Un estudio internacional liderado por investigadores de CIC nanoGUNE ha conseguido resucitar ancestros del conocido sistema CRISPR de hace 2600 millones de años. A partir de estas secuencias repetitivas que se dan en el ADN de bacterias y otros organismos y que son más versátiles y manipulables que las actuales, se abren nuevas vías en la manipulación genética con el objetivo de corregir enfermedades como el cáncer, la ELA o la diabetes.

La prestigiosa revista científica Nature Microbiology ha dado a conocer este lunes los resultados de este proyecto dirigido por el investigador Ikerbasque de CIC nanoGUNE Raúl Pérez-Jiménez y que ha contado con la participación de entidades e instituciones estatales e internacionales. Se trata del trabajo de cuatro años en torno al conocido como sistema CRISPR, un mecanismo de defensa antiviral que, gracias a la tecnología científica de hoy en día es posible cortar y pegar en cualquier célula, llevando a cabo así una edición del ADN para corregir dolencias.

No obstante, el sistema actual cuenta con varias limitaciones que no se dan en los ancestros que ahora han sido resucitados, mucho más versátiles y con los que es posible ampliar las miras en la investigación genética.

De este modo, gracias a este logro, la ciencia cuenta con una nueva herramienta en la manipulación del ADN de cara a tratar enfermedades como la ELA, el cáncer, la diabetes o incluso para diagnosticar la propia dolencia.

En la actualidad, las investigaciones se centran en dar con nuevas versiones del sistema en los lugares más recónditos del planeta. Sin embargo, el estudio del CIC nanoGUNE ha estudiado la evolución del ancestro a lo largo de los años, lo que permite también conocer el material genético de virus que les ha infectado y si este se ha repetido a lo largo de la historia o no. A partir de ahí es posible averiguar cómo se ha ido defendiendo ante ello y aplicarlo a nuevos usos en el futuro.