El nuevo curso llega con dos titulaciones nuevas –Ingeniería de la Energía y Educación Infantil– que se unen a la amplia oferta de la UNED, que muestra su buena salud con “30 grados, más de 100 posgrados entre doctorados y másteres, además de grados combinados, microgrados y micromásteres”, según señala Esparza. El plazo para matricularse continúa abierto hasta finales de este mes.

¿Cuáles han sido las consecuencias de la pandemia? ¿Ha habido mayor demanda de la universidad a distancia o al revés, la gente quiere ahora más presencialidad?

–Pues las dos cosas. Por un lado, durante la pandemia las demás universidades tuvieron que explorar el terreno online, porque no se podía hacer de otra manera. Digamos que las universidades tradicionales se aproximaron a nuestro método. A nosotros nos pasó que esa semipresencialidad que teníamos en la UNED se relajó con motivo de la pandemia y queremos recuperarla. Y después están las universidades 100% online que han surgido con más o menos éxito en los últimos años.

¿Cómo es esa semipresencialidad?

–Insistí mucho en ello en la presentación del nuevo curso. Se trata de que los alumnos no estén solos. Si fuera una universidad solo online, significaría que tienes tus lecciones y tus apuntes, y estudias tú solo. No tienes referentes, compañeros ni tutores. Y eso suele ser muy difícil y provoca el abandono, es algo que está acreditado. Lo que siempre hemos intentado en la UNED es, sobre todo en primer y segundo cursos, que los alumnos no se sientan solos, que conozcan el centro, que tengan contacto con los profesores y que tengan compañeros, porque en un momento de debilidad eso ayuda. En vez de quedarte tú solo sin saber a dónde tirar, puedes preguntar, hacer grupo...

¿Se pueden concertar citas con los profesores? ¿Hay lugares de encuentro entre alumnos?

–Las asignaturas tienen sus horarios, algunas clases son presenciales y aparte tienes tutorías personalizadas con profesores. También se crean vínculos entre los alumnos. Se suelen juntar ocasionalmente o mantienen el contacto online, que es un poco la tendencia ahora no solo en la universidad sino en cualquier entorno. Nosotros queremos que tengan la ocasión de poder hacerlo, hay espacios en la propia universidad para juntarse, estudiar y socializar.

Dentro de la amplia oferta, quizás sean menos conocidos los microgrados y micromásteres.

–El abanico es muy grande. Son 30 grados, más de 100 posgrados entre doctorados y másteres, y grados combinados. Además, están los microtítulos y micromásteres, que son grados más concentrados. Ahí la UNED está siendo pionera. Se trata de tener más flexibilidad y más opciones. Están los grados de cuatro años o los posgrados de dos, pero hay otras áreas de conocimiento que permiten un tratamiento académico más concreto al prescindir de algunas asignaturas que no son del corazón de la cuestión. Un ejemplo podría ser la Historia Medieval dentro de la Historia. Es un título distinto con rango universitario y que ofrece una respuesta a algo más concreto, de duración más corta. Tiene un despliegue grande y se irá generando cada vez más interés, porque lo tiene. A fin de cuentas, casi cada asignatura podría ser un microgrado, aunque ese sería el extremo. Entre las 40 asignaturas de un grado y las seis de un microgrado, hay margen.

¿Con cuántos alumnos cree que van a contar este curso?

–Solemos rondar los 1.600. Hubo un aumento en el confinamiento, pero suele rondar esa cantidad. Es una cifra bastante estable en los últimos años, con oscilaciones pequeñas.

¿Cuál es el perfil del alumnado?

–El perfil evoluciona, ampliándose incluso más. En los últimos exámenes hemos visto que hay desde chicos y chicas que por edad podrían estar en la universidad presencial hasta personas jubiladas que están estudiando algo que les gusta, y por supuesto personas que simultanean los estudios con trabajo o temas familiares. De prevalecer, quizás el sexo femenino, pero por edades no hay un perfil concreto y cada vez es más amplio. Yo tenía un cierto prejuicio o la idea de que era gente más bien mayor, pero no es así.

La mayoría es gente ocupada.

–Sí, eso sí lo diría. Aquí uno puede ir a ritmo de universidad presencial o al suyo.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de estudiar en la UNED?

–Hace falta disciplina, lo bueno es que eso repercute en el futuro. Quien tiene un título de la UNED, se le reconoce un trabajo y una disciplina importantes. Aquí se estudia según el tiempo disponible. Una universidad presencial exige todo el tiempo, los estudiantes se dedican a eso, pero la gente que no tiene todo ese tiempo puede optar por la UNED. Puedes hacer un mínimo de una asignatura por curso hasta un máximo de curso y medio en un año. Cada uno ve lo que puede hacer. Hay personas que pueden hacer cinco asignaturas y otras, dos. La flexibilidad es una ventaja, y tiene gancho, porque hay estudiantes en todo el mundo que optan por este sistema. La UNED cubre un nicho. Si no, habría 1.600 estudiantes en Gipuzkoa sin posibilidades de estudiar.

¿Tienen cifras o porcentajes de los estudiantes que consiguen acabar los estudios?

–No tengo datos concretos. Es difícil saberlo, pero la tasa de abandono es más alta que en una universidad pública o privada presencial, donde hay una preocupación constante sobre cada alumno. Eso en la UNED no hay, aunque se compensa con otras cosas. La tasa de abandono es alta, por eso los que acaban son perfiles muy valorados. Te encuentras con gente que ha acabado su titulación y tiene hijos y trabajo.

Los precios son asequibles.

–Son precios públicos y dentro de los precios públicos están en la franja más económica. A diferencia de las demás universidades, que dependen de las comunidades autónomas, la UNED depende del Ministerio de Cultura.

¿Cuánto suelen tardar los estudiantes de media en terminar una carrera?

–Podemos decir que, de media, un año y medio por curso. Si una carrera presencial se tarda un año por curso, aquí diríamos que 1,5. Se puede ir a curso por año, pero es bastante extraordinario. Depende de la disponibilidad de tiempo y la dedicación. Por eso solemos decir que no hay que venir con ansia, no hay prisa, es mejor ser prudentes. Si me matriculo de seis asignaturas y no las saco, me desmotivo. Cada uno se hace el traje a su medida. Para mí lo adecuado y lo realista es hablar con los coordinadores, informarse, y ver cuánto puedes estudiar.