Multiverse Computing, una start-up guipuzcoana creada en 2019, es ya la principal empresa de software cuántico de Europa y la segunda con mayor facturación en el mundo. Hoy tiene 87 personas en plantilla, oficinas en Donostia, Toronto, París, Munich y Londres. Román Orús, socio fundador y director científico de la compañía, reconoce la apuesta cuántica de Gipuzkoa y aplaude la llegada del ordenador de IBM que el próximo año llegará a Donostia dentro del proyecto Basque

¿Trate de explicar qué es este ordenador y qué significa?

Los ordenadores convencionales tienen sus limitaciones, porque hay cosas que no pueden resolver. Y hay otros temas que resultan muy costosos: una ronda de entrenamiento del Chat GPT (la reciente y rompedora aplicación de Inteligencia Artificial), por ejemplo, son cuatro millones de euros en factura energética con ordenadores convencionales. Y todavía se equivoca. No es eficiente, ni sostenible.

Es decir, el coche es la leche, pero consume mucha gasolina.

Exacto, gasta demasiada gasolina. Y luego está el ordenador cuántico, que es otra forma de hacer ordenadores. Un ordenador cuántico procesa la información de forma diferente. Y eso hace que tenga una potencia de cálculo extraordinaria. Lo de la manzana que se cae del árbol, pues no vale. Aquí mandan las leyes de la física cuántica y éstas son muy raras. Y el resultado es que se pueden calcular cosas en un ordenador cuántico, que no se pueden hacer en un ordenador normal. Pero además, muchas de las cosas que haces en ordenadores normales, como por ejemplo todo este tema de Inteligencia Artificial, con un ordenador cuántico se puede mejorar en precisión, en velocidad, en eficiencia energética, etcétera.

“En un ordenador cuántico se pueden calcular cosas que no se pueden hacer en uno convencional. Su potencia de cálculo es extraordinaria”

Y cómo de bueno es este ordenador de IBM?

Lo que va a venir aquí es uno de los primeros prototipos de la compañía más avanzada que tenemos en occidente, que es IBM. Y estos ordenadores cuánticos que tenemos ahora, para lo que nos gustaría tener, todavía son pequeños y ruidosos, pero ya son unas primeras máquinas con las que podemos empezar a hacer cosas muy potentes. Es una tecnología transversal. Es decir, el ordenador cuántico no es algo que vaya a sustituir a los ordenadores normales, sino que va a convivir con ellos. Pero sí sirve para determinados problemas o tareas que ahora mismo son muy duros de hacer computacionalmente.

¿Por ejemplo?

Digamos que estamos mal acostumbrados, pero tú cuando te subes a tu coche y le pides a tu navegador calcular la ruta más corta desde el centro de Madrid a Barajas, dependiendo de los atascos, los radares, etcétera, calcular esa configuración es un problema muy duro. Controlar todo el tráfico aéreo, por ejemplo, es un problema complicadísimo. Pues para ese tipo de problemas, el ordenador cuántico vale.

Ha mencionado la inteligencia artificial. ¿Estamos delegando muchas tareas en la IA? ¿Le preocupa esto o le emociona? ¿Qué opina?

Esto de la inteligencia artificial le ha pillado un poco por sorpresa a todo el mundo, incluso a nosotros. Íbamos viendo que cada vez se iban haciendo más cosas, nosotros también estamos desarrollando algoritmos que pueden mejorar la IA convencional. Pero es cierto que el año pasado en los últimos seis meses hubo como un boom de aplicaciones.

“La Inteligencia Artificial no es eficiente, ni sostenible. Una ronda de entrenamiento de Chat GPT son cuatro millones de factura energética”

¿Hablamos de Chat GPT y similares?

Antes ya habían salido algunas cosas para imágenes que eran muy sorprendentes, que te hacen deep fake (vídeos, imágenes o audios generados que imitan la apariencia y el sonido de una persona), pero cuando salieron los módulos de lenguaje era como espectacular, porque podías hablar con el ordenador. Desde el punto de vista de desarrollo era lo siguiente a hacer de forma natural, pero las consecuencias a las que ha llevado han sido completamente discontinuas.

¿Le ha sorprendido?

Yo creo que ha sido una sorpresa incluso para la gente que está trabajando en el campo, porque el tipo de respuestas que dan este tipo de sistemas, no se predecía hasta qué punto se podía ver lo que estamos viendo ahora. Es abrumador. Tenemos unas inteligencias artificiales que son capaces incluso de escribirte código para hacer programas.

¿Eso también?

Tenemos que empezar a replantearnos qué es lo que está pasando. Uno siempre tenía la idea de que las máquinas empezarán a lo mejor a reemplazar trabajos que sean más pesados, pero ahora lo que estamos viendo es que en lugar de entrar por abajo, están entrando por arriba.

¿También le podrían sustituir a usted?

Efectivamente. Yo creo que todo esto va a haber saberlo gestionar bien y habrá que ver también cuál es el papel de la cuántica en todo esto, porque obviamente todo este tipo de algoritmos y métodos, con cuántica sólo van a poder mejorar.

No sé si alegrarme o llorar.

Yo creo que al final habrá que entender cuál es el sitio de esto en el mundo y cómo adaptar la sociedad. Cuando empezaron los primeros vehículos a motor, la gente también decía que para qué queremos coches si ya tenemos caballos. Y cuando se empezaron a automatizar las fábricas, decíamos que nos íbamos a quedar sin trabajo. Pero solo ha cambiado el tipo de trabajo que hacemos. Pero sí es cierto es que este tipo de herramientas, como el Chat GPT, se están chocando con una pared, en cuanto a que son costosos, que consumen mucha gasolina. Y cada vez hay más demanda, cada vez necesitamos más estas herramientas, y no es sostenible. No podemos quemar el planeta solo porque querer hacer una búsqueda con un ordenador. Además, la naturaleza no funciona así.

¿Qué quiere decir?

El cerebro humano no gasta toda esa energía y todavía procesamos más información. Es decir, algo estamos haciendo que no es lo que toca. Entonces, en ese aspecto, creo que todavía queda mucho por hacer. Estos métodos son abrumadores, pero todavía tienen mucho que mejorar y afinar y creo que la computación cuántica va a ser una de las cosas que a medio o largo plazo va a jugar un papel en mejorar la eficiencia de estas herramientas.