El Departamento de los Pirineos Atlánticos ha abierto este sábado un camino entre Hendaia y Sokoa meses después de haber cerrado la ruta de La Corniche por riesgos de derrumbe, provocados por la erosión de los acantilados.
El nuevo sendero, a una mayor altura y más alejada de la costa, parte desde el Chateau d’Abbadie o desde la Maison de la Corniche – Asporotsttipi, y hacia el norte llega hasta Sokoa, para lo que las autoridades locales recomiendan caminar “bien equipado” y respetar tanto a los vecinos que residen en la zona como al medioambiente.
Ambas localidades vuelven a quedar unidas mediante vía pedestre después de que el prefecto del Estado francés en el Departamento de los Pirineos Atlánticos, Eric Spitz, decretara el cierre de La Corniche en noviembre. De esta manera, la prohibición instaurada el verano de 2021 y prolongada el pasado mes de septiembre por un mes más se convirtió en indefinida ante el riesgo de “derrumbes”.
Aquella decisión no afectó al tráfico rodado, que en algunos puntos de la RD 912 circula algo más alejado de los acantilados que la antigua vía pedestre. Aun así, algunos estudios que manejan las autoridades de Iparralde apuntan a que el deterioro paulatino podría llevar a tener que tomar la decisión de que la vía, por la que transitan unos 16.000 vehículos diarios, se quede para uso exclusivo de los vecinos de la zona.
Rozando la tragedia
Ya en plena pandemia, la última gran situación de peligro se dio a finales de octubre de 2020, cuando una multitud de personas se congregó en uno de los bellos miradores de La Corniche para disfrutar de los surfistas que cabalgan sobre la conocida Belharra, una ola característica de la zona con determinadas condiciones de la mar y que atrae a riders de muchas partes del mundo.
Poco después de que los aficionados al surf se hubieran marchado del mirador, unos 30 metros de tierra se vinieron abajo sin provocar daños personales, pero en adelante la zona quedó cerrada tanto para peatones como para los vehículos que aparcaban cerca de dicho mirador.
