donostia -Quienes ayer pasearon por La Concha pudieron observar, a la altura de La Perla, cómo un enjambre de abejas se había posado bajo el asiento porta bebés de una bicicleta, generando el consiguiente revuelo entre donostiarras y visitantes.

Fue la dueña de la bicicleta la que a última hora de la tarde del viernes, al salir de la playa, se encontró con la sorpresa de que no podía moverla sin arriesgarse a recibir alguna picadura.

Ante la situación creada se puso en contacto con la Guardia Municipal de Donostia, que acordonó el perímetro.

El apicultor al que se avisó acudió hasta La Concha en la mañana de ayer, pero las abejas no se retiraron hasta la noche.

El experto colocó una caja debajo del enjambre en la que introdujo a la abeja reina, tras la que fueron entrando el resto. Pero como muchas de las que conformaban el enjambre no habían retornado por hallarse realizando su tarea natural de polinización, adoptó la decisión de no retirar la caja de inmediato y esperar hasta que cayera el día para poder recuperar el mayor número posible de abejas.

Lo ocurrido ayer en La Concha no es un caso infrecuente, sobre todo en temporada estival. En más de una ocasión un enjambre de abejas se ha posado con rapidez, por ejemplo, bajo una sombrilla, tendiéndose que intervenir con agilidad con el objeto de evitar cualquier tipo de riesgo.