donostia - Mariano Camio autorizó dobles contrataciones, pagó a profesionales y empresas por servicios que nunca se llevaron a cabo y obró a espaldas de la Fundación y de la sociedad pública Berroeta-Aldamar durante su gestión al frente del Museo Balenciaga. El exalcalde de Getaria, que llegó a gozar de las más amplias facultades en la configuración del proyecto, ha sido condenado a penas que suman un total de cuatro años y medio por un delito continuado de administración desleal y otro de falsificación continuada de documentación. Todo ello, durante la construcción del museo que recoge el legado del genial maestro de la costura, que reúne unas 3.000 piezas y recibe actualmente unos 60.000 visitantes anuales.

El recinto fue inaugurado en junio de 2011 por la reina Sofía y el diseñador francés Hubert de Givenchy, discípulo de Balenciaga. Eran grandes amigos. El alumno aventajado todavía es recordado por los trajes que ideó en los años 50 para la actriz Audrey Hepburn, que ejercieron tal influencia que aún hoy en día sirven de fuente de inspiración para muchos diseñadores.

Givenchy, que falleció el año pasado, sentía tal admiración por la figura del maestro guipuzcoano de la alta costura que llegó a impulsar el proyecto de construcción del museo en Getaria. Fue el presidente de la Fundación Balenciaga, una entidad público-privada que desde el comienzo fue gestionada, sin embargo, por Mariano Camio en calidad de vicepresidente.

Para cuando el museo abrió sus puertas, el caso ya estaba en los juzgados. Tras un larguísimo proceso judicial cuyo juicio comenzó incluso un año más tarde de lo previsto por los problemas de salud del exregidor, Camio fue juzgado el pasado mes de abril en la Audiencia de Gipuzkoa. Se enfrentaba a peticiones de ocho años de cárcel. Finalmente ha sido condenado a la mitad.

el principal beneficiario Camio, que ayer anunció que recurrirá la sentencia, ha sido absuelto del delito de malversación y tampoco ha quedado acreditado que impidiera a socios de la entidad el acceso a información. El principal beneficiario de su fraudulenta gestión fue el arquitecto cubano Julián Argilagos, que no ha podido ser juzgado por estar huido de la Justicia.

Sin título homologado en España, el fiscal le atribuyó una “intensa relación sentimental” que explicaría el desvío de fondos.

Camio le nombró en 1999 conservador y custodio de todas las prendas de vestir, y se le adjudicó el proyecto de construcción del museo. El exalcalde de Getaria fue el máximo responsable entre los años 1999 y 2007. El proyecto de construcción del recinto se iba a desarrollar en dos fases: la rehabilitación del palacio Aldamar y una ampliación del museo con un edificio anexo, presupuestado en 4,8 millones de euros que acabó costando 30 millones.

El ahora condenado no solo fue vicepresidente de la Fundación sino que a partir de 2005 se convirtió también en director-gerente de la sociedad Berroeta-Aldamar, integrada por el Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Getaria y la Diputación de Gipuzkoa, personadas como acusaciones particulares durante el proceso judicial que tuvo lugar hace dos meses. Solicitaban para los procesados las mismas penas que el Ministerio Público.

El titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Donostia señala en la sentencia que Camio tenía “amplias facultades para la administración, gestión y disposición de fondos”, tanto de la fundación como de la sociedad. A la vista de los hechos, concluye, ha quedado acreditado que “fue más allá de una gestión defectuosa o una mala gestión”.

En 2001 Camio suscribió en nombre de la Fundación un contrato con la empresa de Argilagos, Hemen Artt, por el que esta se comprometía a elaborar un proyecto de interiorismo. A pesar de que nunca llegó a realizarse, el arquitecto, sin titulación homologada, cobró 129.380 euros, que el exalcalde justificó con una factura falsa.

Hubo también duplicidades. Además de establecerse una cláusula no habitual en el contrato según la cual Argilagos aumentaría sus honorarios en caso de aumentar el presupuesto de ejecución material del proyecto, fue necesario encargar a otras empresas aquellos trabajos que el arquitecto no pudo realizar por no estar reconocido su título en España. Finalmente se dio luz verde a la contratación como sustituto del arquitecto Rolando Paciel, que tampoco tenía reconocido su título en el Estado. Este hombre también se sentó en el banquillo de los acusados, juzgado por un delito de intrusismo del que ha salido absuelto. Argilagos, entretanto, continúa en paradero desconocido.

Las cantidades defraudadas las debe restituir Camio en solitario. Entre otras, un total de 426.093 euros a la mercantil Berroeta Aldamar y 43.687 a la Fundación Cristóbal Balenciaga.

Condena. El exalcalde de Getaria Mariano Camio ha sido condenado a penas que suman cuatro años y medio de cárcel como autor de un delito continuado de administración desleal y otro de falsificación continuada en documento mercantil.

Responsabilidad. Fue el máximo responsable entre 1999 y 2007 del proyecto dedicado al modisto Cristóbal Balenciaga, que en una segunda fase conllevó la ampliación del museo, presupuestada en 4,8 millones de euros y que acabó costando 30 millones.

Beneficiado. El arquitecto cubano Julián Argilagos, sin título homologado en España, con el que el fiscal le atribuyó una “intensa relación sentimental”, fue el principal beneficiado. Está huido de la justicia. Rolando Paciel, arquitecto que también fue juzgado, ha sido absuelto. Camio debe abonar a Berroeta Aldamar 426.093 euros y 43.687 a la Fundación.