsable de la federación, “las escopetas, que también disparan balas, son mucho más peligrosas” para los integrantes de la batida, porque “más allá de 40-50 metros pierden precisión” y “la menor velocidad del proyectil”, en vez de hacer que éste se deshaga con el impacto, “puede hacer que rebote y herir a personas que estén a bastante distancia”.
Una treintena de cuadrillas
En Gipuzkoa hay actualmente unas 30 cuadrillas autorizadas para las batidas de jabalí. Suelen actuar por comarcas, en zonas denominadas como “manchas”, que pueden ir desde las 1.000 hasta las 10.000 hectáreas. Y es dentro de estas zonas donde actúan, solicitando para cada caso permiso para cazar en un área concreta de toda esa mancha. Todos los miembros de la cuadrilla que participan en una batida están registrados y cuentan con seguro particular.