Un paciente con fiebre hemorrágica de Crimea-Congo ingresó este jueves en el Hospital de Donostia tras ser trasladado desde El Bierzo (León) en un avión medicalizado del Ejército. El motivo de que este hombre fuera trasladado a la capital guipuzcoana es que el Hospital Donostia cuenta con una de las escasas unidades de Hospitalización de Alta Seguridad Biológica que hay en todo el Estado.

Además de contar con esta unidad, el personal de Osakidetza que trabaja en el Servicio de Enfermedades Infecciosas de la OSI Donostialdea ha estado recibiendo formación al respecto en el último lustro. “Nos llevamos más de cinco años preparando porque contamos con que las infecciones emergentes van a ser cada vez más frecuentes”, indica Miguel Ángel von Wichmann de Miguel, médico adjunto de este servicio, en declaraciones facilitadas por Osakidetza.

“Este que acaba de ingresar es un caso, el covid ha sido otro, pero hay más. Este no va a ser ni el primero ni el último. Hay un grupo de profesionales que ha hecho una preparación muy importante: médicos, enfermeras, auxiliares y limpiadoras. Hemos hecho sesiones de revisión de enfermedades graves que nos pueden llegar, aunque estos casos que he mencionado ya son nuestros. Nos ha tocado preparar la revisión científica, cómo usar el material y cómo trabajar como equipo”, añade Miguel Ángel von Wichmann.

Explica el doctor que la fiebre hemorrágica “se contagia sobre todo por mordedura de garrapata, pero no cualquier garrapata, sino una ya infectada por el virus. También se puede contagiar, aunque de forma menos importante, cuando la gente está enferma y tiene vómitos, diarreas, sangrados… eso también es infeccioso”. De ahí que los sanitarios deban tener “mucho cuidado” a la hora de tratar al paciente, lo que hacen totalmente protegidos y respetando un protocolo muy estricto, y que el paciente deba estar aislado. Hay otra vía de contagio, aún “menos frecuente”, que es “por relaciones sexuales cuando alguien está en plena infección activa”.

TRATAMIENTO “DE SOPORTE”

Explica el médico adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas de la OSI Donostialdea que el tratamiento de enfermedades como la fiebre hemorrágica es “fundamentalmente de soporte”: “Si alguien tiene problemas respiratorios, mantener la situación respiratoria, mantener también la tensión, controlar las hemorragias con transfusiones… Además, hay que tener a la persona aislada para evitar la transmisión y alimentarla de forma suficiente. El único tratamiento sobre el que hay alguna duda respecto a su eficacia es la ribavirina, que es un antiviral. Hay datos de un posible beneficio, pero no una certeza, y se usa en casos graves”.

En el caso del paciente ingresado en Donostia, se encuentra “estable”, según indican desde Osakidetza, que lanza un mensaje de “tranquilidad”, ya que “se trata de una enfermedad poco frecuente y el dispositivo de aislamiento y seguridad está en marcha”.

“MUCHÍSIMO TRABAJO Y FORMACIÓN”

Purificación Tena Corrales, supervisora de Enfermería del Servicio de Enfermedades Infecciosas de la OSI Donostialdea, explica que “el trabajo de preparación y de activación de un paciente de estas características requiere de muchísimo trabajo”: “Primero tenemos que desalojar determinadas zonas para hacer contención de ese paciente. Hay que liberar dos habitaciones, que quedan para nosotros de soporte para poder dejar el material y vestirnos con los equipos de protección. Luego hay que preparar la habitación, calibrar los aparatos de laboratorio que tenemos, los monitores, el aparato para intubar... Se prepara todo bien para que cuando venga el paciente esté ya apta la instalación”.

Además de esta preparación, habilitar esta unidad de aislamiento y tener personal preparado requiere de “muchísima formación”, reconoce Purificación Tena. “Desde 2014 (cuando se produjo la epidemia del ébola que se extendió hasta algunos países europeos) pensamos que de nada sirve tener una habitación para esto si el personal no está bien formado. Hemos hecho formaciones mensuales desde 2014 salvo dos meses al año. Hemos hecho muchísima formación con equipos de protección, formación teórica, práctica o cómo se gestionan los residuos. Está todo milimétricamente detallado en los procedimientos de trabajo”.

“ENFERMEDADES TRANSMISIBLES Y DE ALTA LETALIDAD”

A esta unidad de Hospitalización de Alta Seguridad Biológica se refería, en una entrevista concedida a este periódico en octubre del año pasado, José Antonio Iribarren, el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas de la OSI Donostialdea. “Es una unidad pensada para casos únicos de enfermedades muy transmisibles y de alta letalidad, como puede ser el ébola, aunque hay más. Con la movilidad que hay hoy en día, puede llegar cualquier enfermedad a cualquier lugar del mundo y producir una pandemia”.

Según indica Osakidetza, el de Donostia es uno de los siete hospitales de todo el Estado con un área de Hospitalización de Alta Seguridad Biológica, necesaria para tratar enfermedades como la fiebre hemorrágica que requiere de una “zona aislada del resto, dotada de presiones negativas y climatización”: “La persona que entra en la habitación siempre pasará para salir a través de una ducha de descontaminación por hipoclorito sódico, y cualquier equipamiento que desde esta área pudiera ser trasladado al resto del edificio, antes pasará también por un proceso de descontaminación”.

La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo es una enfermedad “emergente” y hasta el año 2021 se habían detectado “solo 9 casos en todo el Estado”, según indica el Departamento vasco de Salud.