Hace 50.000 años, entre otros animales como leones, rinocerontes o mamuts, en la sierra de Aralar habitaba el oso de las cavernas, tal y como lo atestigua el yacimiento paleontológico de Amutxate, una cueva en la que se han preservado durante milenios, en un frágil y delicado equilibrio, restos de más de 200 individuos. Uno de esos ejemplares es el esqueleto de oso de las cavernas más completo registrado en Europa. Imponente con sus más de tres metros de altura, una recreación en posición erguida recibe al visitante en la exposición Spelaeus Aralar duela 50.000 urte; abierta hasta el 23 de abril en Gabari Gune Irekia, en la tercera planta del Ayuntamiento de Larraun, en Navarra.

Cráneos de una osa y un oso adultos, en una de las vitrinas.

“El yacimiento de Amutxate es muy importante porque se ha constituido como una especie de burbuja en el tiempo y se ha conservado intacto desde el último oso que lo habitó hace unos 40.000 años”, señala Trinidad Torres, catedrático emérito de paleontología de la Universidad Politécnica de Madrid y director de la excavación. Al respecto, destaca la riqueza en restos y también su importancia tafonómica, es decir, de referencia para la excavación de otros yacimientos similares porque es uno de los pocos sin alterar que se conocen. “Satorrak realizó una labor estupenda, sin ellos habría sido imposible”, incide.

Mandíbulas de oso en distintas fases.

Precisamente, este grupo de espeleología descubrió el yacimiento en 1995. Una vez realizados los trabajos previos de estudio espeleológico, protección, cierre y acondicionamiento de la cavidad, se desarrollaron cinco campañas de excavaciones.

Cueva de Amutxate

Lugar de hibernación para los osos, esta cueva fue ocupada alternativamente por machos solitarios o por hembras para dar a luz, acompañadas de sus cachorros. En el Pleistoceno, periodo que abarca las últimas glaciaciones, sobrevivir no era fácil y muchos oseznos morían durante su primer invierno. También era alta la mortalidad en el segundo invierno y en ejemplares jóvenes, con pocos restos de osos viejos o muy viejos. Así, en las excavaciones aparecieron abundantes restos juveniles, neonatos y no natos, junto a abundante material de individuos adultos. En total, se hallaron 14.700 huesos y dientes de oso de las cavernas, además de restos de otros animales como roedores, herbívoros y carnívoros. Los restos datan de entre hace 45.000 y 85.000 años. Según estudios de los dientes, se han reconocido un mínimo de 202 individuos, 117 oseznos y 85 animales jóvenes y adultos. En cuanto a la distribución por sexos, el 47% eran hembras y el 53% restante, machos.

“El oso de las cavernas desaparece por varios factores, pero fundamentalmente por el cambio del clima y hay menos plantas de las que comer. También por la presencia del hombre moderno, que probablemente no lo caza, pero le presiona ecológicamente y le quita espacio”, apunta Torres, máximo especialista en el Ursus spelaeus en España. Torres volvió a Larraun en la segunda quincena de marzo para inaugurar la muestra y también ofrecer una charla sobre vida, muerte y extinción del oso de las cavernas, dentro de las jornadas sobre patrimonio arqueo-paleontológico.

Asimismo, Torres señala que hay otra cueva en Aralar, en proceso de estudio, con restos de osos de las cavernas, “prueba del excepcional patrimonio paleontológico que atesoran la sierra de Aralar y el valle de Larraun”.

Al respecto, el alcalde de Larraun, Mikel Uharte, destaca la labor desarrollada por Ondare Kultur Taldea, Aranzadi y el Departamento de Cultura del Gobierno de Navarra. “Están realizando una gran trabajo de búsqueda y estudio de yacimientos, tanto paleontológicos como arqueológicos, para poder garantizar su preservación y poder transmitir la importancia de la conservación del medio natural en estos momentos donde ya son palpables los efectos de todo el daño que los seres humanos estamos desarrollando”.

El yacimiento de Amutxate es un hito en el patrimonio paleontológico de Navarra pero no se ha puesto suficientemente en valor. Hoy en día todo el mundo sabe de la mano de Irulegi, que es muy importante, pero nadie sabe que tenemos uno de los yacimientos de Europa más importantes de oso de las cavernas. Ha llegado el momento de ponerlo en valor, más hoy en día que tenemos una visión más integradora del patrimonio natural y cultural, que es lo que cuenta la exposición, la cueva como lugar de confluencia entre estos dos patrimonios”, señala Jesús García Gazólaz, arqueólogo de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana.

No en vano, además de dar a conocer la vida y muerte del oso de las cavernas, otro objetivo de la muestra es sensibilizar sobre la necesidad de desarrollar nuevas prácticas y acciones encaminadas hacia la adecuada valoración, gestión, protección, conservación y puesta en valor del patrimonio natural y cultural para su transmisión en buen estado a las generaciones venideras, según destaca.

La exposición cuenta con nueve paneles autointerpretativos, siete vitrinas con fósiles originales, maquetas al tamaño natural y dos audiovisuales sobre los yacimientos de la exposición. Además de restos paleontológicos de Amutxate, también se pueden ver otros procedentes de otros cuatro yacimientos navarros: la cueva de Koxkobilo en Olazti, la sima de Mainea, en Larraun y la cueva de Leguin, en Etxauri.

Se completa con herramientas líticas neandertales procedentes de la cueva de Abauntz (Ultzama), y fósiles mesozoicos de los fondos de Arqueología de la Dirección General de Cultura-Institución Príncipe de Viana. Así, entre otras piezas, se pueden ver huesos del león de las cavernas e incluso un espectacular molar de mamut, junto con restos de especies más habituales en la actualidad, como ciervos, zorros, lobos e incluso caballos, aunque de mayores dimensiones que los presentes.