Hace escasamente un año NOTICIAS DE GIPUZKOA contactó con varias mujeres inmersas en la batalla contra el cáncer metastásico.
En esa larguísima batalla reconocían que el ejercicio físico, diseñado a su media y acorde a sus necesidades, les suponía un apoyo impagable.
Luchadoras como son y unidas, sumando fuerzas, lograron que Donostia Kirola pusiera en marcha una sesión semanal de gimnasia.
Esta actividad física, aseguraban, les había acarreado importantes beneficios tanto en el plano físico como el psicológico.
Menos de un año después ya habían conseguido que las sesiones semanales pasaran a ser dos, una forma de contribuir a aportar mayor bienestar a mujeres que, incidían, sufren de un cáncer “que es incurable”, pero cuya calidad de vida puede mejorar de forma notoria con una gimnasia que se plantea con “pautas personalizadas”.
Ante los sucesivos ciclos de quimioterapia, durante años, una de las constantes en estas mujeres es “el cansancio”. Activar el cuerpo cuesta, lo reconocían, y entra también en juego el temor a “que nos hagamos daño”.
De ahí la importancia de cuidar, de mimar el ejercicio que se lleva a cabo, y de ahí surge también la demanda de poder contar con profesionales especializados en este tipo de gimnasia.
Además, resulta también fundamental disponer de un apoyo, una asesoría, en otras materias que redundan en la necesaria mejora de la calidad de vida, como la nutrición.
Acorde a las necesidades
Y es que, al igual que ocurre con el yoga oncológico, practicar deporte ajustado y diseñado a la media de las necesidades de cada persona que sufre cáncer conlleva beneficios en diversos planos.
Entre otros muchos beneficios, contribuye a reducir la sensación de cansancio o fatiga, a disminuir la depresión y ansiedad, a dormir algo mejor, mejora la fuerza muscular, la salud ósea y el rango de movimiento, y puede incluso aumentar el apetito.
Pero al igual que con el yoga oncológico, a la hora de plantear la práctica deportiva son diversos los aspectos que deben tomarse en cuenta, como el tipo y etapa de cáncer que se tiene, el tratamiento que está recibiendo y la situación física de la persona.
Según los expertos, también practicar cierta actividad física antes de iniciar un tratamiento oncológico, puede ayudar a controlarlo mejor y a facilitar la recuperación. Además, puede contribuir a disminuir el grado de angustia y ansiedad.