Nadie sabe si a estas alturas el motín se ha sofocado, si está en vías de hacerlo o si, por el contrario, va a más; pero es un hecho que el nuevo director gerente de la OSI Donostialdea, Agustín Agirre, inició ayer mismo, en su primer día de trabajo en el cargo, los primeros contactos con los jefes de servicio de la organización sanitaria más importante de Gipuzkoa, que presta atención sanitaria a unos 400.000 pacientes. 

La bomba estalló por la mañana. Por si no había sido suficiente el carrusel de ceses, dimisiones, rumores y anuncios de nuevas acciones en los últimos días por parte del colectivo médico, un grupo de 28 jefes de servicio del Hospital Universitario de Donostia (HUD) firmaba una carta publicada ayer en un periódico guipuzcoano, con un durísimo mensaje en el que solicitaba a la consejera vasca de Salud, Gotzone Sagardui, el cese de la dirección de Osakidetza.

Critican que la alta dirección del servicio vasco de Salud actúa con “sectarismo” e “incompetencia”; y le acusan también de promover, con su “anquilosada gestión” de recursos humanos, el deterioro de la asistencia sanitaria a la ciudadanía. 

Una carta-bomba que provocó, horas después, que el Gabinete de la Gotzone Sagardui anunciase una rueda de prensa de carácter urgente. La consejera de Salud compareció, firme, pasadas las tres de la tarde, pero tampoco contó lo que pasa. Cero detalles.  

“Las dificultades para compartir un proyecto han llevado a una serie de hechos, que aconsejan un cambio de personas".

Gotzone Sagardui - Consejera de Salud

Por cierto, compareció acompañada de la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez. El mensaje era claro: nada de ceses en la dirección del servicio vasco de salud, pese a lo que exijan los denunciantes. Ni siquiera mencionó la carta que provocó su intervención de urgencia. Como si el extenso documento firmado por 28 jefes de servicio de la OSI Donostialdea no hubiese visto la luz.  

Sagardui dijo que comparecía para anunciar un cambio de la dirección de la principal organización sanitaria de Gipuzkoa, una actuación que enmarcó dentro de la normalidad. Afirmó que la ya exgerente del hospital Donostia, Itziar Pérez; y la exdirectora médica, Idoia Gurrutxaga, a las que ni citó, se han ido tal y como habían venido. Que se acabó su tiempo. Que son cargos de confianza. Y que esta se ha perdido, tras una “concatenación de acontecimientos” de la no quiso dar detalles. 

Sagardui insistió una y otra vez en que las exdirectivas no compartían el actual proyecto de Osakidetza, “interc onectado”, y que ahora les ha llegado la hora de dar paso a sus sustitutos, corroborados ayer mismo: Agustín Agirre y Ana Bustinduy, respectivamente. Habló de “dificultades para compartir una visión coordinada de nuestro proyecto” con las cesadas. Nada más. 

¿Onkologikoa? 

¿Está relacionado con la integración de Onkologikoa?, le preguntó un periodista expresamente. Sagardui repitió lo mismo que ya había dicho tres veces. Pero tampoco lo negó. “Se abre una nueva etapa” en la dirección de la OSI Donostialdea”, explicó, con el objetivo de dar una atención sanitaria “mejor aún” a la ciudadanía guipuzcoana.

“Hay un malestar creciente. Vemos que las cosas no se han hecho bien y a veces hay que reconocer los errores y dar marcha atrás”.

Adolfo López de Munain - Jefe de Neurología HUD

Las explicaciones dadas por el grupo de firmantes, los citados 28 jefes de servicio, tampoco dieron para mucho más. La carta publicada en el periódico ponía el foco en muchos aspectos, pero se perdía en vaguedades en la boca de los que ofrecieron alguna aclaración añadida a la carta en las puertas del hospital. Han anunciado una rueda de prensa para mañana, miércoles.  

Sí precisaron que confían en que se pueda “reconducir la situación” y piden que vuelvan sus anteriores jefas. Si no, llegaron a decir, las consecuencias podrían ser peores. 

Adolfo López de Munain, jefe de Neurología, habló de un “malestar creciente” dentro de la organización sanitaria de Donostialdea, alimentada, dijo, por “decisiones sin una clara explicación” y “falta de escucha” por parte de Osakidetza. Añadió que las decisiones se adoptan de forma demasiado vertical, sin consultar con los especialistas.

“Se abre una nueva etapa con el objetivo de mejorar la organización y la calidad del servicio asistencial a la ciudadanía"

Gotzone Sagardui - Consejera de Salud

 “Yo creo que los ceses han sido ya el detonante de una cuestión que de fondo ya venía mal de alguna forma”, aseguró López de Munain. “Vemos que las cosas no se han hecho bien y creo que a veces hay que reconocer los errores y dar marcha atrás”. 

También desde el sindicato de enfermería Satse, Maitane Larrañaga, afirmó a ETB que ese “estilo dictatorial” de hacer las cosas en Osakidetza “no es nada nuevo para esta organización y que se enfrentan a ella en cada mesa sectorial. 

La consejera de Salud, por su parte, no dejó resquicios para la marcha atrás. Los ceses en los cargos directivos, dijo, son “algo habitual y que sucede en momento u otro en todas las organizaciones". 

Rehaciendo el equipo directivo

Sagardui también recordó que antes de estos dos ceses, la directora-gerente y la directora médica del hospital, ya se habían producido otras tres dimisiones en otras tres direcciones y que ya tienen sustitutos para dos de ellas, en las áreas de personal y económica. Personas que se incorporarán en las “próximas semanas”, dijo.

 Fuentes médicas consultadas por este periódico se han manifestado sorprendidas por la alineación de la mayoría de los jefes de servicio (no todos) con la ya cesada dirección de de la OSI Donostialdea, con las que hasta había “grandes diferencias”, sobre todo a raíz del cese de varios jefes de servicio “hace unos tres años” y la sustitución de los mismos.