Moncloa salió ayer al paso para cargar contra los “discursos que rayan la xenofobia” sobre inmigración y pidió a Alberto Núñez Feijóo y a Isabel Díaz Ayuso no caer en “discursos populistas” que el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, atribuyó a la “ignorancia” y que “generan en la sociedad una alarma que no es real”. El dirigente socialista censuró el tono del líder del PP, quien arremetió contra el gabinete de Pedro Sánchez por haber pasado de “abrazar a inmigrantes” que llegaron en el buque Aquarius al puerto de Valencia a dejarlos en “paradas de autobús”. Marlaska admitió que “todo es mejorable” en la coordinación entre instituciones a la hora del reparto de migrantes derivados desde Canarias a diferentes comunidades, pero criticó a la oposición por posicionarse sobre un asunto complejo demostrando que “carece de conocimiento real” de la gestión. “La migración es un fenómeno absolutamente complejo que poco se compagina con discursos populistas y respuestas fáciles que lo único que determinan es la manifestación de una ignorancia importante sobre el desafío que enfrentamos. El señor Feijóo ha sido poco responsable”, valoró el ministro. También aludió a las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid en la que habló del trato que se da a los migrantes como si fueran “fardos” para insistir que lo que “representa es ignorancia y desconocimiento de la realidad”. Marlaska avaló la gestión migratoria de los últimos cinco años porque se hace desde la “seriedad” y siendo “respetuosos con los derechos fundamentales”. En este sentido, defendió la lucha contra las mafias que trafican con personas y que evitan el 40% de las salidas de embarcaciones con migrantes.

Para el PP hay “una absoluta descoordinación e improvisación que produce una enorme tensión con alcaldes y presidentes de comunidades”. “Hemos pasado a acoger a los inmigrantes que entran lamentablemente por las costas de Canarias día sí día no a meterlos en aviones y dejándolos en paradas de autobús y otros lugares en pueblos y ciudades de España”. A su entender, lo mínimo que tendría que hacer el Gobierno es sentarse con las otras administraciones y ver cómo se soluciona el problema. En su opinión, primero habría que ver si se puede solucionar “en origen”, “luego repatriar a las personas que lleguen de manera ilegal y, por último, si es necesario trasladar a migrantes durante un tiempo a otras comunidades”.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, achacó las declaraciones contrarias al traslado de inmigrantes a la Península a que algunos han descubierto en su territorio el alcance de ese fenómeno “que veían por la tele” cuando las islas advertían de que estaban al límite de su capacidad con la constante llegada de cayucos.