donostia - “Normalmente no suele morder, pero alberga veneno como para matar a 30 personas”. Así define David Cortijo, presidente de la asociación guipuzcoana de terrariofilia y herpetología Reptile Moon, a la víbora de Gabón (Bitis gabonica), cuya presencia ha sido detectada en las marismas de Amute, en Hondarribia.

Se trata de una serpiente africana, que habita en zonas selváticas, que se arrastra “entre hojas y ramas” y que al ser de color marrón “se camufla muy bien”. Sus colmillos son los más largos de todas las serpientes, miden más de cinco centímetros y con ellos pueden llegar hasta los vasos sanguíneos. Cortijo explica que, pese a su peligrosidad, no suele causar muchas muertes porque “tiende a asustarse y a esconderse más que a atacar”.

Suele medir entre 120 y 150 centímetros de longitud, aunque en Sierra Leona se llegó a capturar un ejemplar de algo más de dos metros. Su peso también es elevado y, aunque normalmente se sitúa en doce kilos, puede alcanzar los 18, según este experto.

Pero, ¿cómo ha aparecido una víbora tan peligrosa, originaria de África, en una marisma de Hondarribia? De momento, se está investigando para conocer las causas, pero detrás de este asunto podría estar el tráfico ilegal de serpientes venenosas. Varios expertos consultados por este periódico aseguran que es “imposible” que un animal de estas características “llegue ahí” a no ser de que “alguien la haya soltado”. “Alguien que no ha podido mantenerla”, teoriza Cortijo.

Desde la asociación guipuzcoana de herpetología y exóticos Lampropeltis aseguran que es “muy raro” que una persona tenga una víbora de este tipo en su casa. “A mí ni se me ocurre, porque te la juegas. Yo no la tendría en casa”, insisten desde este colectivo.

David Cortijo no conoce a nadie que tenga una víbora de Gabón en un terrario dentro de una casa, sino que lo común es que estén en zoológicos. “Puede saltar a morder y te engancha aunque no quieras”, subraya. Estos animales, explica, “los traían antes de forma ilegal”, pero “en Alemania sí es legal criarlos y los ponen a la venta” por no más de 100 euros. Por tanto, es “muy difícil” saber quién puede estar detrás de la aparición de este ejemplar en Hondarribia.

A estos dos expertos les resulta extraño que esta serpiente, que vive en zonas muy cálidas, sobreviva al aire libre en un lugar como Gipuzkoa en pleno invierno. Si bien es cierto que en los últimas días las temperaturas han sido elevadas, “por la noche bajan mucho”. Por tanto, para que siga con vida creen que la suelta de este ejemplar se ha tenido que producir hace muy poco.

Encontrar a este animal detectado en las marismas de Amute será un trabajo “muy complicado” por su capacidad de camuflaje, porque se queda “muy quieto, no persigue a las presas”, pero también es muy difícil que sobreviva. Si alguien lo ve no debe acercarse, sino que debe llamar rápidamente al 112. - Ruth Gabilondo

Hábitat. Esta víbora venenosa se encuentra en el África Subsahariana, en junglas y en sabanas. Veneno. Tiene el veneno de mayor rendimiento de todas las serpientes venenosas y sus colmillos son los más grandes.

Longitud. Suele medir entre 120 y 150 centímetros, aunque en Sierra Leona se capturó una que superó los dos metros

Peso. Habitualmente el peso se sitúa entre los 12 y 15 kilos.

Carácter. Según varios expertos, es una serpiente tranquila, que no suele atacar, ni perseguir a sus presas, sino que se queda quieta. El problema es que tiene una gran capacidad de camuflaje.