DONOSTIA - Los trabajadores de un taller de carrocería del barrio de Herrera en Donostia se llevaron ayer “un gran susto” por la explosión que se produjo en el interior de la nave. Como consecuencia de la deflagración, dos personas resultaron heridas, el propietario y su hijo, que sufrieron quemaduras de diversa consideración y tuvieron que ser trasladados al Hospital Donostia.
Alrededor de las 11.00 horas, los Bomberos recibieron una llamada en la que se alertaba de que un objeto “había cogido llamas” y, como consecuencia de ello, salía “mucho humo” negro de un nave de Herrera, perteneciente a la empresa SRC Sorozabal Carrocerías, ubicada en el número 22 del paseo Txingurri. Rápidamente, cuatro dotaciones salieron del parque ubicado en Garbera, a escasos tres minutos del lugar de los hechos.
A la hora en la que se desató el incendio, eran tres los trabajadores que se encontraban dentro del taller. Por suerte, no había más operarios, ya que la carrocería estaba a medio gas tras la vuelta de las vacaciones de verano. Precisamente, dos de estos tres trabajadores estaban realizando labores de limpieza con una máquina de presión en el interior de la cabina de pintura para los vehículos cuando se produjo la explosión, según los Bomberos. Al parecer, la deflagración pudo ocurrir por la existencia de gases, por la reacción del motor eléctrico de la máquina de limpieza al entrar en contacto con vapores.
quemaduras Cuando los bomberos llegaron al lugar de los hechos, los tres operarios ya se encontraban fuera del taller. Uno de ellos resultó ileso y no precisó asistencia sanitaria, pero otros dos, padre e hijo, sufrieron quemaduras de, al parecer, segundo grado en cara, brazos y piernas. Por ello, fueron trasladados en ambulancia al centro hospitalario, según confirmaron las mismas fuentes a este periódico.
Los Bomberos no tuvieron dificultades en apagar el fuego, que extinguieron enseguida. Sin embargo, tardaron más en las labores de enfriamiento de todos los elementos del interior del pabellón, que habían cogido bastante calor.
La nave quedó ennegrecida como consecuencia del incendio, aunque fuentes cercanas al propietario de la carrocería confiaban ayer en que las pérdidas no fueran cuantiosas. No obstante, para conocer exactamente los daños materiales, debían esperar a la valoración del perito.
Por suerte, ni el fuego ni la explosión afectaron a las empresas cercanas a la carrocería. “Salía mucho humo, pero cerramos las ventanas durante unas dos horas y no nos entró nada”, afirmaba ayer Jon, propietario del Merka China ubicado justo al lado. El dueño de este comercio ni siquiera se dio cuenta del incendio y tampoco escuchó la deflagración.
Así, fue un trabajador de otra empresa cercana el que le advirtió de lo que estaba ocurriendo. “Ha venido a decirme lo que pasaba y entonces es cuando he visto mucho humo. Se han tenido que llevar un susto grande en la carrocería”, lamentaba este hombre.