El Gobierno Vasco ha publicado una Guía para la detección temprana y prevención del juego de riesgo, que “ofrece pautas y herramientas para que la comunidad educativa, agentes sociales, sanitarios y sociosanitarios y familias puedan informarse, detectar y prevenir el juego patológico entre las personas más jóvenes”.

Aitor Uriarte, director de Juegos y Espectáculos del Gobierno Vasco, explica a NOTICIAS DE GIPUZKOA en qué consiste esta guía y da algunas claves sobre de qué forma se acercan los jóvenes vascos al juego.

¿Cuándo y por qué se planteó la necesidad de elaborar esta guía?

Lo pensamos en 2020 y la elaboramos durante todo el año 2021 y parte de 2022. Pero como queremos que vaya dirigida, sobre todo, al mundo de la enseñanza, no nos pareció oportuno sacarla en mayo y hemos esperado al inicio del curso. Creemos que la información y la prevención son importantísimas. Uno de los colectivos que más nos preocupa son los jóvenes y los adolescentes y una forma de trabajar en la prevención con ellos y ellas es a través del colectivo de docentes. Esta es una guía sencilla para que los docentes, cuando vean unos comportamientos de los que les indicamos en algunas de sus alumnas o alumnos, sepan con qué recursos se cuenta para que puedan dirigirse a estos. No se pretende que el docente aplique terapias, para eso están los profesionales, sino que sea como una alarma, una vía de detección de que algo extraño está pasando.

¿Qué se busca con la guía?

En primer lugar, informar y sensibilizar del juego que se hace de forma irresponsable. Porque el juego en sí ni es bueno ni malo. La clave está en cómo juegas, con qué actitud. También se pretende ayudar en la detección de posibles conductas de riesgo y dar a conocer los recursos existentes tanto para la prevención como para el tratamiento de ludopatías.

¿La relación de los jóvenes con el juego es tan preocupante como para hacer saltar las alarmas?

Preocupante sí que es, aunque haya relativamente pocas personas afectadas. Son los efectos negativos de una actividad que está regulada y nos preocupan, no solo por las personas que los sufren sino también por su entorno. Por eso en su día montamos el Observatorio Vasco del Juego, para saber realmente cuál es la cantidad de personas que tiene problemas con el juego. Según cómo catalogues, estas cifras pueden ir del 0,5%, personas con conductas de juego patológico, al 2,2% que tienen conductas de juego de riesgo. Pero el 97,8% de la población no tiene ningún problema al respecto. Pero nosotros, aunque la cantidad fuera menos, estaríamos preocupados porque son personas que sufren.

¿Y cómo se actúa?

Por una parte, propiciando que el juego tenga cada vez más controles para evitar que las personas caigan en la ludopatía y, por otra, informando a jugadores y jugadoras de cuáles son los riesgos potenciales cuando se juega.

¿En los últimos años se ha observado un descenso en la edad de inicio en el juego?

No sabría decirlo con seguridad. Quizá algo sí, pero el tema es que al final el juego, sobre todo el que se practica online, está disponible las 24 horas en cualquier sitio y como se quiera. Hay mucha más oferta. También es verdad que el mayoritario sigue siendo el juego presencial, pero lo es porque aquí se incluyen loterías y ONCE. El último informe que hicimos de juego y juventud señala que todos hemos visto a familiares jugando a la quiniela o comprando un cupón con normalidad.

¿La pandemia ha contribuido a que aumente el juego ‘online’?

No tenemos muchos datos sobre si en pandemia se juega más o menos, porque no tenemos datos de referencia de pandemias anteriores. Ahora, con el Observatorio sí vamos a tener unas series de imágenes que nos darán cuenta de si la evolución es positiva o negativa.

¿Es más fácil intervenir en el juego presencial y las salas de juego?

Sobre el juego online también se puede actuar, como se hace con el presencial. El problema es que hay que tener el juego en su conjunto bien regulado, porque si no lo regulas bien o la regulación se inclina hacia tintes prohibicionistas, de acogotar al sector, el propio jugador se va a escapar a formas de juego ilegal. Cualquiera de nosotros podemos entrar en una página web de juego residenciada en cualquier país sobre el que no tenemos control. Hay que tener un juego socialmente tolerado y la sociedad en su conjunto debe estar bien informada. Muchas veces hay comentarios difíciles de contrarrestar en la línea de afirmar que se juega mucho. Las cifras indican que el juego de riesgo es menor a esa percepción.

¿Esa forma normalizada con la que se juega en familia afecta de forma negativa? ¿Habría que evitarlo?

