Dice un grupo de Facebook: “Nadie es tan feo como en su DNI y nadie es tan guapo como en su foto de perfil”. Hoy en día, el uso de las redes sociales está muy implantado y difundido en la sociedad; pocos son los que pueden afirmar que no tienen una cuenta de Facebook, Twitter, Tuenti?etc. Pero, ¿alguien se ha parado a pensar qué dice de sí mismo su imagen de perfil?
Según explica la psicóloga y docente de la UPV/EHU, Montserrat Perris, “las fotos que tenemos expuestas al público en nuestros perfiles sociales son exquisitamente escogidas”. Es decir, no son fotos aleatorias, “todas tienen un significado y un sentido relacionado con la persona y la circunstancia que esté viviendo en ese momento”. No obstante, Perris afirma que “cada imagen es muy relativa” y que para determinar realmente el tipo de personalidad de una persona, “es necesario aplicar cuestionarios psicológicos de alta credibilidad”.
En los perfiles de las redes sociales hay de todo, así como personalidades en la sociedad. El hecho de escoger una imagen y no otras refleja una gran parte de lo que somos. De esta manera nos podemos encontrar con un usuario que escoge dentro de la amalgama de posibilidades una foto en particular. Puede ser a cara descubierta o de perfil, otros prefieren usar imágenes de la familia o de un paisaje querido. Y también hay quienes desechan cualquier imagen y dejan el avatar que viene por defecto. “Todo ello representa una enorme interpretación de la realidad por parte del usuario, y generalmente el objetivo es proyectar una mejor imagen de nosotros mismos, lo que nos gustaría ser o en lo que nos gustaría convertirnos?”, explica la psicóloga Montserrat Perris.
Para la experta y directora en Identidad Digital de la Universidad de Deusto, Lorena Fernández, “el avatar puede comunicar en positivo o en negativo, ya sea de manera consciente o no”. “Todos intentamos proyectar una imagen que se acerque a nuestra visión idealizada, corriendo el riesgo de que en última instancia nos alejemos realmente de lo que somos”.
Pese a que no se pueda explicar al 100% qué es lo que una persona quiere expresar con una imagen de perfil, sí nos podemos intentar acercar a comprender lo que está mostrando. En este sentido, Fernández considera que cuando se incluye una foto de perfil de solo el rostro “lo que se busca es dar la imagen de alguien que se muestra tal cual es, seguro de sí mismo, sin miedo a la crítica, y con necesidad de expresar su yo real”. Además, aprovecha para advertir de que “no hay que olvidar que las empresas miran nuestras redes sociales, por lo que es muy importante utilizar este tipo de fotos para la búsqueda de empleo, como puede ser la red social LinkedIn”.
Respecto a las personas que deciden colocar fotos fundidas en paisajes, o con sus familiares, o iconos o frases, para Montserrat Perris se debe “principalmente a que existen motivos personales subjetivos, en los cuales las personas se sienten más cómodas”. “Normalmente se trata de personas que no son nada egocéntricas, y que prefieren que predomine sus valores como personas más que su imagen”.
Sin ir mas lejos, Fernández explica que ella misma ha utilizado durante años “un muñeco que la identificaba más con las características de la imagen que con una fotografía de mí misma”.
Finalmente, dentro del avatar también hay personas que deciden no colocar nada. Para estos usuarios “es más importante proteger su intimidad, y no es que no les importe lo que piensan de ellos, sino que se trata de personas que no se dejan llevar fácilmente por la opinión de los otros”, concluye Lorena Fernández.