lA frase "hau da gure sagardo berria" pronunciada el pasado miércoles por los integrantes del grupo Kalakan, unida a la inauguración de la campaña sidrera el domingo en Hernani, dieron la luz verde oficial a la temporada del txotx en estas dos localidades guipuzcoanas, las que más visitantes atraen con las kupelas como reclamo. Comienzan meses de prosperidad para los negocios hosteleros de la zona, y también para compañías que se benefician indirectamente de todo el movimiento generado: hoteles, agroturismos, bares, autobuses, taxis... Es el lado bueno de una temporada que, como todo, también tiene sus cosas malas. Ruidos, altercados, suciedad, inseguridad... ¿Qué ocurre con la cara menos amable de la nueva temporada de sidra? NOTICIAS DE GIPUZKOA ha sondeado a los distintos agentes implicados.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que "ya no se montan las que se formaban hace cosa de diez o quince años", relata Agustín Semperena, jefe de la Policía Municipal de Astigarraga. Su homólogo en Hernani, Andoni Pikabea, corrobora la versión. "Hay una cosa que está clara. A más gente, más probabilidad de incidentes. Pero ahora no se forman tantas aglomeraciones, porque los visitantes se reparten más entre el mediodía y la noche. Existe incluso una mayor tendencia a venir a comer que a venir a cenar. Por las noches sigue acercándose gente, pero ya no son como las de antaño".

años "más tranquilos"

Menor afluencia

El punto de vista de Andoni Gar-tzia, alcalde de Astigarraga, termina de dibujar el panorama. "Los últimos años están siendo mucho más tranquilos, y hay menos problemas", indica, además con la perspectiva de vivir aún un mes de escasa afluencia de visitantes. "La temporada ha empezado esta semana, pero la mayoría de la gente empieza a venir en marzo", agrega. "Sí, marzo o mediados de febrero", corrobora Semperena desde la Policía Municipal, donde, pese a la referida tendencia a la baja de las aglomeraciones y los incidentes, siguen reforzando su servicio durante la temporada de sidrerías. "A lo largo del año no patrullamos por las noches, pero en estos meses sí lo hacemos los viernes y los sábados, con dos agentes de refuerzo. Antes venía muchísima gente y también trabajábamos las noches de los jueves, pero este día ya lo hemos eliminado".

A apenas un par de kilómetros, en Hernani, también multiplican los servicios policiales en esta época. "Los sábados, de seis de la tarde a seis de la mañana, suelen trabajar entre cuatro y cinco agentes. En época de sidrerías, trabajan nueve", explica Andoni Pikabea, en relación a un municipio donde parte de la tarea se centra en el tráfico. "Hay que controlar a los autobuses para que aparquen en Karabel, desde donde, en ascensor, se accede fácilmente al centro. Y también toca trabajar en otros aspectos: ruidos, limpieza, incidentes... A más gente, más posibilidad de problemas, pero creo que la gente últimamente se ha concienciado de que, por mucho que haya ido a la sidrería, esto no es una ciudad sin ley. Tienen interiorizado aquello que solemos decir de Ondo pasa, pasatu gabe".

Una ciudad sin ley. En el pasado, ya no. Se trata de una expresión que también utiliza el alcalde de Astigarraga, quien precisa además que "ese chip" de poder hacer lo que a uno le da la gana "se ha ido perdiendo". "Ahora la gente se comporta mucho mejor, y además los vecinos del pueblo se lo toman con mucha más paciencia. La convivencia es mucho mejor", asevera Andoni Gartzia, quien además indica que la madrugada no supone el momento del día más susceptible de problemas. "A última hora de la tarde se juntan los que llevan todo el día en Astigarraga porque han venido a comer, y los que van llegando para tomar algo antes de la cena. Es cuando más gente se concentra".

¿Dónde están los ausentes?

La gran pregunta

Desde la Policía Municipal del municipio reiteran, en cualquier caso, que esas concentraciones resultan cada vez menos numerosas. "Hubo una época en que la carretera se cortaba y la convertíamos en peatonal. Pero eso ya no se hace, como consecuencia de la menor afluencia de gente. Yo así lo puse en el informe del año pasado. Cada vez viene menos gente. ¿Dónde están los que se acercaban? Pues no lo sé. No sé si se van directos a Donostia o Hernani. O si directamente se quedan en casa y no vienen a las sidrerías".

A tenor de las impresiones recogidas en Hernani, parece que allí no albergan a la gente que falta en Astigarraga. Donostia tampoco, según lo indicado por Rashim Bahri, el jefe de tráfico de Autocares Areizaga, los encargados de la línea de Lurraldebus que une la capital guipuzcoana con Astigarraga y Hernani. Así que la razón del descenso de visitantes puede residir en la crisis. Y es que Bahri explica que "la mayor afluencia de gente a Donostia se da a las tres de la madrugada, cuando algunos bares van cerrando y las discotecas de la capital se convierten en la alternativa".

pocos conflictos

Tampoco en el autobús

Parece claro que la gente que sale de sidrería se queda después en Hernani o Astigarraga. Lo que ocurre es que el plan ha perdido adeptos. "El bajón se nota", reconoce Luis Sierra, del pub The Robin, en Astigarraga. "Sobre todo entre semana", añade. "Los fines de semana suele venir gente. El sábado es el día en que más trabajamos. Hasta las cuatro de la madrugada, que es cuando cerramos, solemos tener gente. Quizás el descenso lo acusemos más entre semana. Antes la gente se acercaba más. Pero el tener que volver en coche retrae mucho a la gente, por el tema de la alcoholemia", precisa Sierra.

Y es que entre semana no hay servicio de autobuses nocturno, tal y como detalla Rashim Bahri desde Autocares Areizaga. "Nosotros durante el año, por la noche, solo trabajamos los sábados. Pero durante la temporada de sidrerías ampliamos a los viernes". Mucha gente utiliza este servicio, y su comportamiento parece confirmar que la época de conflictos y problemas ha quedado definitivamente atrás. "Llevamos dos años ocupándonos de la línea, y a lo largo de este tiempo no hemos tenido que solicitar ninguna intervención policial. Se nota que la gente ha bebido, pero más que nada por su actitud alegre: saltan, botan... Pero nada más. De hecho, con lo que tienen que tener más cuidado nuestros conductores es con los peatones en las zonas más urbanas".

Las visitas a las sidrerías han descendido. Y los incidentes durante la temporada del Txotx también. Solo queda conocer si esto último es una consecuencia de lo primero, o si se trata de una circunstancia paralela. A tenor de lo expuesto por las personas consultadas, el "cambio de chip" sí se ha producido. La gente se lo pasa bien, pero sin pasarse, haciendo caso al lema: Ondo pasa, pasatu gabe.