El Ararteko se ha sumado a Naciones Unidas "en la defensa de los derechos humanos de todos los refugiados" y ha exigido que la protección de estas personas se sitúe "en el centro de las políticas públicas".

En una declaración institucional, difundida con motivo del Día Mundial del refugiado, que se celebra el 20 de junio, ha asegurado que esta efeméride "ofrece una oportunidad adicional de interpelar a los gobiernos para que redoblen sus esfuerzos en favor de la prevención de los conflictos armados y para confluir en la búsqueda del bienestar social de todas las personas, sin excepciones".

Según ha denunciado, "cada vez es mayor el número de personas que están obligadas a huir para intentar sobrevivir a conflictos o persecuciones, en una espiral que parece no tener nunca fin". A su juicio, la situación que se vive en Europa "ilustra bien a las claras la crueldad supina de la guerra, su absurdidad absoluta", pero a la vez "la interdependencia entre los pueblos y la necesidad imperiosa de la solidaridad humana".

No obstante, el Ararteko cree que "la protección de estas personas vulnerables y desesperadas dista mucho de estar en el centro de las políticas públicas, a pesar de la existencia de diversos instrumentos internacionales sobre protección de derechos fundamentales y derecho humanitario en vigor en este ámbito".

DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO

En este sentido, ha citado tanto la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y el Protocolo de Nueva York de 1967, "tratados, estos, de los que son parte la mayoría de los Estados europeos, de obligado cumplimiento, al igual que la normativa de la UE en materia de asilo".

"Nuestras ciudades y pueblos reciben a millones de personas que han tenido que abandonar los lugares donde nacieron, donde tenían su arraigo, sus vínculos, sus viviendas. Son víctimas de decisiones e intereses políticos y económicos o geoestratégicos que han venido a segar de raíz las posibilidades que esas personas tenían en sus lugares de origen de sobrevivir, desarrollarse, formarse, criar a sus hijos e hijas y disfrutar de una vida digna", ha censurado.

Por ello, ha advertido de que "lo mínimo exigible" es que, "cuando buscan ayuda entre nosotros, puedan disfrutar en plenitud del respeto de su dignidad maltratada y de la garantía de sus derechos humanos, con independencia del origen o etnia o situación administrativa". "Estas cuestiones deben permanecer en el centro del debate público y de las decisiones de nuestras autoridades con independencia del lugar de procedencia u origen nacional", ha añadido.

Por ello, el Ararteko se ha sumado a las Naciones Unidas "en la defensa de los derechos humanos de todas las personas refugiadas, personas que huyen de conflictos armados, de la injusticia o de la miseria extrema", situaciones que, en su opinión, "no deberían tener cabida en un mundo en el que los ideales humanitarios se han globalizado, donde los avances tecnológicos y de la comunicación permitirían paliarlas, al menos, en sus formas más agravadas".