La tranquilidad ha vuelto a las calles de Torre Pacheco, que sigue blindada por la Guardia Civil, durante la noche de este miércoles justo cuando se cumple una semana desde la brutal agresión a un vecino de 68 años que desencadenó los disturbios de corte racista.
La intensa vigilancia policial de un dispositivo formado por cerca de 140 agentes y policía local ha contribuido a la vuelta a la normalidad en Torre Pacheco mediante el control del barrio donde viven la mayoría de la población originaria de Marruecos, el de San Antonio, y la identificación de los vehículos en los accesos a la población.
Una semana de la agresión
La agresión de hace una semana, supuestamente a manos de tres jóvenes de origen marroquí que ya han sido detenidos, encadenó noches de altercados entre miembros de la comunidad magrebí y personas llegadas de fuera de Torre Pacheco de grupos ultras, que han provocado 14 detenidos y alrededor de un centenar de identificados.
Este miércoles se había convocado a través de las redes sociales la segunda concentración no autorizada en la plaza del ayuntamiento en protesta por la agresión por parte de grupos ultras pero ha carecido de seguimiento alguno, en una noche con absoluta tranquilidad con la excepción de la numerosa presencia de medios de comunicación.
Localidad blindada
Durante la noche, en el barrio de San Antonio, epicentro de la vida de la población originaria marroquí, se respira absoluta calma con personas sentadas en sillas a las puertas de sus casas para buscar el fresco y con grupos de jóvenes tranquilos en los bancos de los parques mientras charlan con el móvil en la mano, al igual que ocurre habitualmente durante el verano.
En declaraciones a EFE, los jóvenes han explicado que la "calma" ha vuelto a las calles de Torre Pacheco después de unos días de "nerviosismo" debido, en su opinión, a la llegada de personas ajenas a localidad, de las que creen que buscaban alterar la pacífica convivencia a raíz de un hecho delictivo puntual.