Celebración. La marcha a Arantzazu, que se celebra tradicionalmente la víspera del domingo de Ramos, reunió ayer a centenares de fieles desde las 9.30 horas de la mañana, entre la localidad de Oñati y el santuario de la patrona de Gipuzkoa. La marcha se desarrolló bajo el lema La alegría del evangelio y contó con la presencia del obispo, José Ignacio Munilla, quien dirigió una oración a los asistentes. En su discurso, Munilla abogó por vivir con alegría y desterrar las tristezas, así como dejar de lado los "triunfalismos, halagos y autocomplacencias". El obispo de la diócesis guipuzcoana reclamó a los fieles "unidad" para la Iglesia y "dejar las diferencias ideológicas en segundo plano". Foto: Javi Colmenero