Gernika-Lumo Milenario símbolo que representa las libertades vascas aunque encajonado en un área "muy húmeda, con poca luz y en un recinto limitado", el delicado estado que presenta el árbol de Gernika ha motivado que entre en urgencias. Aquejado de estrés por anoxia falta de oxígeno en sus raíces, "vivo pero debilitado" y con un tratamiento de choque ya iniciado que los especialistas esperan que dé sus frutos, las Juntas Generales de Bizkaia han tomado medidas extraordinarias para que el ejemplar, de 28 años de edad que sustituyó al viejo roble en 2005, vuelva a florecer. Si todo sale bien lo hará "en la próxima primavera".

Cuidado con mimo por los responsables de Basalan, el actual árbol de Gernika comenzó a mostrar ligeros síntomas de debilidad en primavera. La llegada del verano no mejoró su aspecto, así que Basalan, la sociedad pública que cuida del ejemplar, realizó catas en el suelo en julio. Surgió la preocupación. El análisis que mostró la saturación de humedad que sus raíces padecían, uno de los problemas más graves que podía sufrir. "Es entonces cuando se aportaron las primeras dosis de nutrientes", indicó ayer Kepa Txarterina, ingeniero agrónomo del ente foral. No obstante, quedaba por comprobar si había existido un ataque de hongos, enfermedad que causó la muerte al anterior roble. El resultado, fechado ya en agosto, fue negativo.

Es el mes pasado cuando arrancaron las labores para "estabilizar la situación de deterioro", recordó ayer Txarterina. Auscultado con unas cámaras, el suelo arcilloso parecía estar estrangulando al joven roble por la saturación del agua y la falta de oxígeno. Recibe aportes de oxígeno a presión y los técnicos realizan unos drenajes de metro y medio de profundidad alrededor del cepellón del simbólico ejemplar, además de aplicarle estimulantes en forma de microorganismos para mejorar su crecimiento. El plan de choque comienza en un roble que, como medida para defenderse, "ha entrado prematuramente en otoño".

"Oxigenar sus raíces y mejorar su metabolismo" es el objetivo del tratamiento del que está siendo ahora objeto un árbol cuya supervivencia podría estar en peligro. La escasez en el suministro de aire "origina numerosos cambios físicos, químicos y biológicos en el suelo, que perjudican gravemente el crecimiento del árbol", citó ayer la profesora del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la UPV/EHU, Miren Duñabeitia, que colabora con Txarterina en el cuidado del ejemplar.

FUTURO El árbol de Gernika continuará con cuidados intensivos durante los dos próximos meses. De forma paralela, y toda vez recibidos los análisis del suelo efectuados, "se tratará de mejorar en lo posible su composición", adelantó Txarterina. La llegada del invierno será otra etapa crucial en su recuperación, ya que entonces se conocerá "la situación de las yemas del roble y se verá su desarrollo vegetativo". En esa fase, y si resultase necesario, "se tomarán las decisiones pertinentes", apuntaron.

Presente ayer en las explicaciones que los especialistas dieron sobre el estado del roble, la presidenta de las Juntas Generales vizcainas, Ana Madariaga, lamentó el estado que presenta "un símbolo de las libertades vascas hoy representado en este ejemplar, que fue trasplantado en 2005 no se ha adaptado y no ha crecido como nos habría gustado".