Las residencias de personas mayores de Gipuzkoa contarán con 21 nuevas sesiones de bertsos en mayo dentro de la octava edición de la iniciativa Adin adin, impulsada por la Diputación y Lanku.

Así, desde el 3 al 19 de mayo se organizarán diferentes sesiones en las que dos bertsolaris acudirán a las residencias para que las personas mayores que viven allí puedan disfrutar de sus bertsos. Las últimas sesiones se organizaron en primavera del año pasado en 18 centros del territorio, con la participación de 19 bertsolaris.

En esta ocasión, las sesiones de bertsos llegarán a 21 residencias de 17 municipios con el objetivo de “mejorar la calidad de vida de las personas mayores que viven en ellas y fomentar sus capacidades a través de los bertsos”. Así, la iniciativa se llevará a cabo en la residencia San José de Azkoitia (3 de mayo); Iurramendia de Tolosa (5); San Juan de Zumaia (8); Argixao de Zumarraga (8); Txindoki de Lazkao (8); Sagrado Corazón de Errenteria (9); Elizaran de Donostia (9); Mizpirualde de Bergara (9); Goxara de Usurbil (10); Uzturre de Tolosa (10); San Juan de Segura (10); Otezuri de Zumaia (10); San Juan de Zestoa (11); Iturbide de Arrasate-Mondragon (11); Petra Lekuoana de Oiartzun (11); Santikutz de Legazpi (12); GSR Debagoiena de Aretxabaleta (17); Zorroaga de Donostia (17); Lamourous de Donostia (18); San Martín de Azpeitia (19) y Arangoiti de Beasain (19).

La Diputación afirmó que, teniendo en cuenta la “buena acogida” que está teniendo la iniciativa en los últimos años, el proyecto “se está ampliando poco a poco y cada vez son más los centros que muestran su interés por participar. Por ejemplo, Matia apoyará económicamente tres sesiones en esta edición”. En cada sesión participarán dos bertsolaris de la misma comarca y de diferentes generaciones, llegando a contar con un total de 25 bertsolaris.

La diputada de Políticas Sociales, Maite Peña, destacó “la importancia y el beneficio” de estas sesiones, ya que es “un instrumento que llega a las emociones”. Para ello, se preparan previamente con el personal de cada residencia para “conocer los versos viejos y canciones populares que les gustan y así activar la participación”.