El donostiarra de 76 años “en situación de extrema vulnerabilidad” que iba a ser desahuciado este viernes de una vivienda de Donostia, desalojará voluntariamente el piso porque “ya tiene una salida habitacional”, según informó ayer Stop Desahucios Gipuzkoa.

La portavoz de esta plataforma ciudadana, Rosa García, expresó su satisfacción por “la feliz resolución” de este caso, que atribuyó, “entre otras razones”, a “la movilización social”.

Se refería así a la concentración que activistas del colectivo hicieron el pasado día 2 en la capital guipuzcoana, para defender la causa de Pedro, un donostiarra con un grado 2 de dependencia y una pensión de 6.000 euros al año que se iba a enfrentar al desahucio del piso de alquiler en el que reside desde 1960.

El piso está situado en el número 35 de la avenida Sancho El Sabio, inmueble que el propietario, la empresa Riberas del Urumea, prevé reformar para construir 57 nuevas viviendas. Según detalló en la concentración García, el resto de arrendados del inmueble fueron abandonando el edificio y únicamente se mantuvo en él Pedro, “al que se le dijo que iban a respetar con un contrato vitalicio”.

No obstante, el proyecto de reforma incluye “tirar la casa abajo”, por lo que su vivienda también debe ser destruida. Ante ello, la empresa arrendadora habría finalizado su contrato vitalicio y habría presentado una demanda contra su desahucio para hoy, cuya suspensión “inexplicablemente” había denegado el Juzgado de Donostia, según denunciaron en la concentración.

Con una pensión no contributiva de 5.899,60 euros anuales, la plataforma había exigido la suspensión del desahucio y una prórroga de su contrato con una renta acorde a sus ingresos de forma vitalicia.

Pedro y su hija agradecen ahora “el apoyo y la solidaridad recibidas” tanto de Stop Desahucios como de las asociaciones Alokairu Benta Berri e Inquilinos Azora, “y en especial de la corporación donostiarra”, que al parecer ha hecho tareas de mediación.