Greenpeace ha advertido de que la planificación sobre el despliegue de las renovables en Euskadi es “insuficiente” para garantizar que el sector energético vasco sea en el año 2040 “eficiente, suficiente y 100 % renovable”.

Euskadi, como otras comunidades autónomas, tramita ya su Plan Territorial Sectorial de renovables, instrumento que “debería ayudar a un despliegue ordenado, transparente y justo” pero que, a juicio de la ONG, resulta igualmente “insuficiente” para “una transición ágil y respetuosa con las personas y la biodiversidad”.

La responsable de Greenpeace Sara Pizzinato hizo ayer esa crítica en la presentación a los medios informativos, con motivo de unas jornadas que celebra en Donostia, del informe Directrices para posibilitar una transición a las energías renovables en Europa más rápida y justa.

Pizzinato fue más allá al afirmar que “la transición a las renovables en el País Vasco ni siquiera ha empezado”, por lo que urgió a “hacer que avance rápidamente”, pero “poniendo a las personas y la naturaleza por encima de los beneficios de las empresas”.

Con ese objetivo, reivindicó la eliminación de la llamada “tramitación ambiental express”, aprobada en 2022 por el Gobierno central, y de la figura vasca “proyectos de interés público superior”, porque “merman la protección ambiental y la participación social” y que se sustituyan por otros procedimientos que garanticen “una participación pública temprana” de forma coordinada con las comunidades locales.

“Una ordenación territorial adecuada al reto de la descarbonización y participativa”, la digitalización de las tramitaciones, así como la creación de “una ventanilla única” o la contratación de más personas en las administraciones locales, son medidas concretas que propone Greenpeace, que apuesta por las comunidades energéticas locales, por considerarlas “una solución democrática a los problemas energéticos, sociales y de pobreza para las próximas décadas”.