El papa Francisco abordó este martes con los obispos españoles en el Vaticano la situación de los seminarios en el Estado, pero no trataron el tema de los abusos en la Iglesia ni reprochó nada en esta materia a los prelados.

"Ha sido un diálogo cordial y no un tirón de orejas", resumió el presidente de la Conferencia Episcopal española, el cardenal Juan José Omella, en una rueda de prensa en el Colegio Español de Roma.

Francisco había llamado a los obispos españoles en pleno, en una convocatoria insólita y que se produce un mes después del informe del Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, que estima que el 1,13 % de los españoles mayores de edad revela que ha sufrido abusos en el ámbito religioso.

La semana pasada, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Francisco César García Magán, precisó que el Pontífice les ha convocado para darles los resultados de la visita a los seminarios del curso pasado. No obstante, no descartó que pudieran abordar el tema de los abusos.

"Le puedo asegurar que no hay temor. ¿Qué es un hecho singular? No ocurre todos los días que el Papa convoque a un episcopado", reconoció García Magán, pero insistió en que el único punto del orden del día es el asunto de los seminarios.

También contemplan que le comenten "con mucho interés" su plan de reparación a víctimas de abusos, si Francisco les pregunta, "si sale el tema".

En su última asamblea plenaria, celebrada la pasada semana, los obispos acordaron elaborar un plan de reparación integral a las víctimas de abusos en la Iglesia que incluya indemnizaciones económicas, incluso en los casos en los que no haya una sentencia judicial, bien porque el abusador haya fallecido o porque el caso haya prescrito.

Tras la reunión con el papa está previsto que los obispos den una rueda de prensa en Roma.