Donostia - No hay por el momento grandes soluciones, salvo cruzar los dedos y aguardar el curso de la propia naturaleza. La avispa asiática sigue ganando terreno en el interior del territorio, donde el desánimo y el pesimismo comienzan a cundir entre los apicultores. Según los datos facilitados a este periódico, hasta el día de ayer se habían retirado 315 nidos de la especie invasora, 45 más que el año pasado.
Jon Etxeberria ha tenido que llevarse sus 75 colmenas de Beasain para alejarlas de la presión que viven estos días las abejas. Las ha trasladado al municipio navarro de Los Arcos y a la sierra de Aralar, a cotas de 850 metros, lejos del voraz apetito de la especie invasora. También se ha llevado alguna colmena a Ataun, aunque sabe que es cuestión de días que la vespa velutina alcance esta localidad. “Ahora mismo la situación es dramática, y poco podemos hacer ante la presión insoportable de la avispa”, lamenta.
Hay apicultores profesionales como él que, al menos, disponen de ciertos medios para cambiar la ubicación de las colmenas. Pero otros están arrojando la toalla. “Hasta mediados de noviembre la presencia de los insectos va a ser muy intensa, y no voy a decir que las colmenas estén condenadas, pero sí que estamos atravesando una situación muy extrema”.
La Asociación de Apicultores de Gipuzkoa celebró el martes una reunión en la que se abordó, entre otras cuestiones, la amenaza que supone en estos momentos para el sector la avispa asiática, especie invasora que llegó a Europa en 2004 y entró en Gipuzkoa por Irun hace cinco años. Según sus cuentas, los profesionales han retirado durante el mes de agosto prácticamente el mismo número de colmenas que el año pasado (unas 130) pero, tal y como avanzó este periódico, se constata con especial preocupación el asedio al que está siendo sometido el interior del territorio.
La colocación de trampas durante estos años atrás en zonas costeras ha rebajado la presión en municipios como Donostia, pero comarcas como Goierri o Tolosaldea están ahora en la diana de la especie invasora. “El problema es que por el momento poco podemos hacer, salvo seguir colaborando con los laboratorios a la espera de resultados”, indica Mikel Zubeldia, presidente de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa.
seguimiento La Mesa de Seguimiento de la avispa asiática, en la que trabajan conjuntamente Gobierno Vasco, diputaciones forales, el sector Apicultor y NEIKER-Tecnalia, sigue entretanto emprendiendo acciones para controlar las poblaciones de vespa velutina y minimizar su impacto.
Entre otras medidas, el órgano que lucha para el control de esta plaga en Euskadi desarrolla ensayos controlados para evaluar la eficacia que tendría sobre este insecto el uso de biocidas probados en Chile para vespula germanica, considerada en la zona central del país andino una importante plaga urbana y rural. Es un proceso que se realiza mediante la colocación y seguimiento de cebos, buscando minimizar los efectos sobre otras poblaciones de insectos, aves y vertebrados.
Etxeberria, a pesar de la adversa situación que se le presenta, no renuncia a seguir ampliando los colmenares y vivir de ello algún día. “Vengo de otra actividad que nada tiene que ver con esto. Tuvimos que cerrar la empresa y desde entonces me estoy dedicando al sector, aunque desde luego que hay que buscar salidas a la actual situación. En Francia vemos que el problema que vivimos ahora lo tienen ellos desde hace años, y que nosotros sepamos no hay ninguna medida definitiva”, lamenta.
Los científicos galos llevan más de una década luchando contra la plaga, que supuestamente entró en Europa por el puerto de Burdeos. Por el momento, los investigadores han encontrado “dos enemigos naturales” de la vespa velutina que podrían ayudar a combatir el avance de la plaga. Se trata de la conops vesicularis, un tipo de mosca que anida en el abdomen de su huésped y se alimenta de sus órganos. El otro es un tipo de gusano, el pheromermis vesparum, que sigue el mismo sistema que la mosca para acabar con la avispa.
A la espera de los resultados que puedan ofrecer las investigaciones en curso, la prioridad es destruir los nidos, la única forma que existe de atajar su proliferación. Por el momento, se han exterminado hasta el día de ayer en Gipuzkoa 315 nidos, 45 más que el año pasado por estas fechas.
Colaboración Tras la experiencia de otros años, se ha acordado en el territorio un nuevo método de colaboración con la mayoría de los ayuntamientos y las asociaciones de Desarrollo Rural. El protocolo se inicia en primavera con la colocación de trampas para cazar avispas reinas y destruir los nidos primarios para hacer frente a la especie invasora durante todo su ciclo vital.
En Gipuzkoa se ha recogido un elevado número de reinas durante esta primavera, lo que ha desatado todas las alarmas entre los apicultores, que ya están comprobando los devastadores efectos del avance de la avispa asiática en el interior del territorio. A finales de este mes, una vez que la caída de las hojas de los árboles deje al descubierto los nidos de avispas, “podremos tener una fotografía más detallada de la situación”, indica Egoitz Galarza, veterinario de la Asociación de Apicultores de Gipuzkoa.
Entretanto, los nidos seguirán siendo destruidos, puesto que si no se atacan ahora, la población puede multiplicarse, ya que se trata de una especie con elevada capacidad de adaptación que coloniza nuevos espacios con rapidez. Desde que llegó a Europa a través de Francia en el año 2004, ya se ha extendido por varios países.
En el Estado se detectó su presencia por vez primera en Irun en 2010, y desde entonces esta especie depredadora ya se ha localizado en todo el Norte, desde Catalunya a Portugal, pasando por Euskadi, Asturias o Galicia. Según diversos cálculos realizados por los especialistas, en una década podrá haber colonizado todo el territorio peninsular.