Más que evitar, hay que informar. Si una familia está en un establecimiento hostelero con hijos menores y el padre o la madre echa a la máquina un par de monedas de las vueltas, toca que hablen a los hijos e hijas, que expliquen por qué se ha hecho de esa forma. Si se va a comprar un cupón de la ONCE, se compra uno pero no 80. Como todo en esta vida, hay que actuar con moderación y eso se ve.

¿Que muchas apuestas estén vinculadas al deporte puede quizá hacernos más permisivos?

La apuesta deportiva que se hace, por ejemplo, valorando que determinado equipo tiene más opciones de ganar porque tiene determinada alineación, es una apuesta más meditada. Si se hace sin ningún tipo de reflexión, apostando casi a ciegas porque esa apuesta tiene posibilidades muy remotas y la recompensa puede ser mayor, puede ser más peligrosa.

Esta guía se ha elaborado con la colaboración de distintos departamentos del Gobierno Vasco. ¿La labor a realizar con el juego es transversal?

Claro. Aunque la iniciativa surgió del Departamento de Seguridad, veíamos que al ir dirigido al sector educativo tenía que estar representado el Departamento de Educación y tenía que estar representado el Departamento de Salud, porque al final estamos hablando de la incidencia del juego en la salud de las personas. También colaboró el Departamento de Políticas Sociales a través de la dirección de Juventud.

¿Cuáles son las señales de alarma que nos deberían hacer pensar que nuestro hijo o nuestra hija puede tener una relación peligrosa con el juego?

Varias. Por ejemplo, si le pillas diciendo mentiras, que el dinero que tiene ahorrado no sabes cómo ni dónde se lo ha gastado, si cambia de comportamiento... Hay una serie de señales que como padre o madre vas detectando. Pero este comportamiento también puede deberse a otros motivos. Pese a todo, estas son luces que se encienden y que nos deben hacer trabajar en ese aspecto. En clase, lo mismo. En este caso la figura del observador la realiza el o la docente. Es importante darse cuenta cuanto antes de que se ha encendido esa luz de alarma, aunque sea muy débil.

Esa guía es una herramienta que da esas pautas.

Sí. Ofrece las pautas de cómo hay que actuar e informa de los recursos que existen y de lo que es el juego en sí.

Y cuando el problema ya está casa, cuando sabemos que nuestro hijo o nuestra hija juega mucho, ¿cómo hay que actuar?

Lo importante es lograr que, si es mayor de edad, se autoprohíba en los registros de prohibición de juego para que no le dejen entrar en ningún local de juego o páginas web autorizadas. Desde el Ministerio cada año se cierran muchas páginas no autorizadas, pero es como jugar al gato y el ratón porque vuelven a abrir. Además, como se recoge en la guía, en Euskadi hay distintos recursos con los que ponerse en contacto para, cuanto antes, intentar atajar el problema.

¿Desde la Administración qué tipo de medidas se pueden tomar y qué medidas se toman?

No sé a veces si la gente no lo sabe o no se lo quiere creer, pero el juego es una actividad que está híper regulada desde hace muchos años. Si se mira el Reglamento de Juego y las distintas órdenes que regulan máquinas y locales se puede comprobar que es así. En Euskadi, donde tenemos la Unidad de Juegos y Espectáculos de la Ertzaintza –que no es grande pero que es potente comparando con el resto de comunidades autónomas– se realizan más de 4.000 inspecciones todos los años.

¿Es necesaria una readaptación constante?

Se está muy encima. Por la parte normativa, con el cambio de planificación, cada tres años aprovechamos para modular y perfilar distintos aspectos del decreto de juego para introducir mejoras. De forma continua estamos adaptando la normativa a las situaciones que se dan. Además, como tenemos el Observatorio Vasco del Juego, intentamos realizar no ya una fotografía del sector del juego, sino hacernos una película de cómo va evolucionando y valorar si las políticas que vamos aplicando son o no positivas. Queremos disponer de toda la información posible, porque eso nos permite el diseño de nuestras políticas con más seguridad y concreción.

¿Medidas como aumentar la distancia entre locales de juego?

Planteamos, por ejemplo, poner cierta distancia entre locales de juego. Pero, ¿cuánta? Cuando determinamos este extremo la última vez hicimos un estudio sobre la ubicación de todos los locales de Euskadi para determinar cuál podría ser una distancia realista. Hay que trabajar con datos y huyendo del olfato. La intuición es intuición y, que me perdone el pastor del Gorbea, no es lo mismo que te diga él que va a llover mañana a que te lo diga Euskalmet. En este caso ocurre lo mismo, hay que tener toda la información para después pasar a la prevención.