Elena Guinea, Víctor Bonet y Sandra Barkaiztegi forman parte de la comisión de pacientes de Onkologikoa. Los tres conviven con el cáncer. Se unieron precisamente para alzar su voz e intentar resucitar “el prestigio” de Onkologikoa, un centro del que se sintieron orgullosos cuando hace años acudieron con sus “padres, madres y abuelas”, y que ahora les provoca desazón cuando son ellas las que están siendo tratadas. “Cuando nos ha tocado ser pacientes, hemos visto el deterioro”, aseguran.

Su movimiento surgió “de la preocupación que veníamos de familiares o propias, de un oncológico de una calidad y atención puntera y veíamos que nos ha tocado ahora a nosotros estar con cáncer y veíamos que se estaba perdiendo esa atención y esa rapidez, y hablando con las trabajadores de Onkologikoa, vimos que era ese proceso de absorción y cómo está Osakidetza en general. Nuestra preocupación y nuestra única reivindicación es conseguir un Onkologikoa puntero. Lo que demanda toda la sociedad”, dicen.

Han vivido “con escepticismo” la crisis desatada por las críticas de la cúpula médica de la OSI Donostialdea a Osakidetza, porque “vemos que hay falta de claridad y nosotros lo que demandamos es una sanidad pública de calidad, universal, que sea ágil y rápida”.

Elena no se esperaba, aunque es cierto que su diagnóstico coincidió en periodo de pandemia, que la prueba diagnóstica para la detección precoz de cáncer se la realizasen con “ocho meses de retraso” y que “tuviese que andar en edificios diferentes”.

Sandra, por su parte, incide en que “las necesidades del paciente oncológico son muy particulares” y que necesitan asistencia directa: “El otro día hablábamos con otra amiga que en ocho o diez años de diferencia, su suegra, paciente oncológico, con llamar al oncológico, y decir si le pasaba algo, le daban una solución inmediata; y ahora, su hijo está pasando por el mismo proceso, llama porque lleva un día con un color muy raro y le dicen que tiene que ir a Urgencias; y allí le dicen que no le van a atender porque es paciente oncológico”.

La "yincana" del paciente

“Y a pacientes que igual le están tratando un cáncer de mama y en la otra mama te sale otro y tienen que ir a su médico de cabecera. Eso es la ventana única, que atienda procesos oncológicos”, apostilla Jon Galfarsoro, miembro del comité de empresa de Onkologikoa.

“Lo que queremos es recuperar algo que ya existía”, asegura Víctor Bonet: “Nuestra exigencia como paciente oncológico es solventar todas esas carencias que en la actualidad se están produciendo” y que someten a las pacientes a “una yincana constante de pruebas y tratamientos en distintos centros”, lo que se traduce, dicen, en una “mortalidad por encima de la media del Estado en la mayoría de los tumores más frecuentes en hombres y mujeres”.