El Gobierno Vasco ha dado por fin el visto bueno a una reclamación histórica de los veterinarios vascos y Euskadi deja a partir de este martes de ser una de las únicas tres comunidad autónomas del Estado en el que la vacunación contra la rabia de los perros no era obligatoria –sigue sin serlo en Galicia y Catalunya–. El Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) ha publicado este lunes la orden que obliga a inmunizar a todos los canes, que deberán ser sometidos al pinchazo “con la frecuencia necesaria” según el tipo de dosis administrada. Este anuncio llega, según los profesionales, en “un periodo preocupante” de casos en el mundo que hacían peligrar la situación en Euskadi, donde la enfermedad está erradicada.

“Es una noticia muy positiva, tanto para la sanidad animal como para la salud pública”, indica a este periódico el exjefe de Salud Pública de Donostia, José Manuel Etxaniz. La nueva orden procedente del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, que entra en vigor este martes, pone fin a una reclamación histórica de los veterinarios vascos, que pedían desde hace más de dos décadas la obligatoriedad de la vacunación. “Vemos una clara voluntad a nivel político de cambiar la norma”, aseguraba hace unos días Francisco Galisteo, presidente del Colegio de Veterinarios de Gipuzkoa, que ya preveía la inminente llegada de la nueva normativa.

Según se estipula en ella, “deberán vacunarse obligatoriamente todos los animales de la especie canina de forma que se asegure su permanente protección frente a esta enfermedad”. Asimismo, el Boletín establece que la vacunación de otras especies tendrá “carácter voluntario”, a excepción de gatos y hurones. La administración del antídoto, por su parte, se producirá cuando el animal tenga al menos doce semanas de edad y antes de que cumpla las 24, y se efectuarán las revacunaciones “con la frecuencia necesaria”, según se prescriba en las especificaciones técnicas de la vacuna de la última dosis administrada.

Tal y como explica Etxaniz, cada vacuna cuenta con un tiempo diferente de renovación, pudiendo ser anual, bianual o incluso de cada tres años. Esta especificación hace que en el Estado el periodo de cada una de las dosis sea diferente según la zona, lo que, para el Colegio de Veterinarios, lleva a que la vacunación siga siendo “caótica desde el punto de vista sanitario”. A ello hay que sumar que el precio de cada dosis también varía, con un coste de entre 30 y 50 euros según la clínica veterinaria.

“Por la muga de Irun pasa toda la gente que viene de África, a lo que ahora hay que sumar la que lo hace por la guerra de Ucrania, desde donde muchas personas están llegando con sus mascotas y allí hay rabia”

Francisco Galisteo - Presidente del Colegios de Veterinarios de Gipuzkoa

Una vez el animal esté inmunizado, la vacuna deberá ser incluida en su registro en el pasaporte oficial. Además, es recomendable que la dosis vaya acompañada de una desparasitación, ya que para que sea 100% eficaz, es necesario que el animal lo esté. “Los perros, principalmente los de la calle o los que viven en el monte y en los caseríos, no suelen estarlo y son portadores de echinococcus, unos parásitos que son expulsados en sus heces y que pueden ser desplazados por el aire llegando a las verduras y hortalizas que luego comemos”, advierte Etxaniz.

La obligatoriedad de la vacuna, por lo tanto, puede llevar consigo “mantener un censo y un control” de los perros en Euskadi, algo que los profesionales exigen “más que nunca” ante “un periodo preocupante” de casos de rabia en todo el mundo.

Enfermedad erradicada

Aunque en España la enfermedad de la rabia está erradicada oficialmente desde 1978, en lo que va de año se han detectado cinco casos, todos ellos en Melilla, donde hay “un grave problema de control” por su proximidad a Marruecos, país en el que la enfermedad sigue presente. Para el exjefe de Salud Pública de Donostia, esta problemática tiene su repercusión en Gipuzkoa, lugar de paso para numerosas personas que viajan desde África a Europa, y que muchas veces lo hacen acompañadas por sus animales. “No son los marroquíes, ya que ellos no tienen la costumbre de tener mascotas, sino los europeos, que cogen a un perro que ven en la calle y se lo traen como si nada”, apunta.

Los últimos casos en la península ibérica se han dado a partir de situaciones así, como en 2013, cuando un grupo de titiriteros ocultaron que llevaban un perro durante su viaje a Marruecos y en su regreso a España el animal mordió a cuatro niños en Toledo sin que se supiera que había contraído el virus. “Como la frontera con África está lejos, el Gobierno Vasco ha hecho la técnica del avestruz, pero la realidad es que la movilidad ha cambiado mucho. Por la muga de Irun pasa toda la gente que viene de África, a lo que ahora hay que sumar la que lo hace por la guerra de Ucrania, desde donde muchas personas están llegando con sus mascotas y allí hay rabia”, asegura Galisteo, que recuerda que, hace tan solo unos años, un grupo procedente del norte de África decidió parar a descansar en el último momento en Iparralde en vez de hacerlo en Gipuzkoa cuando llevaban un perro que empezó a mostrar síntomas. “Nos libramos por poco”, avisa.

El precio de la vacuna oscila entre los 30 y los 50 euros y debe administrarse por primera vez entre las 12 y las 24 primeras semanas de vida

La enfermedad de la rabia es un virus de la familia rhabdoviridae, del género lyssavirus, que puede transmitirse de animales a seres humanos. En la actualidad, carece de cura, por lo que cualquier animal que dé positivo debe ser sacrificado. “Pero no solo él, se hace una lista sanitaria de todos los animales con los que ha estado y, en caso de que no hayan sido vacunados, el sacrificio también es obligatorio”, indica el presidente del Colegio de Veterinarios.

Desde el Colegio recuerdan que para conseguir la ansiada inmunidad de rebaño es necesario tener un 70% de los animales vacunados. Sin embargo, según los datos que manejan, la cifra en Euskadi se sitúa en torno al 18%, muy lejos de territorios cercanos como Navarra (59%) o Aragón (63,7%), donde ya era obligatorio hacerlo.

A nivel mundial, entre 50.000 y 80.000 personas mueren al año en todo el mundo por esta enfermedad, principalmente en África y Asia. La obligatoriedad en Euskadi llega tras una nueva petición de la Real Sociedad Canina de España (RSCE) en todo el Estado.