La leche ha sido parte de la dieta humana desde los albores de la civilización; ya en tiempos ancestrales, se reconoció su valor nutricional y su capacidad para satisfacer las necesidades básicas de alimentación.

La relación entre los seres humanos y la leche se remonta a la domesticación de animales como las vacas, ovejas y cabras. Esta práctica permitió a las comunidades tener acceso a una fuente continua de leche, convirtiéndola en un alimento esencial en muchas culturas en todo el mundo.

La relación entre los seres humanos y la leche se remonta a la domesticación de animales como las vacas, ovejas y cabras.

De hecho, un nuevo estudio llevado a cabo por la Universidad de Bristol y publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha demostrado que la leche ya fue utilizada a gran escala por los primeros granjeros de Europa Central a principios del Neolítico hace unos 7.400 años. Esta innovación mejoró la capacidad de los humanos para obtener sustento de la leche. 

La investigación internacional desplegó una técnica pionera para fechar rastros de grasa láctea conservados en las paredes de vasijas de cerámica del siglo 54 a.C. Este método apunta a los ácidos grasos de los residuos de grasa animal, lo que lo hace especialmente adecuado para identificar la introducción de nuevos alimentos en tiempos prehistóricos.

La autora principal, la doctora Emmanuelle Casanova,  dijo en un comunicado: "Es sorprendente poder fechar con precisión el comienzo de la extracción de la leche por parte de los humanos en tiempos prehistóricos. El desarrollo del agropastoralismo transformó la dieta humana prehistórica al introducir nuevos productos alimenticios, como la leche y productos lácteos, que continúa hasta el día de hoy".

La leche ya fue utilizada a gran escala por los primeros granjeros de Europa Central a principios del Neolítico hace unos 7.400 años

Estos colonos del sureste, este y oeste de Europa fueron los primeros grupos agrícolas neolíticos en Europa central, conocidos como la Cultura de la cerámica de bandas (LBK). Los hallazgos de esta investigación mostraron que algunos de los primeros pobladores de la región estaban usando leche a gran escala.

Una fuente de proteínas completas

 

La leche se destaca por ser una fuente de proteínas completas, lo que significa que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. Además, es rica en minerales como el calcio, esencial para la salud ósea, y vitaminas como la vitamina D, necesaria para la absorción adecuada del calcio.

"El desarrollo del agropastoralismo transformó la dieta humana prehistórica al introducir nuevos productos alimenticios, como la leche y productos lácteos"

A lo largo de la historia, la leche ha desempeñado un papel fundamental en la alimentación de lactantes y niños pequeños. La leche materna, especialmente, es considerada el alimento perfecto para los recién nacidos, proporcionando todos los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo saludables.

La leche ha desempeñado un papel fundamental en la alimentación de lactantes y niños pequeños. Pexels

Además de su importancia nutricional, la leche también ha sido valorada por su versatilidad en la cocina. Se ha utilizado para elaborar una amplia gama de productos lácteos, como quesos, yogures, mantequillas y cremas. Estos alimentos lácteos no solo agregan sabor y textura a las comidas, sino que también aportan beneficios nutricionales adicionales. Más allá de su sabor y sus propiedades, los lácteos son como una bebida isotónica natural, ideales para después de hacer deporte. Remplazan el sodio perdido por el sudor y ayudan al organismo a conservar los fluidos en el cuerpo. Del mismo modo, la leche aporta las proteínas necesarias para el desarrollo de los músculos que no encuentran en otras bebidas.

En otras palabras, la leche es un alimento milenario que ha alimentado a generaciones a lo largo de la historia humana y que sigue teniendo una gran labor en la sociedad actual.