donostia - Los voluntarios que realizaron el recuento de personas sin hogar se encontraron con una sorpresa inesperada, al localizar medio centenar de migrantes en la estación de autobuses de Donostia. Este colectivo alterará indudablemente las cifras recogidas en la capital guipuzcoana. No guardan relación con el perfil de personas sin techo, pero durante esa noche aguardaban sin un lugar donde dormir, lo que para las instituciones en una realidad insoslayable que se suma al sinhogarismo de la CAV. Se trata de dos realidades que conviven en Euskadi.
Al parecer, según los testimonios que pudieron recabar los voluntarios, parte del grupo habría sido devuelto por las autoridades francesas en su intento por cruzar la frontera. Según declararon, estaban a la espera de coger un autobús e intentar llegar a Francia. “Son personas que van a figurar en la foto que hemos querido tomar de las personas sin hogar. Se incluirán, aunque es evidente que se tiene que contextualizar”, explica Iñigo Estomba, jefe de Servicio de Inserción Social del Ayuntamiento de Donostia.
La situación actual no acaba de encajar con la previsión de una reducción de los flujos migratorios a partir de octubre. Los migrantes en tránsito siguen llegando a Irun. Tanto es así que la mesa interinstitucional de coordinación para acogida urgente acordó ayer que Irun abra su albergue municipal durante las 24 horas del día y no solo por las noches como ocurría hasta ahora.
El albergue de Martindozenea fue habilitado para la acogida de migrantes el pasado verano. Hasta ahora solo se abría por las noches, aunque ofrecía desayunos, comidas y cenas. La nueva medida, que permite que puedan tener un techo durante el día, responde a una realidad palpable a pie de calle, en la que la presencia de migrantes en la ciudad fronteriza va dejando de ser puntual para consolidarse conforme discurren los días.
Ayer mismo aguardaban sentados varios grupos sentados en diferentes bancos de la Plaza San Juan. Las instituciones van reaccionando, pero no deja de suscitar preocupación la provisionalidad con la que hay que reaccionar ante los flujos migratorios. En la singladura de estas personas de África a Europa, la ciudad fronteriza se ha convertido en un lugar de paso prioritario, pero cada vez son más las personas que son devueltas por Francia, o deciden quedarse. “Es una situación que nos preocupa”, admite Estomba.
De hecho, París, uno de los destinos prioritarios para muchas de estas personas, no da más de sí. “Nos dicen que hay ya unas 35.000 personas en la calle, una situación ante la cual la propia red de acogida ciudadana les recomienda que ya no viajen hasta la capita francesa”, asegura el jefe de Servicio de Inserción Social del Ayuntamiento de Donostia.
Entretanto, el Gobierno central entiende que los recursos destinados en Euskadi para las personas en tránsito son suficientes. Así lo hizo saber ayer en su visita a Donostia la secretaria de Estado de Migraciones, Consuelo Rumí. El Gobierno financia más de 260 plazas para migrantes en el País Vasco, donde hay “plazas para atender a todo el mundo”. Rumí remarcó que “si alguien se queda en la calle es porque no quiere estar en el recurso que está a disposición”.
Indicó que durante el mandato del PP había 28 plazas en Euskadi a disposición de las personas que llegaban a pesar de que la situación “era la misma” porque el Ejecutivo de Mariano Rajoy “estaba advertido. Es algo que se veía venir por las estadísticas desde 2013. Se sabía que iba a haber un repunte migratorio, especialmente este año”, indicó.