Hace ya algunos días que saltó la alarma ante la denuncia de colectivos que se oponen al Tren de Alta Velocidad, TAV, y Lezetxikiren Lagunak que señalaban que “espeleólogos de Arrasate y alrededores” habían podido constatar que “las obras del TAV en el macizo kárstico de Udalaitz han destruido una galería de la cueva de Lezetxiki”.

El Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa no tardó ayer en responder a esta denuncia, asegurando de forma taxativa que “el yacimiento arqueológico de la cueva de Lezetxiki no ha sufrido ningún daño por las obras del TAV”.

Según recordó, uno de los bordes del sistema de cavidades Leibar-Lezetxiki “fue afectado hace ya tiempo por las obras de un túnel del TAV, cuya ejecución se ajustó al proyecto de obra aprobado en su momento”. 

“El yacimiento arqueológico, sin embargo, se sitúa a buena distancia de ese punto, justamente en el extremo opuesto, sin que se haya visto afectado por los trabajos denunciados”, subrayaron desde la institución foral.

ADIF, ente encargado de la obra, también quiso dejar claro que el trazado fue aprobado en su día por el Ministerio de Fomento en coordinación con el Gobierno Vasco. “La propuesta de trazado inicial fue modificada al paso por la zona, a fin de preservar la cueva”, abundaron.

En fases previas, subrayaron en declaraciones a este periódico, se llevó a cabo la oportuna Declaración de Impacto Ambiental (DIA), publicada en el BOE el 6 de noviembre de 2000, tras lo que se procedió a sacar el expediente a información pública.

La empresa pública ADIF asumió parte de la obra mientras que ETS se encargó de la parte del trazado que discurre entre Bergara y Astigarraga, además de la estación de Donostia.

“Todas las obras que realiza ADIF están sujetas a las especificaciones de la DIA para la conservación del espacio natural, la fauna y el patrimonio. De hecho, en este tramo, que es el sector 2 del nudo de Bergara, se ha mantenido la moratoria (parada y reprogramación de las obras) para favorecer la reproducción del murciélago que vive en la cueva de Lezetxiki”, destacaron desde la empresa pública, que quiso dejar muy claro que “cuando se trabaja en la zona de las cuevas, todos las tareas que se afrontan, se hacen con supervisión arqueológica. No solo la de la propia obra, sino que se trabaja en permanente coordinación con el correspondiente departamento de la Diputación Foral de Gipuzkoa”.

ADIF destacó que las imágenes divulgadas por los colectivos denunciantes “se corresponden con una zona próxima al túnel de Karraskai, que ya está revestido hace dos años”.

En el transcurso de las tareas de avance, cuando las obras llegaron al citado ámbito “ vieron un ramal de una cueva que no estaba catalogada. Como es preceptivo se comunicó a la Diputación Foral de Gipuzkoa, que envió un equipo de arqueólogos y espeleólogos a la cueva”.

El informe emitido tras esta exploración señaló que “el estado general de la cueva era bueno” y que no se encontraron “restos arqueológicos ni paleontológicos”.

Al ser consultado por este periódico, desde el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco se constató que la zona en la que se están llevando a cabo las obras del TAV se halla a cierta distancia, en torno a 150 metros, de todo el ámbito sujeto a protección, por lo que no afectan a la zona protegida.

La denuncia

Hace dos años, abundan en la nota de prensa remitida por AHT Gelditu, los espeleólogos pudieron comprobar que “la galería estaba taponada completamente por un desprendimiento de rocas”. La semana pasada, el equipo de espeleólogos pudo “certificar mediante fotos y vídeos que las obras del TAV han destruido completamente esta galería, no solo por el temblor de las explosiones, sino porque el mismo trazado del TAV pasa por la galería en sí”.

Este colectivo se hace eco de lo señalado por Lezetxikiren Lagunak, grupo de espeleólogos que informó que “con muchas dificultades” llegaron al punto que se indica, allí donde existe una caída de 15 metros que entronca con una galería inferior. “No podíamos creer lo que vimos, con un derrumbe que casi obstruía por completo esa galería inferior”.

“En torno a 40 metros más adelante pudimos encontrar el origen del derrumbe, en una pared compuesta por redes y placas metálicas” que, “tras un análisis más en profundidad”, pudieron comprobar que correspondía “al recubrimiento exterior del túnel del TAV que, sí, pasa por en el interior de Lezetxiki”.

Malla que protege la estructura del túnel entre las rocas Lezetxikiren Lagunak

Días después, el 28 de enero, el equipo pudo acceder a este punto con un equipamiento más completo, obteniendo nuevas imágenes que han sumado a su denuncia.

También EH Bildu denunció los daños en Lezetxiki, alertando de que es “un bien cultural de especial protección” y reclamó explicaciones al al Gobierno Vasco y al del Estado.

el ámbito La cueva de Lezetxiki se halla cerca de Arrasate y en su interior se encuentra un yacimiento arqueológico y paleontológico que José Miguel de Barandiaran excavó por vez primera entre 1956 y 1968, tareas a las que ha dado continuidad desde 1996 el profesor de la UPV/EHU Álvaro Arrizabalaga.

Según recordaron desde Lezetxikiren Lagunak, colectivo que afirmó “no tener dudas” de que habrá más daños de los ya constatados, en esta cueva se ha hallado “el resto óseo humano más antiguo del registro paleontropológico vasco”, el húmero de una mujer de la época del Homo Heidelbergensis, y dos piezas de dientes que podrían datar de la era Neandertal.

Dicho yacimiento fue declarado Bien Cultural de Protección Especial por el Gobierno vasco el pasado año.