- A las 16.00 horas del 6 de febrero de 2020 la ladera sobre la que se afincaba el vertedero de Zaldibar dijo basta y se derrumbó sobre la AP-8. Ningún vehículo quedó atrapado, pero dos empleados de la escombrera, Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, no corrieron tal suerte. El desprendimiento conllevó consigo una crisis medioambiental -que afectó a la vida de los municipios cercanos-, sanitaria y política. Este sábado, mientras prosiguen los trabajos de búsqueda de Beltrán, el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, y la consejera de Desarrollo Económico y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, visitarán la zona con motivo del aniversario del derrumbe.

El panorama en el vertedero de Zaldibar ha cambiado mucho desde hace un año, pero las actuaciones de limpieza no han parado en todo este tiempo. Erkoreka y Tapia aprovecharán la visita del sábado para dar la última hora de estos trabajos, así como los de búsqueda de Beltrán. El vicelehendakari aseguró ayer en Onda Vasca que todavía quedan dos zonas por peinar y que las labores se están desarrollando “con absoluto rigor, transparencia y mucha seriedad para no dejar pasar por alto ningún resto”.

Hasta pasados seis meses del derrumbe no se dieron con restos óseos en el vertedero. Unos hallazgos que la policía científica identificó como los de Alberto Sololuze. Son los únicos vestigios humanos encontrados en casi un año, por lo que el paradero de Beltrán, a día de hoy, sigue siendo un misterio. Por ello, la familia de este empleado se manifestará también el sábado en Zalla, municipio del que era natural, con una concentración silenciosa.

El Ayuntamiento de esta localidad mostró ayer su preocupación porque el sellado del vertedero se autorice antes de que las labores de búsqueda finalicen, algo que, por su parte, el Gobierno Vasco desmintió defendiendo que estas se mantendrán “hasta hallar el cuerpo”.

La visita de Erkoreka y Tapia será la segunda que lleven a cabo al lugar tras la que realizaron en octubre tras tomar posesión de sus cargos en el Gobierno Vasco. “La búsqueda de Beltrán sigue siendo una prioridad importante en los trabajos que se están desarrollando allí”, recordó ayer el vicelehendakari.

La escombrera de Zaldibar estaba gestionada por la empresa Verter Recycling que, tal y como aseguraría posteriormente, se disponía a valorar los resultados del estudio topográfico en el que se notificaba “una situación anómala” un día después de que se produjese el derrumbe.

Tres altos cargos de la empresa, el propietario, José Ignacio Barinaga Egia; la administradora, Arrate Bilbao; y el director técnico del vertedero, Juan Etxebarria, fueron detenidos en julio. El pasado 29 de enero el Juzgado de Instrucción número 1 de Durango inició la causa contra ellos por un presunto delito ambiental.