Un total de 1.252 alumnos vascos de Primaria muestran altas capacidades intelectuales, según el cribado realizado el curso pasado a 40.410 estudiantes de primero y sexto de Primaria en el marco de la estrategia para la identificación, detección y respuesta educativa al este alumnado puesta en marcha por el Departamento de Educación.

Esta estrategia, puesta en marcha en el curso 2022-2023, se aplica en todo el sistema educativo, en todos los centros públicos y concertados que imparten las etapas de educación Primaria y Secundaria Obligatoria, y el protocolo de identificación se activará en varios momentos clave del periplo educativo: durante el primer y sexto curso de Primaria y el primer curso de la ESO.

La viceconsejera de Educación del Gobierno vasco, Begoña Pedrosa, y la directora de Diversidad e Inclusión Educativa, Lucía Torrealday, han presentado este jueves en Bilbao las principales conclusiones de esta primera implantación de la estrategia para la identificación, detección y respuesta educativa al alumnado con altas capacidades intelectuales.

La iniciativa responde a uno de los principales objetivos del Plan de atención educativa al alumnado con altas capacidades intelectuales que apunta a la necesidad de sistematizar en el centro la intervención con este alumnado para promover su éxito educativo.

Los chicos con altas capacidades intelectuales presentan necesidades educativas específicas que requieren de una detección temprana y una respuesta educativa adecuada a sus características y potencialidades, según han indicado en la presentación.

Además, han explicado que su detección es necesaria para conocer los recursos intelectuales de que dispone: aptitudes, rendimiento, estilo de aprendizaje, intereses, visión de futuro, características personales y emocionales. De esta manera, han precisado, se podrá ofrecer una respuesta "lo más adecuada y de manera temprana".

Se trata, han añadido, de proporcionar "el máximo acceso al aprendizaje y favorecer el desarrollo emocional del alumnado y desarrollar su potencial y sus competencias".

Las personas con altas capacidades intelectuales provienen de familias, ambientes sociales y culturales diversos y manifiestan diferencias individuales en lo que respecta a los logros académicos, desarrollo social, emocional y cognitivo, según han detallado, para advertir de que existe el riesgo de que un porcentaje importante de este alumnado no solo viva de manera negativa su vida escolar, sino que incluso fracase en el propio sistema.

Como tal, han apuntado, el perfil de este alumnado no responde a una única tipología de alumnado y ello "obliga a superar determinados mitos o errores instalados en la comunidad educativa, como que este alumnado no necesita ayuda, es fácil detectarlo o triunfa académicamente y en todas las áreas".

Además, ha señalado que determinados estereotipos culturales, roles de género y otras variables, dificultan la detección de niñas con altas capacidades ya que tienden a no mostrar sus potencialidades, y a conformarse ocultando su alta capacidad.

Atendiendo a las realidades de los centros educativos, que también son diversas, se ha establecido un procedimiento que facilita y sistematiza la identificación de personas con altas capacidades y se han impartido formaciones entre el profesorado tutor, profesorado consultor y orientadores de centros públicos y concertados de diferentes etapas educativas.   

DESDE LA DETECCIÓN HASTA LAS RESPUESTAS A MEDIDA

La estrategia se activa anualmente con el alumnado matriculado en 1º de primaria y 6º de primaria y desde su primera fase de cribado hasta la tercera fase de evaluación pedagógica comparte una serie de objetivos coordinados.

El objetivo principal es mejorar la detección del alumnado de altas capacidades y su respuesta educativa, así como sistematizar las actuaciones para el conjunto de la comunidad educativa.

Los principales agentes que forman parte del proceso son la familia (quienes frecuentemente han trasladado al sistema educativo la preocupación por la intervención educativa con sus hijas e hijos), el profesorado, el profesorado consultor y orientador, el propio alumnado y las asesorías de Necesidades Específicas de Apoyo Educativo de los Berritzegunes.

Para 1º de Primaria, la primera fase, fase de cribado, se completó en febrero y para 6º de Primaria, en abril y participaron 40.410 alumnos y alumnas. De ellos, 1.252 mostraron altas capacidades intelectuales, el 3,1%, referencia que coincide con la señalada por la Organización Mundial de la Salud, la UNESCO y el Consejo Mundial para niños superdotados y talentosos.

En esta fase, el profesorado tutor, con la ayuda del profesorado consultor/orientador, realizó la observación y cumplimentó las escalas de observación de altas capacidades intelectuales. La información obtenida en esta primera fase permitió determinar el porcentaje del alumnado, un 16,7%, que pudo pasar a la segunda fase.

Durante la segunda fase, la de detección específica (que se completó entre marzo y abril de 2023 con el alumnado de 1º de Primaria, y en mayo con el alumnado de 6º de Primaria), se realizaron observaciones directas, cuestionarios específicos, pruebas de detección y entrevistas con las familias.

La información obtenida de todas ellas determinó un perfil individual que, en caso de ser compatible con altas capacidades intelectuales, pasó a la siguiente y última fase, evaluación psicopedagógica, que concluye con la propuesta de respuesta educativa a cada alumno con altas capacidades intelectuales.

Esta tarea se realiza entre el profesorado consultor/orientador del centro y la asesoría de NEAE (Necesidades Específicas de Apoyo Educativo) correspondiente, junto con el resto del equipo docente.

Esta última etapa se completó entre mayo y junio para el alumnado de 1º de Educación Primaria. A lo largo del proceso se cuenta con la colaboración de un equipo de personal investigador experto en altas capacidades de la Facultad de Educación y Deporte de la Universidad de Deusto.

Esta facultad sensibiliza y forma a los profesionales de la educación en torno a la naturaleza de las altas capacidades intelectuales, para favorecer una detección eficaz. Asimismo, desarrolla propuestas educativas y analiza los procesos de identificación del alumnado.

Otro de los objetivos de la implicación de la Universidad de Deusto es el desarrollo y recopilación de trabajos de investigación en esta materia.

Tras la evaluación psicopedagógica se lleva a cabo un nuevo paso, el de asesoramiento y orientación en la respuesta educativa. En este punto se determina la sistematización de las medidas educativas a adoptar combinando diferentes medidas de respuesta educativa.

Todas ellas quedan recogidas en el Plan de Actuación Personalizado, en el que se definen los objetivos que se pretenden alcanzar con las actuaciones previstas decidiendo qué cambios se generarán en el currículo. Se trata de enriquecer el currículum para atender a las distintas capacidades, intereses y perfil de aprendizaje del alumnado, personalizando los procesos de enseñanza-aprendizaje.

Finalmente, entre todos los profesionales que han intervenido y, en su caso, con la participación de las familias se realiza el seguimiento y evaluación de las medidas adoptadas en el mencionado Plan de Actuación Personalizado.

En este sentido, la evaluación sirve para obtener datos sobre la evolución del alumnado, la validez de las medidas adoptadas y el proceso seguido.